El precio del Presupuesto para Macri

(Pablo Sieira*).- El Gobierno tiene casi cerrado el acuerdo por el Presupuesto 2019. Confía en contar con el apoyo de una mayoría de gobernadores que le garantice el aval del Congreso, pero lo paga con el malestar de María Eugenia Vidal, que empieza a mostrarse más dura.

El macrismo es optimista sobre el eventual respaldo de 20 de los 24 gobernadores, es decir, todos menos el grupo de los más duros con la Casa Rosada que integran el pampeano Carlos Verna, el formoseño Gildo Insfrán, el puntano Alberto Rodríguez Saá y la santacruceña Alicia Kirchner.

Con ése análisis coinciden muchos de los legisladores peronistas del espacio Argentina Federal, que evalúan que el acuerdo terminará de tomar forma cuando al cordobés Juan Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey, los más cercanos al Gobierno, se sumen los mandatarios que están en el medio.

Se trata del amplio sector al que un operador parlamentario definió con humor como «la confederación de los mudos», por su baja exposición pública y su tono moderado en las cumbres del CFI y cuyo principal vocero es el tucumano Juan Manzur.

Tanto en Cambiemos como en el peronismo consideran que todo comenzará a resolverse el próximo lunes cuando el Presupuesto 2019 ingrese a la Cámara de Diputados pero que, con esos apoyos, alcanzarán el número de votos suficiente para conseguir el aval parlamentario.

Solo le quedaría por delante a Emilio Monzó, presidente de la Cámara baja y hábil constructor de acuerdos parlamentarios para el Gobierno, contener a cualquier peronista que amague con soltarse de su gobernador y sorprender con algún tema de negociación que no haya formado parte las charlas previas.

En el Senado, en tanto, tanto Cambiemos como el peronismo siguen de cerca las negociaciones, pero dan por descontado que la pelea real será en Diputados y que, si el Presupuesto pasa de allí, aún los muy influyentes Verna e Insfrán se niegan a apoyar, el Presupuesto 2019 pasaría sin problemas.

El precio Vidal.

Vidal está molesta porque la negociación del presidente Mauricio Macri (mediante Rogelio Frigerio) con el peronismo para conseguir la aprobación del Presupuesto 2019 la afecta particularmente a ella.

«Está empezando a defender lo suyo con más énfasis», señaló a NA un dirigente de Cambiemos que sigue de cerca lo que se conversa en la mesa chica de Macri, Vidal, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, otro afectado por la negociación.

El porteño lo acepta mejor que la bonaerense, según las fuentes, y es lógico: la Provincia es un bastión electoral clave y, para preocupación de Cambiemos y particularmente de Vidal, es el lugar donde Cristina Kirchner conserva un significativo caudal de votos detrás del cual corren los intendentes peronistas.

Por esa razón la gobernadora necesita que el ajuste presupuestario no le salga tan caro como los gobernadores peronistas pretenden y la Casa Rosada, hasta el momento, acepta: se trata de la transferencia de Aysa, Edenor, Edesur y los subsidios al transporte.

Hace meses que el peronismo le reclama a la Nación que deje de sostener esa estructura que funciona únicamente en el AMBA y le pase la responsabilidad a la Ciudad y la Provincia.
Finalmente así lo establecerá la adenda fiscal que el Gobierno enviará al Congreso (entraría por el Senado en paralelo al Presupuesto).

Solo por la quita de subsidios nacionales al transporte Vidal perdería 24 mil millones de pesos, pero en las filas de Cambiemos dicen que la suma total de recursos que la Provincia deberá resignar rondará los 80 mil millones.

Es por eso que se muestra en las últimas semanas casi tan dura como un gobernador peronista más, aunque con la disciplina de hacerlo siempre hacia adentro.

La negociación de la mandataria bonaerense pasa ahora por conseguir que se actualice por inflación el Fondo del Conurbano, una conquista celebrada el año pasado por Vidal tras conocer que recibiría de allí 40 mil millones de pesos este año y 65 mil millones para el próximo que la escalada inflacionaria licuó.

Macri se encuentra ahora frente al desafío de hacer equilibrio entre las exigencias del peronismo que no quiere dejarlo sin presupuesto (al menos la mayoría de ellos), pero tampoco entregar todo sin ser compensados, y una gobernadora propia que debe manejar el principal distrito electoral y que no está contenta con lo que viene ocurriendo.

*Noticias Argentinas