En Mendoza «la actividad frutícola está desapareciendo”

(ADN).- Un artículo del diario Los Andes refleja la crisis de la fruticultura en Mendoza, que se asemeja a la realidad en Río Negro y Neuquén. Asegura que La escasa rentabilidad ha llevado a la disminución de la superficie cultivada en la provincia.

Ante esto, Daniel Brunetti, productor de manzanas, peras, duraznos y ciruelas para consumo en fresco y miembro de Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), habló sobre la situación que atraviesa el sector. Sus plantaciones se dividen entre el Valle de Uco y el Norte de Mendoza. Su producción la procesa en la empacadora que dirige, ubicada en calle Alsina, en Godoy Cruz. Las mercadería es colocada, sobre todo, en el mercado interno.

-¿Cuál es el panorama actual de la fruta en fresco?
-No voy a decir nada que no hayan dicho otros referentes. Hay una gran crisis en el sector y la actividad está desapareciendo. La comercialización de fruta ha dejado de ser negocio. Un ejemplo muy claro, que se puede visibilizar fácilmente, es la pérdida de superficie cultivada.
La gente que tenía frutales los ha ido arrancando para hacer chacras, donde los resultados se ven más rápido, aunque este rubro tampoco está atravesando su mejor momento y, en muchos casos, no les ha significado un cambio positivo. Pero los motiva que pueden cosechar en menos tiempo. Nadie está dispuesto a invertir a 5 años, que es lo mínimo que requiere un monte frutal.

-¿Esto afecta a la fruta en general o hay alguna en particular en mayor riesgo?
-Es en general, pero sobre todo la pera y la manzana. Son las frutas más perjudicadas y están en riesgo de desaparecer. No queda ni el 30% de la producción que había años atrás.

-¿Es una situación reciente?
– No, esto viene desde hace más de 15 años, aunque se ha ido agravando. Han desaparecido las jugueras y se ha achicado el mercado interno. No hay dónde colocar el producto. Por esta situación atraviesan productores de todo el país. En cuanto a exportaciones, en estos momentos, no estamos vendiendo al exterior. Los altos costos internos nos quitan competitividad.

-Respecto de estos costos ¿cuáles son los que más atentan contra la rentabilidad del sector?
-Tenemos costos internos muy altos, que no nos permiten exportar. Las cargas laborales e impositivas son muy elevadas y, además, respecto de las primeras, hay un gran riesgo de litigiosidad. Otros son los costos para poder estar operativos: la electricidad ha llegado a valores imposibles de pagar y poner malla antigranizo es una inversión que no todos pueden afrontar. Esto se conjuga con los problemas propios de la industria. Hoy no estamos exportando, la fruta queda acá. Cuando hay mucha producción para el mercado interno no llegamos a cubrir los costos.

-¿Cuál es la principal demanda del sector?
-En lo inmediato pienso que se podrían bajar los costos laborales creando leyes adecuadas para enmarcar a los trabajadores temporales y fomentar la inversión con créditos accesibles para que el productor pueda volver a plantar. Sobre todo, sostener a los que hacen las cosas bien con, por ejemplo, con una tarifa diferencial de electricidad, un servicio desperdiciado en muchas plantaciones abandonadas. Tenemos que pensar en una Mendoza con una fruticultura protegida. La malla antigranizo vale lo mismo que la tierra. En la provincia cae granizo y contar con esta protección es de primera necesidad para garantizar buena producción y de calidad. Ésta es la única manera de evitar daños por esta contingencia climática. Los aviones (de la lucha antigranizo) no son 100% efectivos.

La pérdida de superficie cultivada es un problema que se advierte en muchos sectores
-En lo que respecta a nuestro sector, sí. Hay varios factores que han provocado este gran descenso en los cultivos, pero todos se vinculan con lo mismo: la falta de rentabilidad. Por un lado, ha avanzado mucho la vitivinicultura sobre la fruticultura. Además, mucha gente ha comprado tierras para hacerlas chacras.

Perfil
Daniel Brunetti. (66) formó parte de los comienzos de la expansión de la fruticultura. Él tenía apenas 16 años cuando se introdujo en este mundo ayudando a su padre en la comercialización de frutas, cuando el Mercado de Guaymallén estaba situado donde hoy se encuentra la Terminal de Ómnibus de Mendoza.

Con el tiempo hicieron un galpón de empaque y fueron incorporando la producción primaria. Hoy preside el directorio de Armando Brunetti SA, productora, empacadora y comercializadora de frutas frescas con sede en Godoy Cruz, empresa que lleva adelante junto con sus hijos.