La crisis y el impacto en la economía rionegrina

(ADN).- La fruticultura está en crisis y eso tiene un fuerte impacto en la economía de Río Negro, porque la provincia pierde ingresos año a año. Una de las claves es la destrucción de los pequeños y medianos productores que constituyeron históricamente el engranaje de la cadena del sistema productivo.

Desde 2013 el retroceso en ingresos es contundente. Ese año la exportación de peras y manzanas alcanzó las 1.176. 637 toneladas, y reportó 702.334 millones de dólares. En 2017, salieron del puerto de San Antonio Este 430.314 toneladas de fruta y se recaudaron 376.265 millones de dólares.

El descenso de fruta exportada y, consecuentemente los ingresos, fueron en caída libre. Así y todo fue el producto más exportado por Río Negro, más que la bentonita y el gas licuado de petróleo.

La Federación de Productores viene pidiendo a los gobiernos nacional y provincial medidas para reconstruir el sector. Hay cada vez más chacras abandonas e improductivas y menos chacareros cultivando peras y manzanas. Un tema central es el valor de la fruta que pagan las empresas exportadoras. A eso se suman la devaluación, el costo de combustibles, energía, agroquímicos y la mano de obra.

Un comparativo marca la caída:
-Número de productores. En 2010 había 2.508; en 2017: 2.182
-Toneladas exportadas. En 2010 fueron 518.595; en 2017: 393.064
-Superficie plantada: En 2010 habían 51.428; en 2017: 42.714

Los pequeños y medianos productores son el eslabón más débil de la cadena de la economía regional. Dependen de la venta a las grandes empresas empacadoras-comercializadoras que definen las condiciones de la transacción y valor de la fruta.

Según determinaron el INTA y la Secretaría de Fruticultura de Río Negro, el costo de producción de la temporada 2017-2018 fue de 6,46 pesos por kilo (sin contar la devaluación) y el precio que recibieron los chacareros fue de 3,50 pesos por kilo de pera y 4,50 pesos por kilo de manzana.

Desde 2009, los productores vienen perdiendo en esa relación producción-venta. La pérdida promedio es el 60%.

Las empresas justifican la compra porque descuentan los costos que tienen empaque, frío, transporte y ganancias de terceros, a pesar de haber sido beneficiadas con medias impositivas. Sin embargo, amparados en la caída de las exportaciones, siguen pagando el kilo de fruta por debajo del costo de producción, lo que está liquidando a los pequeños y medianos productores.

Pero los chacareros tienen otras desventajas. Según la Federación, la devaluación, los costos laborales y los aumentos de agroquímicos (se venden a precio dólar), combustibles y energía impactan fuertemente en su economía, lo que complica su subsistencia, tanto, que insisten ante el Ministro de Agroindustria una prórroga por un año en el pago de los créditos a la poda, porque no los pueden afrontar.

La caída de exportaciones responde al tipo de cambio, la inserción de Argentina en los mercados mundiales, y la calidad de fruta que hoy exige el mundo.

Hoy, el precio del dólar mejora las posibilidades de competitividad pero complica a los productores que ganan en pesos y tienen costos en dólares. Por eso, desde la Federación se viene proponiendo un dólar fruta, que sirva para el comercio exterior pero no afecte a los ciudadanos.

Otro punto que se exige es tener una política de comercio exterior más activa de la Provincia. Y, a partir de eso, un consenso productivo para lograr una mejor calidad que vuelva a colocar a las peras y manzanas rionegrinas en un sitial de excelencia.

Además, generar un circuito comercial en el mercado interno, que permita colocar la fruta que no alcance los estándares de exportación. Y resucitar la industria juguera.