Tiempos de la Justicia y la política

(ADN).- La incertidumbre genera inseguridad. Un proceso político que finaliza y un futuro desconocido. Este devenir no es neutro para la Justicia rionegrina a pesar del símbolo de la señora de la balanza con los ojos vendados. Hay inquietud.

El debate enla causa conocida como “sobresueldos” puso al descubierto algo de esto. Ante la denuncia del peronismo de un eventual acuerdo –nunca confirmado- para archivar en el Consejo de la Magistratura dos denuncias contra el fiscal de Cámara Hernán Trejo, en tanto éste no acusaba en el caso que tiene imputados a ex funcionarios del gobierno de Miguel Saiz, sumó molestias. Por un lado se habló de impunidad y por otro de presión a la Justicia.

Nada de esto sucedió y pareciera que el acuerdo transcurrió por otros carriles. Quien le prometió a Trejo que la Magistratura pasaría a archivo las dos denuncias, cumplió y por otra parte la política despejó dudas sobre la actuación de la fiscalía que finalmente pidió sanciones a los imputados.

Hubo sobreactuación. Tanto en la previa como en el desenlace de la denuncia sobre estas sospechas, se actuó para la tribuna. Se lavó la ropa.

También sobreactuó el presidente del Superior Tribunal de Justicia y titular del Consejo de la Magistratura, Enrique Mansilla, quien le pidió al legislador que plantó la sospecha en el caso, que presente la denuncia correspondiente para poder vindicarse, un planteo que le permitió excusarse de votar el paso a archivo de las causas del fiscal.

Todo fluyó. Y la Justicia transitará hasta el proceso electoral del año próximo por alguna otra incomodidad tanto por compromisos que tiene con la actual administración como ante la eventualidad de un cambio de signo político en la administración del Estado. Prevenir el futuro.

No es novedad. Siempre fue así. Por qué tendría que ser distinto.