Transfusión electoral. ADN

El gobierno salió rápido a intentar transfundir los votos de Alberto Weretilneck a la ahora candidata Arabela Carreras, en un impresionante despliegue publicitario. Apuesta a que el poco tiempo que hay entre el fallo de la Corte y las elecciones, evite la mayor cantidad de fuga electoral posible y ganar el 7 de abril. En poco tiempo pasó de la excluyente W al concepto grupal: «el candidato es el proyecto».

Sin embargo, en Juntos admiten que habrá una merma del caudal de votos. «Arabela no es Alberto» graficó esta semana el intendente de Viedma, José Luis Foulkes, y marcó el entusiasmo creciente en Cambiemos desde que el gobernador no está en la cancha, vaticinando que Lorena Matzen realizará una mejor elección que la esperada.

«Ése, en definitva, es el quid de la votación» subrayan en los alrededores de la candidata radical. Cuál es el análisis? «Soria tiene piso y techo, no va a lograr moverse. En cambio nosotros compartimos electorado con Juntos y, ahora que no está Weretilneck, muchos radicales nos votarán». Es una lectura posible, la de tercios, lejos de la polarización.

Pero no todos en el macrismo rionegrino juegan esa carta. El diputado nacional Sergio Wisky salió a plantear el voto útil. «No es tiempo de tibios, Soria no puede ganar» dijo y expuso el argumento de paladar negro de la Casa Rosada, el de Marcos Peña, la lógica aplicada en Neuquén. Eso desató la furia de Matzen y reveló reuniones de Wisky con los dirigentes radicales Daniel Sartor y César Barbeito y el candidato a legislador de JSRN en Roca, Gerardo Blanes. «Están aliados a Weretilneck», rezonga.

Ese cónclave, del que hay foto que circuló por WhatsApp, es una muestra de cómo se armó la lista de Juntos: sin peronismo, sindicalismo, con radicales y acuerdos locales. La estrategia buscó justamente vaciar a Cambiemos y que el oficialismo se vea beneficiado con esa transferencia de votos.

Pero… ¿el llamado al voto útil, no demuestra debilidad? Si JSRN gana la elección sin despeinarse (hay encuestas que ventiló el oficialismo donde Weretilneck se imponía 20 puntos por encima de Soria) por qué tanto «miedo» a Cambiemos. En realidad, las declaraciones de Wisky surgieron después del fallo de la Corte, lo que certifica aquello de Foulkes que «Arabela no es Alberto».

Nadie lo niega. Incluso las nuevas mediciones marcan una caída en la preferencia de Juntos.

En el Frente para la Victoria no quieren hablar de la modificación del escenario electoral y aseguran que a Weretilneck también le ganaban. Hay confianza en Roca. Y aseguran que la campaña sucia y las denuncias (fundamentalmente la última sobre sobresueldos) es «una operación» para desprestigiar a Soria. «Están desesperados porque pierden», dicen desde la oposición. Pero no deberían subestimar el impacto en la opinión pública.

En el bunker del FPV confían en el «arrastre» de la boleta azul (esencialmente en los sectores populares), la sumatoria de Magdalena Odarda y la potencia del apellido Soria. Además, indican que el jefe del PJ viene recorriendo la provincia hace tres años. «La campaña está hecha».

Apenas queda una semana antes de ir a las urnas y en el FPV indican que podría haber un voto -silencioso- de la pata peronista de Juntos a Soria, más aún después de cómo cerró la nueva fórmula del oficialismo, un episodio poco contado pero que tuvo escenas de alta intensidad.

Para JSRN es un tema superado y muestra el alineamiento del vice Pedro Pesatti. Y se concentra en lo que viene. Todos admiten que hay una caída en las encuestas desde que Weretilneck no es candidato, pero aseguran que la transfusión de votos será exitosa -no completa- y alcanza para ganar. El «problema» es cómo resolver la sucesión. «Arabela no será una marioneta de Weretilneck» dicen los arabelistas de la primera hora y subrayan que ya avisó públicamente que el que viene será su gobierno, es decir, se viene un cambio de Gabinete como mínimo.

El gobernador frenó ese debate interno y pidió concentración en la campaña. «Nada habrá si perdemos». La frase también habla de futuro. Weretilneck no descarta ir en la boleta nacional en octubre de candidato a diputado o senador, pero sin un triunfo el domingo que viene, esa ingeniería corre riesgo porque también pone en jaque el acuerdo con el senador Miguel Pichetto.

Los muchachos del peronismo federal salieron públicamente a respaldar a Carreras. Un triunfo de Juntos le daría a Pichetto anclaje territorial en la disputa que hay en Alternativa por las candidaturas a Presidente y Vice. El senador suena fuerte como compañero de fórmula de Roberto Lavagna, pero tiene competidores.

Por eso, «ahora más que nunca» como dice la campaña, Juntos y sus aliados salieron a buscar todos los votos posibles.

Faltan apenas siete días para concurrir a las urnas. Se espera un semana intensa.