La actitud de Bonadio con Rocca definirá la «integridad» de la causa

Es el único empresario implicado al que no indagó. En tribunales creen que si no avanza quedará en evidencia que sólo buscó ir contra Cristina. Afirman que la actitud de Bonadio con Rocca definirá la «integridad» de la causa

El juez Claudio Bonadio enfrenta una decisión clave para definir la imparcialidad de la causa de los cuadernos: el llamado a indagatoria al CEO de Techint, Paolo Rocca. Hasta ahora es el único dueño de una empresa involucrada en el pago de coimas al kirchnerismo que no fue citado.

Dueños de empresas muy importantes como Aldo Roggio, Ángelo Calcaterra, Gabriel Romero, Manuel Santos Uribelarrea, Armando Losón, pasaron por tribunales y la mayoría de ellos tuvieron que acogerse al régimen de «arrepentido» para no quedar detenidos.

En el caso de Techint el comportamiento del juez ha sido excepcional. Primero ordenó detener a Héctor Zabaleta, histórico mano derecha de Rocca para los temas administrativos de su organización. Este ejecutivo aparecía en los cuadernos entregando bolsos llenos de dólares a Baratta en los subsuelos de la torre de Della Paolera, donde el grupo tiene su sede central.

Una vez que Zabaleta se quebró y confesó el circuito de las coimas, intervino Luis Betnaza, el hombre político del grupo. Con cierta hidalguía, Betnaza buscó asumir la responsabilidad directa del hecho y le dijo al juez que él había ordenado el pago de coimas, que en rigor argumentó se trató de una exacción ilegal que tuvieron que pagar para que Néstor Kirchner modere la agresiva expropiación de Hugo Chávez de la mega planta de Sidor en Venezuela.

Ambos funcionarios reportaban directamente a Rocca. Sin embargo, el juez no consideró conveniente convocarlo. Ni siquiera cuando el líder de la organización Techint confesó públicamente que su grupo pagó coimas en un encuentro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) al que asistió el propio presidente Macri y buena parte del establishment argentino.

Ante esa insólita confesión pública reproducida en todos los medios del país, ni el juez Bonadio ni el fiscal Carlos Stornelli consideraron que tenían que tomar algún tipo de medida, como sería, por ejemplo, pedir los registros en video y audio del discurso de Rocca y eventualmente pedirle que explique ante el tribunal que investiga los hechos a los que hizo referencia, que información posee y cuál es su visión de lo que ocurrió.

En tribunales creen que el esfuerzo que parece hacer el juez para que la causa no toque al dueño de la empresa más importante del país es grave y quedó muy en evidencia en una filtración al diario Clarín de esta semana, en la que directamente se anticipó que no se piensa convocar a Rocca ni al banquero Luis Ribaya, ex directivo del banco Galicia y muy cercano a De Vido.

Esa disparidad en el abordaje de la investigación según se trata de políticos, empresarios Pymes, medianos o ballenas azules como Techint, fue expuesta por la propia Cristina Kirchner en su discurso en el Senado. Tan evidente como que los ex funcionarios son exhibidos en sus traslados con cascos y guardia militarizada como si fueran jefes narcos y los empresarios van de traje y con algún que otro policía de calle.

El problema es que en las instancias superiores a Bonadío (Cámara y Corte Suprema) temen al efecto boomerang. Esto es que tarde o temprano la causa se resquebraje por una mala instrucción que haya afectado garantías o básicos criterios de imparcialidad. Si esto sucede y se compromete lo instruido, la desilusión de la sociedad caería sobre todo el poder judicial, que hoy aparece último -incluso por debajo de los gremios- en la consideración popular. El expediente ya arrastra la muy compleja objeción de fórum shopping inicial, sobre la que trabajan los 15 grandes estudios que participan del caso.

No es un secreto que en la justicia se comenta que el gobierno y el propio juzgado han lanzado un operativo de «contención» de la causa para que la investigación se centre principalmente en el kirchnerismo y poco a poco vaya quitando el foco de los empresarios. Techint y el banco Galicia son dos de los grupos más poderosos del país.

Macri, como reveló LPO, monitorea la causa a través del titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) Gustavo Arribas y de su operador judicial Daniel Angelici. El primero trabó una buena relación con Bonadío y el segundo tiene una histórica amistad con Stornelli y también buena llegada al juez.

En el grupo que conduce Rocca la estrategia es simple y les está funcionando. Betnaza tuvo que tomar la bala por su jefe y asumir toda la responsabilidad para que la causa no escale. Y lo que ocurrió fue un caso puntual de extorsión: Techint fue víctima de las presiones del kirchnerismo. No participó del club de la obra pública y como se negaba a pagar coimas, la excluyeron de los contratos y hasta de la Cámara de la Construcción.

Publicado en La Política On Line