Con comida de descarte, planean un Banco de Alimentos

(ADN).- La crisis económica en el país tiene su costado más cruel. En Bariloche, el municipio planea armar un Banco de Alimentos para distribuir en los sectores más vulnerables con comida de descarte de los hoteles y restoranes, y la vencida «en condiciones de consumo» de los supermercados. Los riesgos a la salud, en la mira. Y el proyecto en Viedma.

El proyecto generó una enorme polémica. El concejal Daniel Natapof (FpV) adelantó que no convalidarán la iniciativa, y el legislador Ricardo Arroyo (JSRN) opinó que la idea “es un elogio al cinismo”.

Los Bancos de Alimentos existen en el país desde 2001, a partir de la fuerte crisis social y económica que terminó con la renuncia de Fernando de la Rúa a la Presidencia de la Nación. También existen este tipo de iniciativas en el mundo y muchas son impulsadas por organizaciones sociales.

El punto de conflicto se da en la comida vencida. Hay un reciente antecedente que abre la puerta esta polémica iniciativa: el Congreso aprobó una iniciativa de Elisa Carrió (Cambiemos) que modifica la Ley Donal. Entre los cambios realizados, el oficialismo logró imponerse y modificar el artículo 9, que le brinda tranquilidad a las empresas donantes ya que a partir de ahora, sólo serán pasibles de responsabilidad civil y penal por los posibles daños causados por la mercadería de poder probarse culpa o dolo previa a la fecha de donación.

Las modificaciones atentan contra la salud pública. Y ese es el foco de críticas de la oposición, ya que evalúan que no hay capacidad operativa de los municipios para llevar adelante el correcto control bromatológico de la comida.

Alejandra Schnebeeli, secretaria de Desarrollo Social de Bariloche, confirmó al diario Río Negro que el Ejecutivo trabaja en el “manejo de los alimentos que llegan al vertedero, en una ordenanza para justamente ordenar esos alimentos que son descartados por los supermercados porque están vencidos pero que están en condiciones de consumo”. Y agregó: “La idea es que antes que la gente busque alimentos en el vertedero, queremos generar un espacio intermedio donde se acopien y se evalúen las condiciones y se puedan entregar”.

En el mundo, y también en ciertos puntos de la Argentina, los Bancos de Alimento imponen un consigna es: “No recibimos alimentos vencidos. Las empresas deben respetar el código alimentario argentino, los alimentos donados no pueden estar vencidos, ni en mal estado”.

Natapof aseguró que el proyecto que impulsa el municipio “es ilegal, no es ético y es denigrante”. “Me pregunto si los funcionarios le darían de comer productos vencidos a sus hijos”, cuestionó ante la consulta de En Estos Días. Afirmó, además, que al Intendente le molestan las acciones de las organizaciones en el basural -como la cocina solidaria de Cáritas- porque “pone en evidencia una situación social que Gennuso niega en forma sistemática”.

Para Arroyo, de concretarse la iniciativa, se estará ante “una verdadera infamia”. “Es un elogio al cinismo” aseguró a través de sus redes sociales, y añadió “que dirigentes políticos ideen, promuevan y/o ejecuten este tipo de acciones degradan la política y por sobre todas las cosas, la condición de seres humanos de las personas”. “Si esta norma se concreta estaríamos oficializando dos tipos de sociedades: la sociedad que disfruta de sus derechos y la sociedad que vive de los deshechos».

Viedma
La concejal Silbana Cullumilla (FPV) presentó una iniciativa similar a la de Bariloche, que fue analizada por las comisiones y cuya discusión trascendió hasta el Consejo Local de Salud, donde encontró trabas en su potencial ejecución. más por posibles faltas sanitarias, que por razones ideológicas.

La iniciativa abrió un abanico de objeciones, en cuanto a los controles sanitarios de los alimentos y las posibles consecuencias, consignó En Estos Días.

Para José Robacio, director del Hospital Artémides Zatti y miembro del Consejo Local de Salud, “no podemos dividir entre personas que consumen alimentos de primera y de segunda”. El médico centró sus críticas sobre el proyecto en la falta de una estructura sanitaria que pueda controlar los alimentos, sus condiciones para ser consumidos, y la forma de manipulación.

“No podemos garantizar la calidad de los alimentos, menos aún aquellos que son perecederos como lácteos, carnes, alimentos congelados y no hay ninguna manera de certificarlos porque habría que crear un instituto y al final saldrían aún más caro que comprarlos”, detalla.

De la incorrecta manipulación o la falta de controles de los alimentos pueden producirse consecuencias fatales: “Una infección bacteriana puede ser grave o hasta letal, y no se puede correr el riesgo”, asegura el Director del Hospital. Y aclara que no esta en desacuerdo con el proyecto “en tanto se pueda controlar bien o se pueda abastecer a comedores. El tema es quién toma la responsabilidad de lo que ocurra después”.

En el proyecto se plantea que la autoridad de aplicación será la Municipalidad, que debe garantizar que los alimentos cuenten con estándares bromatológicos que marca el Código alimentario argentino. Una vez que las empresas donan los alimentos a las intituciones, también transfiere la responsabilidad por la calidad y las consecuencias.

Por su parte, el concejal Diego Santos (FpV), que también integra el Consejo Local de Salud, indicó que «el proyecto es inviable en la práctica» porque “el Municipio no tiene estructura para hacer controles de este tipo. El área de bromatología no tiene laboratorio propio”, explica.

“En Argentina hay un par de bancos de alimentos funcionando de forma privada, integrados por directivos o CEOS de empresas alimentarias. En Europa cayeron en desuso los Bancos de Alimento y los sacaron de circulación y los principales argumentos era que se usaban para desgrabar impuestos”.

¿Le genera contradicciones ideológicas el proyecto?, le consultaron. «No. Hoy hay entidades intermedias que se dedican a paliar un poco lo que generó la crisis, y vecinos que necesitan. Ideológicamente no tengo problema con esto sino con la instrumentación», respondió.