Dólar, inflación, deuda y demagogia

(Por Rubén Lagras*).- La actualidad económica de nuestro país es crítica, pero el futuro que se vislumbra es aún peor. La inflación interanual de febrero fue del 51,3%, la más alta desde 1991 y la segunda más alta del mundo. La industria está en una capacidad productiva del 54%, en algunos sectores como el automotriz solo se está utilizando el 25% de la capacidad. Fábricas emblemáticas como Molino Cañuelas está al borde de la quiebra por su deuda de us$1300 millones, como ya lo hizo la reconocida fábrica de ómnibus Marcopolo, entre muchas otras. Esto sin siquiera mencionar la terrible situación de las Pymes, el principal generador de trabajo del país y uno de los sectores más afectados. Estos dos factores, inflación y recesión, por un período tan prolongado nos hace pensar que el término adecuado para definir la situación económica es la estanflación.

Sumado a esto, la situación del dólar. Recordemos que al asumir el Mauricio Macri recibió un sistema cambiario controlado y limitado, comúnmente conocido como “cepo cambiario”. Al dejar ésta política económica el dólar paso de $9,80 a $13,93. El por entonces ministro Prat Gay sugirió que de hacer las cosas bien estaría más cerca de los $10 que de los $15, hoy el dólar está a $42. Quizás parezca lejano en el tiempo, pero a esta altura del 2018 el dólar estaba a $20,61. Sí, a menos de la mitad del precio que se paga hoy en día. El alza del precio de la moneda norteamericana influye directamente en la inflación, aunque esto no hace falta aclararlo ya que los argentinos lo sabemos bien. El dato que sí es interesante recordar es que el Salario Mínimo a diciembre de 2015 equivalía a us$640 mientras que hoy es de us$259.

Esto no es todo, quizás la parte más preocupante esté relacionada con los anuncios que hizo el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, esta semana con respecto a la política para contener el dólar. Con la autorización del FMI el gobierno nacional ha decidido licitar us$60 millones por día, para evitar otra suba que en un año de elecciones podría ser letal para las aspiraciones de Mauricio Macri de ser reelecto. El total del dinero destinado a contener el dólar es de us$9600 millones. Es decir, el gobierno pidió plata prestada al FMI para pagar vencimientos de deuda, adelantó los desembolsos destinados para 2020 y 2021, pero en vez de pagar los vencimientos vende esos dólares “baratos” para contener el precio hasta después de las elecciones. Esto sin contar que las tasas de interés volvieron a superar el 64%, activando así la “aspiradora de pesos”. Las preguntas son ¿qué pasará cuando haya que devolver esos pesos? ¿Qué pasará cuando se acaben los us$9600 millones del FMI? No hace falta ser un genio para descifrarlo, corrida cambiaria y suba del dólar. Por ende, mayor inflación, pérdida del poder adquisitivo, aumento de las partidas presupuestarias para el pago de intereses de deuda, recorte del gasto público, etc.

En conclusión, el panorama para los próximos meses es incierto. Lo que sí es una realidad es que los cuatro años de gestión de Mauricio Macri van a dejar una Argentina con una deuda equivalente al 98% del PBI, con una devaluación cercana al 400%, caída de la industria, recesión, la inflación más alta en 28 años, la desocupación más alta en 13 años, entre otros tantos inconvenientes. Atrás quedaron las promesas de que la inflación era lo más fácil de resolver, pobreza cero y ni hablar de la unión de los argentinos. Una verdadera pesada herencia.

*Periodista, profesor de historia.