PPP: El costo podría triplicar el precio de las obras

Hoy, en el Centro Cultural Kirchner, comenzará la apertura de los sobres técnicos correspondientes a la primera licitación del programa de Participación Público Privada (PPP). Quince días más tarde, se abrirán los sobres económicos de aquellas propuestas que hayan superado la instancia técnica.

La apertura de sobres se hizo esperar. Dos veces fue postergada para darles tiempo a los interesados a elaborar las propuestas por los cambios en materia impositiva recientemente aplicados.

En esta primera licitación se asignarán seis corredores viales para que Uniones Transitorias de Empresas (UTEs) privadas construyan circunvalaciones y autovías públicas con capital propio a pagarse en parte con erogaciones del Estado y también con la concesión posterior de las obras realizadas. En este caso son quince años de peajes.

En la pelea está anotadas las principales empresas constructoras del país como Techint, Roggio, Supercemento y Cartellone; nuevos jugadores que vienen de la energía como Uribelarrea y Araucaria y jugadores internacionales como la coreana Hyundai y la española Abertis, entre otros grandes jugadores.

La ventaja para el Estado consiste en que estas obras figuran debajo de la línea en el Presupuesto nacional y como tal no se computan como gasto en infraestructura que incremente el déficit. Pero pueden tener una notoria desventaja: desde la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) calculan que trasladar el costo financiero al sector privado puede hacer que el costo final resulte entre 350% y hasta 400% el costo de tomar deuda y usarla para obra pública.

Desde el Gobierno interpretan estos dichos como una provocación corporativa para desalentar el programa de PPP y conservar los beneficios del esquema de obra pública tradicional. «Quieren las viejas rutinas donde la obra pública nos costaba 50% más. Se acabó el lobby empresario que decidía quién ganaba cada obra», aseguraron a LPO desde Vialidad Nacional.

A diferencia de los contratos de obra pública tradicional, en los de PPP la UTE debe adelantar fondos propios por aproximadamente el 10% del monto total proyectado. Tratándose de obras de cerca de 1.500 millones de dólares, las empresas adjudicatarias deben desembolsar 150 millones de dólares en garantía y luego salir a conseguir el 90% restante en el mercado financiero en un plazo de seis meses. Es una apuesta para pocos.

Con este capital, comenzará la obra y cada mes el Estado le emitirá un Acta de Reconocimiento de Avance de Inversión (ARAI) con la que calcular la inversión no amortizada. Trimestralmente, con tres de estos certificados -para los cuales el Gobierno compró vehículos con cámaras especiales capaces de cuantificar el avance de las obras-, se emitirán Títulos de Pago por Inversión (TPI), lo que antes eran los adelantos de obra.

Estos TPI serán bonos a diez años que estarán en dólares y se destinarán a cubrir las obligaciones contraídas en moneda fuerte. En tanto, para las obligaciones en pesos se emitirán los Títulos de Pago por Disponibilidad (TPD), los que a su vez estarán atados a la inflación. A su vez, estos TPI contarán con el respaldo del fideicomiso del impuesto al gasoil, el Sisvial, hasta ahora destinado al desarrollo de caminería y, desde 2020, exclusivamente dedicado al pago de los PPP.

Estos TPI estarán estructurados de forma tal de servir como activos con los que las UTEs podrán cancelar sus obligaciones con los bancos y los fondos de inversión con lo que se capitalizaron, pero por la tasa de interés que devengan, esto no deja tranquilas a las empresas.

Los montos de las obras son muy elevados para asumirlos a tasa variable y con la tasa de interés subiendo, un par de empresarios reconocieron a LPO que la quiebra no es una posibilidad tan remota. Por eso, para preservarse, buscarán cubrirse del riesgo con futuros de tasa de ser necesario o apuntarán directamente a préstamos a tasa fija, pero en este caso, el costo financiero se eleva al 10% anual, al menos 250 puntos básicos por encima de lo que saldría que el costo financiero lo asumiera directamente el Estado Nacional.

«Sería una tasa exitosa y competitiva», planteó al diario BAE el secretario de Camarco y experto en PPP, Julio Crivelli.

«Puede ser que las obras terminen saliendo entre 2,5 y tres veces en relación al sistema tradicional, pero hay que tener en cuenta que se pagan a lo largo de los años, nos las están financiando», argumentó el directivo de la Camarco.

(Fuente: LaPolíticaOnLine)