El rol del Congreso en el acuerdo con el FMI

(Por Pablo Sieira*).- El potencial acuerdo con el FMI abre una nueva discusión en el Congreso que por ahora se da hacia dentro de la oposición, pero debería preocupar al Gobierno a futuro, para cuando se conozcan las condicionalidades del organismo de crédito.

En el ambiente legislativo suele decirse que «para todo hay dos bibliotecas» y los peronistas ya empezaron a tirarse con los libros (de derecho, de historia, los que estén a mano) para decir si al Congreso le corresponde o no avalar el acuerdo con el Fondo Monetario.

Los diputados y senadores del kirchnerismo dicen que sí y el justicialismo alineado con los gobernadores, o más precisamente su jefe parlamentario, el senador Miguel Pichetto, dice que no, a menos que las condiciones que ponga el FMI para soltar los billetes impliquen modificar algunas leyes.

Los primeros toman como antecedente el pago en efectivo que hizo Néstor Kirchner al FMI en 2005 y que el artículo 75 de la Constitución le da al Congreso la facultad de «contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación», mientras que Pichetto se apoya en la Ley de Administración Financiera.

El que salió con una lectura intermedia fue el senador José Mayans, presidente de la Comisión Bicameral que controla la deuda externa (o al menos eso intenta, con los insistentes llamados de Mayans al ministro de Finanzas, Luis Caputo, para que entregue documentos que hasta ahora les retacea).

Mayans, que además es uno de los vice de Pichetto en el Bloque Justicialista, dice que el Gobierno necesita la autorización del Congreso solo si el préstamo del FMI es para este año, porque el Fondo fue incluido en el Presupuesto 2018 como posible auxilio, pero si el colchón verde es para 2019 no estará obligado: basta con que lo incluya en el
próximo Presupuesto.

Curiosamente, Mayans también se basa, como Pichetto, en el artículo 60 de la Ley de Administración Financiera, a la que evidentemente interpretan usando dos bibliotecas distintas. Hay quienes ven venir una discusión interna por esto.

No obstante, Mayans se preocupó tanto con el anuncio del presidente Mauricio Macri que estaba dispuesto a tomar en la Comisión Bicameral la misma postura que el kirchnerismo, pero se calmó un poco después de charlar con Pichetto el mismo martes en que se conoció la decisión de la Casa Rosada.

Hay un par de interrogantes y son si el resto de la bancada justicialista comparte la visión de Pichetto; si se calmó, como Mayans, a la espera de ver para cuándo es el préstamo o si, en el deseo que tienen algunos de endurecerse un poco, se distancian de ambas posturas y se acercan a la del kirchnerismo.

El Gobierno debe tener en cuenta en este punto que los gobernadores peronistas, como se dijo en una entrega anterior, se empezaron a desentender de los obstáculos que el oficialismo se encuentra en el Congreso por no tener mayoría propia.

Así lo demostró la aprobación del proyecto sobre tarifas en Diputados y el tibio pronunciamiento que tuvieron este viernes, luego de reunirse con Macri: evitaron criticar el acercamiento al FMI, pero tampoco lo respaldaron.

Se dice que entre 2016 y 2017, Macri les dio a los mandatarios provinciales todo lo que necesitaban (transferencias automáticas y pago de viejas deudas federales) y que ya no tiene mucho para poner sobre la mesa en la que se negocia el apoyo político.

Condicionalidades
En los hechos (como lo demuestra la real politik vernácula) el Gobierno puede avanzar con el acuerdo y la oposición poco puede hacer desde el Congreso para obligarlo a pasar por allí más que reclamar ante la Justicia, un ámbito donde por ahora el oficialismo se siente seguro.

El problema podría tenerlo con las condicionalidades del FMI, que en acuerdo «stand by» deben ir cumplirse antes de cobrar cada cuota y que probablemente impliquen la modificación de leyes: la laboral (cuya reforma ya fue enviada al Senado por segunda vez y trabada por segunda vez) es la que motiva más especulaciones.

Si bien en el Congreso hay quienes creen que, con un acuerdo firmado, los gobernadores y los legisladores del peronismo «responsable» (o al menos la mayoría de ellos) no le bloquearán el cumplimiento de las condicionalidades porque sería «prender un fósforo en una pradera seca», el panorama es complejo.

La lectura de Pichetto sobre cuándo debería intervenir el Congreso y las últimas actitudes de los mandatarios provinciales así lo indican.

Tal vez sea por eso que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pasó la semana pasada por el Congreso, para visitar a Pichetto y al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, los más hábiles negociadores que el oficialismo ha tenido hasta ahora allí dentro, para sortear la desgracia política de no ser mayoría.

Según supo NA, el espíritu de diálogo que el Gobierno tuvo en 2016 y buena parte de 2017 se cortó después de las elecciones legislativas y Frigerio se mostró en actitud de tratar de retomar esa senda.

*Periodista acreditado en el Congreso. Agencia NA