Presupuesto e incertidumbre. ADN

Alberto Weretilneck se transformó en un férreo aliado de la Casa Rosada. Mientras varios gobernadores criticaban el texto del Presupuesto 2019 y otros ponían condiciones que mejoraran la situación de sus provincias, el rionegrino fue el vocero que en la prensa nacional ponderó el proyecto del presidente Mauricio Macri, pero no explicó cómo impactará en Río Negro.

Pocas cosas se conocen del texto que irá al Congreso. Las que trascendieron no son halagüeñas como la quita a los subsidios al transporte y la tarifa social de luz, la eliminación del Fondo Sojero o la vuelta de las retenciones. Incluso, ya hay por decreto reasignaciones de partidas que van en desmedro de la Educación y la Salud pública. Además, surgieron versiones periodísticas sobre eliminación del 40% de la zona austral y cambios en el sistema jubilatorio docente, entre otras medidas de ajuste.

Así y todo Weretilneck sólo se limitó a explicar los beneficios del diálogo, aunque no tiene ni un solo voto en Congreso (ni diputados ni senadores) para aportar al acuerdo con Nación. Su palabra es testimonial. En esa línea, se sumó al festejo por la decisión del gobierno nacional de dar marcha atrás con los reformas a las asignaciones familiares. Pero mientras el conflicto político duró, nada dijo. Ni él, ni sus funcionarios ni sus legisladores. Solo el vicegobernador Pedro Pesatti tiene una fuerte postura contraria a las políticas de Macri.

Es posible, según indican fuentes de la Casa de Gobierno, que Weretilneck a cambio de su apoyo al proyecto nacional, reciba fondos o habilitaciones del Ministerio de Hacienda para seguir emitiendo Letras, lo que permitirá pagar sueldos y aguinaldos en lo que resta de su mandato. Un esquema de corto plazo, una mirada corta en beneficio propio…pero Río Negro.

Sería la misma visión sesgada de hoy que hace que en el gobierno no haya preocupaciones por la deuda que creció a niveles exponenciales por la suba del dólar. La Provincia modificó su estructura de endeudamiento y por primera vez, es más importante en moneda norteamericana que en pesos, lo que llevó el stock a más de 21 mil millones de pesos.

Por este tema, legisladores del Frente para la Victoria pidieron interpelar al ministro de Economía, Agustín Domingo. En el gobierno aseguran que hay un aumento de las regalías también por el alza del dólar y equiparan ingresos con la deuda.

Sin embargo, el 2019 será un año difícil. Nación avisó que no habrá buenas noticias -al menos- hasta el primer trimestre. A fin de 2018 la inflación rondará el 50% y se espera que el dólar trepe a los 45 pesos. Eso llevará la lucha gremial a un punto álgido.

Las finanzas rionegrinas no gozan de buena salud y el superávit que muestra sólo se sostiene con ajuste a los salarios públicos. Pero también comenzó a sentirse el recorte en los servicios: escuelas, hospitales y obra pública.

Para colmo, el Plan Castello no da buenas noticias. Las mayoría de las obras se inaugurarán después de finalizado el mandato de Weretilneck, son casi todas «invisibles» (los planes directores de cloacas), generan pocas fuentes laborales (según denunció la UOCRA que tiene en Cipolletti y Bariloche dos puntos de conflicto), y para lo que resta, el dinero, viene con polémica. Son pocos los municipios que accedieron al crédito, por eso ahora el gobierno los «bajó» a las comisiones de fomento, que no tienen recaudación propia y pagarán con el poco recurso que tienen: la coparticipación. Y ahora, la oposición impulsa que se reúna la Comisión legislativa para determinar la deuda y a dónde se destina el excedente.

Tras llovido, mojado. En estos días se conoció que varias de las obras mencionadas en los cuadernos de la corrupción de la cartelizada obra pública, ganaron licitaciones en Río Negro en el Plan Castello.

A poco menos de 15 meses del final de la gestión, comienzan a asomar los primeros casos en la provincia que ponen en jaque la tan mentada «transparencia» del gobierno de Weretilneck. De hecho, el propio gobernador está mencionado en la causa OPS de recibir bolsos con dólares. La palabra corrupción empieza a rondar. Legisladores y funcionarios sospechados de atender «de los dos lados del mostrador» en casos que la Justicia comenzará a trabajar por «incompatibilidad»; aportes de campaña sospechados y algunos empresarios proveedores del Estado animándose a contar -por ahora en off the record- pedidos de dinero de funcionarios para sacar pagos adeudados, ganar licitaciones o firmar convenios.

Mañana comienza otra ronda de paritarias. Los gremios, incluso los que mejor relación tienen con el gobierno, rechazaron la nueva oferta salarial. Piden un esfuerzo más. Eso sería delinear un esquema de blanqueo de las sumas en negro y un bono a fin de año.

Las negociaciones se llevan adelante en la Secretaría de Trabajo y en el Ministerio de Economía, dos organismos que ponen un especial foco en evitar que haya situaciones de irregularidades. Trabajo en combatir el trabajo en negro, y Economía en que no haya evasión. Dos cosas que promueve el mismísimo Estado en la propuesta salarial a los gremios: sumas fijas, no remunerativas.