Brutal derrumbe de los salarios por efecto de la inflación

La dinámica de deterioro del salario real no encontró piso en marzo y volvió a registrar una caída de 0,7% contra los niveles de febrero. En total, en la comparación con el mismo mes del 2018, la contracción fue de 11,3% en términos reales. Ambos datos dan cuenta de una inflación que lejos de dar tregua muestra aceleración, a pesar de la recesión inducida por los apretones fiscal y monetario.

La dinámica de deterioro del salario real no encontró piso en marzo y volvió a registrar una caída de 0,7% contra los niveles de febrero. En total, en la comparación con el mismo mes del 2018, la contracción fue de 11,3% en términos reales. Ambos datos dan cuenta de una inflación que lejos de dar tregua muestra aceleración, a pesar de la recesión inducida por los apretones fiscal y monetario.

De hecho, en marzo la inflación fue de 4,7% respecto a febrero. Y alcanzó el 54,7% en términos interanuales. Ambos números fueron muy por encima de las subas nominales de 4% contra el mes anterior y de 37,3% versus marzo del año pasado que tuvieron los salarios, de acuerdo a las cifras difundidas ayer por el INDEC.

Desde LCG afirmaron al respecto: «Ya han pasado 9 meses desde que se implementó la política monetaria de crecimiento de base monetaria igual a cero, la consecuente tasa de interés elevada y el freno a la actividad no han podido hasta el momento con la inflación. La aceleración de la inercia inflacionaria es un factor que juega una mala pasada».

Y agregaron: «Independientemente del signo político del próximo gobierno habrá que esperar que, de seguir con el programa actual, los precios difícilmente se vayan a disciplinar».

El IARAF consideró que hacia adelante puede haber desaceleración inflacionaria y por ende mejora salarial. Al respecto, advirtió que «la posibilidad de que el salario real deje de caer o empiece a subir es un desarrollo claramente positivo por el lado de la demanda pero, del lado de los costos, se traduce en un mayor costo salarial real, dada una productividad constante, que puede poner en riesgo el nivel de empleo».