UnTER denunció inseguridad en el Jardín 127 de F. Oro

(ADN).- La UnTER denunció incumplimiento en la finalización de la obra del Jardín de Infantes 127 de Fernández Oro y el consiguiente problema de inseguridad para alumnos y docentes que concurren al establecimientos.

El Departamento de Salud en la Escuela del gremio exigió a las autoridades la inmediata intervención, especificando plan de obra, plazos de ejecución y certificación emitida por personal competente y reclamó la urgente finalización de la obra del nuevo edificio.

«Está claro que el objetivo del gobierno fue iniciar las clases como diera lugar.  Decisión por demás imprudente cuando se pone en riesgo la integridad psicofísica de niños de 4 y 5 años y los trabajadores. Es negligente,  la falta de previsibilidad por el incremento de la matrícula y sin organización del espacio con obreros trabajando.», indicó la UnTER que además exigió que el Ministerio cumpla con los compromisos asumidos.

Agregó que «advertimos que con los anuncios o  las inauguraciones parciales, no alcanza para demostrar un Estado presente.   Es el trabajo continuo y responsable, de cada funcionario,  en cada institución educativa, sin importar su tamaño ni ubicación, lo que garantiza las condiciones dignas de enseñar y aprender».

Frente al reclamo de la comunidad, la Coordinadora Zonal, Loreley Cabanay, solo supo dar información sesgada, imprecisa y dilatoria. En este contexto la mayoría de madres y padres firmaron una nota, con la definición de no enviar a sus hijos al Jardín, hasta que no estuvieran garantizadas las condiciones de seguridad. En paralelo presentaron un amparo judicial.


Explicó la UnTER que el Jardín 127 de Fernández Oro, se creó el 1de junio del 2018, para una matrícula de 80 niños,  sin edificio propio.  Respondía a la necesidad de la comunidad y por ello se aceptó ubicarse en una sede provisoria. Se refuncionalizó el quincho del Club Fernández Oro,  espacio  compartido con el merendero de la institución deportiva. Se armaron dos salas improvisadas  con durlok, un pasillo de menos de 80 cm de ancho que conecta las salas con  los dos baños que utilizan todos. Además de un espacio compartido como dirección preceptoría y cocina, Sin gas ni espacio de juegos.

Panorama desolador donde prima la precariedad y falta de seguridad. Así terminaron el ciclo lectivo 2018, a fuerza de voluntad y compromiso de los trabajadores y la esperanza de madres y padres que creyeron en los compromisos del gobierno. Tamaña desilusión tuvieron cuando regresaron a clases y comprobaron que no había avances, , apenas unas paredes recién levantadas y obreros trabajando.  Sumado al incremento de la matrícula  a 102 niños, confinados en los mismos espacios reducidos, con riesgo eléctrico, de salubridad e higiene, sin gas ni condiciones mínimas de seguridad.