Cannabis: «Quieren enfermar más a la sociedad». Polémica

(ADN).- Una funcionaria provincial desató una fuerte polémica sobre el uso del cannabis medicinal y el autocultivo. Acusó a los medios de comunicación y a los usuarios de «hacerle el caldo gordo» a las multinacionales que quieren legalizar la marihunana en el mundo. Se trata de la titular de la Agencia para la Prevención de las Adicciones, Mabel Dell Orfano. Al cruce de sus declaraciones salió María Eugenia Sar: «Miedo le tengo a Monsanto».

Dell Orfano, reaccionó a una publicación del diario La Mañana de Cipolletti que se hizo eco, como esta agencia y otros tantos en la provincia, de un proyecto de los legisladores Daniela Agostino (ARI-Cambiemos) y Nicolás Rochás (FPV) de permitir el autocultivo de marihuana a todos aquellos pacientes que tengan recetado el uso de aceite de cannabis.

«Es una vergüenza que los diarios sigan publicando estas noticias, sin tener lectura sobre la evidencia cientifica y todas las consecuencias como los efectos colaterales graves que pueden existir en personas que se hagan su propia medicina, sin saber qué moléculas estén més concentradas en el aceite que fabrican, o si pueden estar contaminados con fertilizantes o insecticidas de consecuencia tóxicos», posteó la funcionaria al pie de la información.

Lo que no escribe Dell Orfano, que depende del ministro Luis Di Giácomo, es que se están realizando en toda la provincia (y en el país) cursos de capacitación para el prensado del aceite, ya que hay cada vez más gente que lo utiliza y más médicos que lo recomiendan.

No contenta con el primer comentario, la polémica funcionaria prosiguió: «La verdad que quieren enfermar mas la sociedad. La presión social para hacerles el caldo gordo a las multinacionales que quieren legalizar la marihuana en el mundo, planteando que no hace nada como decían del tabaco. Y hoy se muere una persona cada tres segundo en el mundo por causa del tabaco. No habrá diferencias con la marihuana además de la disminución de las capacidades de razonamiento, inteligencia y memoria, con la alteración de la percepción de la población que no se producen con el tabaco. Menos mal que ya tengo muchos años y no voy a alcanzar a padecer una sociedad rionegrina idiotizada».

La falta de respeto y la poca tolerancia de la funcionaria quedaron expuestas.

«Vergüenza es tener una funcionaria como usted, DellOrfano, a cargo de la Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y de las Adicciones» le contestó Sar, abuela de Joaquín, un niño de San Antonio que padece síndrome de Tourette. María Eugenia y su familia emprendieron una lucha judicial y logró que la jueza federal de Viedma, Mirta Filipuzzi, habilitara -con buen tino y criterio- el autocultivo a su familia, para garantizar el acceso al aceite que, de acuerdo a los estudios médicos, tuvo un efecto benéfico y logró proporcionar una innegable mejoría.

«Personalmente usted y el ministro de Gobierno, Luis Di Giácomo (médico psiquiatra), nos denigraron cuando, en una reunión de comisión ampliada a la que nos invitaron los legisladores a usuarios e investigadores de Cannabis Medicinal» denunció la abuela de Joaquín.

Y agregó: «Cuando terminamos nuestro relato, Di Giácomo expresó sus condolencias y dijo ‘pero la marihuana se ha cobrado muchas muertes’ y acto seguido pasaron un video ilustrativo con los carteles colombianos y mejicanos. En conclusión fuimos invitados a hablar de una medicina y ustedes nos trataron de narcos. No le alcanzó y en el pasillo, ya sin argumentos que fundamentaran las supuestas muertes me refutó que los intoxicados por cannabis provocaban accidentes de tránsito. Revise qué le hace el clonazepan a la gente, usted lo debe recetar».

«En la segunda oportunidad -continuó Sar- que fuimos a la Legislatura con el abuelo de Joaquín, usted se acercó de entre las sombras y nos preguntó, no sé si con preocupación o con perversidad, si no teníamos miedo de darle marihuana a un niño. Miedo le tengo a Monsanto, a los antisicóticos, a los desinformados que nos ponen piedras en el camino, al Estado que no avanza, a eso le tengo miedo».

Eugenia Sar apuntó: «Usted es simplemente impresentable, los comentarios que hace son de una gran irresponsabilidad (“sin saber qué moléculas están más concentradas en el aceite que fabrican…”), sí señora, yo sé lo que tiene el aceite que toma Joaquín, sé cuáles y cuántas moléculas tienen, de las que se puede saber. Y lo sé porque tenemos el privilegio de tener un amparo y acceso a los cromatógrafos que tienen algunas universidades de la provincia de Buenos Aires. Todos y cada uno de los que usan cannabis deberían poder medirlo, pero claro, con funcionarios como ustedes, eso está lejos de ser realidad».

‘… o si pueden estar contaminados con fertilizantes o insectisidas de consecuencia Tóxicos..’. «Todos los días comemos verduras y frutas con sustancias tóxicas, le suena el glifosato?. Ocúpese de eso en vez de escribir barbaridades y meterle miedo a la gente. Ocúpese de que se suspendan las publicidades como la de la difenhidramina que se ofrece por TV como somnífero de venta libre», apuntó Sar.

Y arremetió: «Y usted sabe las reacciones adversas en un niño de 5 años que puede provocar la Risperidona, o el Clonazepan, o el Valcote?. Le recuerdo algunas de la Risperidona: Infección del tracto respiratorio superior, neumonía, bronquitis, sinusitis, infección del tracto urinario, gripe; hiperglucemia, aumento de peso, aumento del apetito, disminución de peso, disminución del apetito; insomnio, depresión, ansiedad, trastornos del sueño, agitación; parkinsonismo, cefalea, sedación/somnolencia, y 20 más que aparecen en el prospecto. Nada pero nada de eso le pasa a quien toma 6, o 10 o 20 gotas diarias de Aceite de Cannabis. ‘…La presión social para hacerles el caldo gordo a las multinacionales que quieren legalizar la marihuana en el mundo…’. «La presión es corporativa, es de las multinacionales, de los laboratorios y del narcotráfico, no de los padres o abuelos que tuvimos que aprender a cultivar esta noble planta y las tenemos escondidas en un placar o en el fondo de un patio, siempre con el miedo de ir presos. También tuvimos que aprender a hacer aceites, tinturas, a descarboxilar, a diluir, a titular. Porque el Estado no se ocupa de lo que se tiene que ocupar, de la salud, de respetar el tratamiento que el médico y el paciente elijan. Bue, bien clarito, como usted que es funcionaria y escribe comentarios de cuarta en un diario regional. Ocúpese señora, haga lo que tiene que hacer y déjenos a nosotros tranquilos que ya tenemos suficiente con atender a nuestros enfermos, plantar, cosechar, hacer el aceite, ayudarnos y contenernos entre nosotros y pelear todos los días porque no haya más presos por plantar y porque el autocultivo sea ley.Porque la salud no puede esperar a que funcionarios como usted salgan de su cómodo sillón, dejen de escribir estupideces y se ponga a trabajar seriamente en una Ley de Cannabis Medicinal como se merece nuestra provincia», cerró.