#7A: La Casa Rosada y el «plan consuelo»

(ADN).- El domingo Río Negro tendrá elecciones provinciales y el «objetivo de la Rosada es que no gane el postulante K». Así lo reveló el diario Clarín, que consultó a fuentes del macrismo quienes denominaron este proceso como el «plan consuelo» como en Neuquén. Cambiemos, quedaría otra vez tercero.

Más allá de las adjetivaciones políticas del diario porteño -coptado por la lógica mediática de la grieta-, la nota de Eduardo Paladini hace una radiografía política del pensamiento de quienes habitan el poder nacional y la estrategia para la Patagonia, una zona hostil.

La nota:

Fanático del fútbol, Mauricio Macri ha decidido encarar el arranque del cronograma electoral con lógica de equipo chico: se consuela con que no gane su archirrival. Así ocurrió en Neuquén y una apuesta similar, en realidad exacerbada, hace el Presidente para este domingo en Río Negro. Supone que una derrota del postulante ultra K es lo mejor a lo que puede aspirar Cambiemos. Síntoma de los tiempos que corren en Casa Rosada.

¿Cuál es el escenario para las elecciones a gobernador en la provincia patagónica? La pelea parece polarizada entre el oficialismo local de Alberto Weretilneck, actual mandatario, y el kirchnerista Martín Soria. Vueltas de la política: Weretilneck era vicegobernador de Carlos Soria, el padre de Martín, que murió el 1° de enero de 2012 producto de un disparo en medio de una pelea con su esposa. Ahora están enfrentados.

El actual gobernador, reelecto en 2015, intentó forzar un tercer mandato vía judicial. El tema llegó a la Corte Suprema de la Nación pero rebotó, junto a un intento parecido del gobernador peronista de la Rioja, Sergio Casas. En esa jugada frustrada se vieron los primeros indicios de la estrategia del Gobierno. Operadores de la Rosada visitaron el Máximo Tribunal para presionar a favor de Weretilneck. Consiguieron poco: sólo el titular del cuerpo, Carlos Rosenkrantz, votó en sintonía con los deseos del macrismo.

Caída la chance de la re-re, el gobernador elevó un escaño a su compañera de fórmula, Arabel Carreras, para que encabece el binomio. Del otro lado, sigue Soria hijo. A principios de enero, el candidato K se reunió con Cristina «para analizar el escenario electoral». Como en Neuquén, la ex presidenta soñaba (¿sueña?) con un triunfo local que allane su eventual postulación nacional. En Neuquén le fue mal.

¿Y Cambiemos? El panorama es más desolador que en la provincia vecina. Allí, el intendente de la capital de Neuquén, Horacio «Pechi» Quiroga, mantuvo alguna expectativa hasta principios de año; luego se cayó y terminó tercero, apenas arriba de los 15 puntos. Según los encuestadores, que erraron sus pronósticos, hubo un votó útil anti K a favor del gobernador Omar Gutiérrez y esto perjudicó a Quiroga. ¿Puede pasar algo parecido el domingo en Río Negro? Difícil, básicamente porque en los sondeos previos, la candidata de Cambiemos, la radical Lorena Matzen, mide muy poco.

«A Lorena (por Matzen) la pusimos para no obligar a Weretilneck a defender a Macri. Pero no mide, todavía tiene alto nivel de desconocimiento, está claro que la apuesta es que pierda Soria. Sería muy duro para ellos (por el kirchnerismo), porque vienen de ganar en 2017. Sería peor que en Neuquén», blanquea y hace una análisis intencionado ante Clarín un funcionario de la Rosada. En el Gobierno siguen hablando de Weretilneck como si fuera el candidato: «Va a hacer como Putin, que se puso en otro cargo pero siguió manejando el gobierno ruso, je». 

El gesto de la Rosada es también una devolución de gentilezas. En 2017, en una decisión insólita, Weretilneck bajó su lista de diputados nacionales que había competido en las PASO para ayudar al Gobierno en las generales de Río Negro. El frente del oficialismo provincial había sacado más de 18 puntos, contra 19 de la lista del macrismo. Pero Emilia Soria, la hermana de Martín, los había barrido con 40,7%.

Pese a la ayuda, en las generales de 2017, Cambiemos perdió por mucho: la boleta que encabezaba la misma Matzen que ahora va por la gobernación, quedó a casi 20 puntos de la de Soria: 31,97% contra 49,37%. ¿Más particularidades? Tercera figuró la lista de la Coalición Cívica que encabezaba Magdalena Odarda, con 11,20%. Es la misma Odarda que fue echada por Elisa Carrió de su partido tras presentar un proyecto que incomodaba al Gobierno y que ahora va como compañera de fórmula de Martín Soria. Todo tiene que ver con todo.

Dos sondeos previos a los que accedió Clarín (uno que circulaba en el Gobierno y otro de una fuente opositora), muestran una ventaja para el oficialismo de Weretilneck. Con la precaución por los antecedentes, tras los pifies en Neuquén, en caso de confirmarse el triunfo, Macri festejará. Aun cuando su candidata, que hace dos años superó los 30 puntos, quede en el fondo. Como un equipo chico.