Pichetto es un político con lealtad a su provincia

(Por Roberto Vargas*).- Levantando el dedo inquisidor, algunos que no están libres de pecado, acusan a Miguel Pichetto de “traidor”, simplemente por hacer aquello para lo que fue electo: defender los intereses de la provincia, representando la voluntad de sus gobernantes.

No es un asunto ideológico, ni siquiera político partidario: es ser coherente con los principios básicos de la democracia Y al decir esto no es necesario repetir que la Constitución es clara en lo que respecta a los deberes, derechos y lealtades de los senadores.

“Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley” dijo Pichetto en relación a la reforma previsional, destacando con esa frase que no siempre los intereses de la provincia van de la mano de lo que se piensa como legislador. Hay que recordar que el 90% de los gobernadores del país firmaron el acuerdo con Nación que les permite traer beneficios a sus provincias. Alberto Wereltinek lo hizo, y Pichetto, obedeciendo al mandato constitucional tuvo que
votar en consecuencia. ¿Eso es traición o coherencia?.

“Traidor” dicen aquellos que olvidan un axioma fundamental del general Perón: “primero la patria, después el movimiento y por último los hombres”. La patria chica de Miguel Pichetto, Río Negro y sus gobernantes, le demandaron acompañamiento a la ley, y así lo hizo. Sobre la base de ésta afirmación, ¿no serían traidores los otros que no acompañaron la postura de su provincia?.

No se puede endilgar al senador rionegrino responsabilidad sobre la ley. Los responsables son aquellos que corrompieron el sistema previsional durante mucho tiempo convirtiendo los fondos de los jubilados en caja chica para sus desmanes políticos.

Precisamente son los que promovieron el vaciamiento aquellos que se rasgan las vestiduras y gritan con mayor fuerza.

Lamentablemente no se los escuchó gritar cuando una provincia, Santa Cruz, generó un sistema jubilatorio diametralmente opuesto al del resto del país, con retiros a edad muy temprana y montos siderales. No se los escuchó gritar cuando jueces adictos y militantes, se jubilaron recientemente percibiendo cifras obscenas de más de 300.000 pesos por mes.

Miguel Pichetto es un hombre respetable y un político coherente.

Su gestión legislativa es impecable e inobjetable. Nadie puede ni debe sospechar que traicionó lealtades, porque su principal obligación es con la provincia de Río Negro, con la que ha cumplido con creces, mas allá de las bajezas políticas y manoseos partidarios de los mediocres que no tienen convicción ni ideología.

La gente no se equivoca, la calle no se equivoca. Cientos de paredes, a lo largo y ancho de Río Negro dicen claramente “Perdón Pichetto” como forma de reconocimiento a su gestión y disculpándose por críticas infundadas.

Como dirigente gremial, a mi también me duele que los trabajadores, y en especial los jubilados afronten reformas al sistema previsional, pero también soy conciente que la fiesta del despilfarro, la corrupción y las “cajas chicas” de la política deben terminarse. Que sean los que se llevaron todo lo que les correspondía a los trabajadores, los que se hagan cargo del mote de “traidores” y empiecen a pagar por sus errores.

Mientras tanto, dejen tranquilos a los que trabajan por todos y tienen una conducta intachable como Miguel Pichetto.

*Secretario General de UTHGRA, Viedma.