Se disparó la pobreza en el país

 El Gobierno se prepara la semana próxima para ponerle el pecho a la peor noticia del año: la pobreza aumentó en alrededor de unos 5 puntos durante el tercer trimestre. La abrupta suba obedece a la aceleración del proceso inflacionario y la caída fuerte del trabajo, tanto formal como informal, señala una publicación de diariofull, de La Plata, que también aporta datos de la capital de la provincia de Buenos Aires, que califica como «estremecedores».

El informe de indica que los estudios del último trimestre del año que difundirá la Universidad Católica, a través del informe del prestigioso Observatorio de la Deuda Social dirán que a nivel nacional, la pobreza va a superar el 33%.La estadística indica que uno de cada tres argentinos está en esa dolorosa categoría. Se trata de un tercio de la población.

Pero UNICEF agregó hace unos días otra estadística dramática: el 48%  de los niños de todo el país son pobres y en el Gran Buenos Aires las cifras llegan al 58,55%. De esta manera, los datos objetivos se alejan del eslogan electoral que acuñó Jaime Duran Barba, cuando le hacía recitar a Macri  la frase de: “Pobreza Cero”.

Tal vez por esa razón, ahora se entienda la ultima afirmación del Presidente cuando dijo que : “No quiero dar mas pronósticos”. El informe también dará cuenta que no hay pérdidas masivas de puestos trabajo. Pero sí precarización  y aumento de la desigualdad social.

Se menciona que  el Consejo Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) presentó en las últimas horas un informe elaborado en conjunto con diez organizaciones sociales de la región en 116 sitios de distribución de alimentos. Allí se recogieron datos en comedores, merenderos y copas de leche, que muestran la delicada situación que atraviesan centros de alimentación de los barrios más castigados por la crisis social como Los Hornos, Villa Elvira, Altos de San Lorenzo y Melchor Romero.

Según el informe, la población con problemas de empleo, es decir  desocupada, subocupada demandante de empleo y ocupada demandante de empleo, ascendía en el segundo trimestre de este año al 32% de la población económicamente activa, cuando el valor a escala nacional era del 28%. Sólo entre los desocupados (9,5%)  y los ocupados demandantes (14,2%), se contabilizaron 92 mil personas. Teniendo en cuenta los datos de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de este año publicados por el INDEC (2018), del total de 307.506 hogares del Gran La Plata, 65.288 (21,2%) son pobres y 16.780 (5,5%) son indigentes, y de los 871.884 habitantes, 245.070 (28,1%) se hallaban bajo la línea de pobreza y 54.329 (6,2%) bajo la de indigencia. 

Hay que señalar que los datos de indigencia se destacan por ser superiores al promedio nacional y por el hecho de ubicar al Gran La Plata en el segundo lugar entre los 31 aglomerados del país, solo superado por Santiago del Estero-La Banda.

En este contexto, se pudo observar a partir de procesamientos propios sobre las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares correspondientes al primer semestre de 2018, que  los porcentajes de niños y adolescentes de 0 a 15 años en situación de indigencia y en situación pobreza en el aglomerado Gran La Plata ascendían al  7,2% y al 42,8 % respectivamente. 

Estas cifras representan en valores absolutos que marcan que hay 13.830 niños y adolescentes en situación de indigencia y 82.408 niños y adolescentes en situación de pobreza, respectivamente.

La medición de pobreza no monetaria que lanzó Unicef junto a otras instituciones es más que certera. Está basada en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec correspondiente al primer semestre de este año. Es decir que los datos no captan el estallido cambiario e inflacionario que se produjo a partir del segundo trimestre.

Sin embargo, entre los especialistas no hay dudas que lo peor está por venir. Todos estiman un fuerte crecimiento de la pobreza y de la indigencia, a raíz de las subas interanuales de las canastas de pobreza e indigencia superiores al 50% e ingresos que en el mejor de los casos llegarían a un incremento del 30% en el mismo período.“Estamos con preocupación por el impacto real de la situación económica en el presente de las familias. Nos inquieta el impacto alimentario, en la salud, el acceso de los servicios y el aumento de la violencia. Estamos captando los datos y los publicaremos pronto”, indicó Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de Unicef Argentina.

“Se espera un cambio de tendencia en la medición de la pobreza monetaria”, también agregó Luis Beccaria, investigador y docente de la Universidad General Sarmiento. 

El avance de la maltrición

Otra prueba de la dramática situación, es la emergencia alimentaria. Un censo realizado por el Movimiento Barrios de Pie, que dejó al descubierto que el 46,7% de los chicos y adolescentes del área metropolitana sufren malnutrición con un predominio del exceso de peso. Y esto incluye un índice de obesidad del 20,5 y de sobrepeso del 22%. El problema es más marcado en los chicos de entre 6 y 10 años. Esa situación fue registrada en el segundo semestre de 2018 sobre la situación alimentaria de quienes concurren a los merenderos y comedores populares.

En el alto nivel de obesidad queda patentizada la malnutrición en los sectores populares, donde la dificultad para comprar alimentos ricos en nutrientes como carne, vegetales y lácteos lleva a una dieta basada mayormente en los hidratos de carbono.

El arroz, las harinas, los alimentos con alto contenido graso –todos portadores de altos valores calóricos, pero con bajo contenido nutricional– son los ingredientes de mayor consumo entre las familias de menores ingresos. También hay que decir que el Estado provee a los comedores y merenderos populares de alimentos pobres en proteínas, en envíos donde las frutas y vegetales frescos brillan por su ausencia.El censo incluyó 17.569 niños de 27 partidos del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, de los que fueron tomados su peso y talla.

Para darle mayor certeza con información complementaria, se realizó además una encuesta a 873 familias que concurren a los merenderos y comedores.

Finalmente, se tuvieron en cuenta además las cifras del Indicador Barrial de Precios (IBP), un relevamiento de los precios en los almacenes y mercados en los barrios populares, que mide cómo afecta la inflación en los sectores más humildes.

Sobrepeso

El informe detectó que entre los chicos de 6 a 10 años el sobrepeso alcanza 22,6 puntos y la obesidad a 25,3 de cada cien. Otra frente muy afectado es el de los lactantes (menores de 2 años), donde se encontró una malnutrición del 27,7 % –con obesidad del 12,2 y sobrepeso del 12,5 %.

También hay que dar cuenta que 66,6% de los niños de los hogares encuestados se alimenta en comedores escolares o de organizaciones sociales por lo menos una vez al día y 77 de cada cien familias tuvieron que reducir el consumo de carne, 66 de cada cien el de frutas y verduras, 65 de cada cien los lácteos. 

En el 30,6 por ciento de los hogares los niños y niñas menores de 10 años no tienen acceso a la cantidad mínima recomendada de lácteos, y en el 7,3% ni siquiera los consumen.Otra cuestión fundamental es que el 12% de los hogares consumen tres o menos veces a la semana algún tipo de carne, mayoritariamente de cortes con alto contenido graso y bajas proteínas, como alitas, carcaza, menudos, osobuco o picada.

En contraste, el 41,7 por ciento de los hogares consume diariamente preparaciones a base de harinas como fideos o polenta. Los números son tan fríos, como dolorosos e irrebatibles.

Es hora de meter manos a la obra. El problema no sólo compromete a Cambiemos, sino a todo el arco político, empresario y sindical que carece de propuestas concretas. La Argentina no tiene una política de Estado, un plan de crecimiento e inversión a largo plazo, que permita integrar a la sociedad. Y esto es más que grave.  

Fuente: diariofull