Advierten que la reforma tributaria afectará a la producción citrícola

La Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), que preside el productor, Jose carbonell, advirtió que “La suba de los impuestos internos se trasladará inexorablemente a precios, con el consiguiente encarecimiento del producto, más la pérdida de competitividad de toda la cadena productiva”.

Según Federcitrus, “el menor consumo de cítricos por la industria para abastecer el mercado interno de jugos para bebidas, especialmente en lo que hace a naranjas y mandarinas, provocará una depresión de los precios que las industrias pagan al productor por su fruta, y contribuirá a la sobreoferta de un mercado interno con precios decididamente no rentables”.

La reforma impositiva que impulsa el gobierno nacional, propone elevar los impuestos Internos para las bebidas azucaradas (gaseosas o no), que actualmente están entre un 4% y un 8 %, de acuerdo al contenido mínimo de jugo de frutas y sin este componente, respectivamente, a un 17 % si incluyen un agregado de azúcar.

“Ingrato anuncio”

Para Federcitrus , el impuesto a las bebidas con azúcares agregados, es un “ingrato anuncio”, que deja de lado la intención que imperó desde la creación de los Impuestos Internos en cuanto a impulsar el consumo de jugos naturales a través de su agregado en un porcentaje mínimo en las bebidas, para promover el asentamiento de industrias, justamente basadas en el procesamiento de frutas en las zonas productoras. Es decir que el beneficio impositivo por uso de jugo se elimina. Por otra parte, la alícuota del impuesto interno a los vinos y sidras subirá de 0% a 10%; las cervezas del 8% al 17% y la champaña de 0% a 17%. “Es decir que una gaseosa con azúcar, sin alcohol, tributará un impuesto interno igual al de un vino o una champaña, cuando es claro que la gaseosa se consume en gran parte por estratos poblacionales de menores recursos”, subrayaron desde la Federación.

“Esperamos que el Congreso Nacional no avale esta reforma y confiamos que los legisladores de las provincias del noreste y noroeste argentino den el debate sobre este proyecto que significaría una asfixia impositiva estatal a la producción y el empleo, y pondría en jaque a las economías regionales del NEA y el NOA”, expresó Federcitrus.

Ganadores y perdedores

El comunicado de la Federación, señala que dicho proyecto tiene “ganadores y perdedores”, y entre estos últimos, están las provincias productoras de frutas cítricas, al tiempo que sostiene que la actividad citrícola “es la mayor dadora de mano de obra en Tucumán, Entre Ríos y Corrientes”, con 100.000 puestos de trabajo a nivel nacional.

“La industria de bebidas sin alcohol es un actor fundamental en el desarrollo que ha tenido la producción de jugos y aceites esenciales en las provincias del norte argentino, e inciden profundamente en el funcionamiento de esas economías regionales, contribuyendo a la industrialización de las producciones primarias, incluyendo el Noroeste, el Litoral, el Valle de Rio Negro y Cuyo”, sostuvo la entidad citrícola.

Producción citrícola

“El sector citrícola exporta buena parte de su producción y la industria absorbe fruta que no tiene cabida ni en el mercado externo ni en el interno. La ecuación, industria-mercado fresco externo e interno, ha permitido la supervivencia de la actividad a pesar de políticas que le han restado competitividad a todo el universo exportador argentino, y de las dificultades que tienen las economías regionales y que no han sido solucionadas por la actual administración nacional. Una muestra de ello es la imparable caída de las exportaciones de todas las frutas en los dos últimos años, salvo el limón, que compite por calidad y diferenciación”, expresa el comunicado de Federcitrus.

También remarcan que “el principal cliente del sector citrícola es la industria de bebidas sin alcohol, la que anualmente compra más del 50% de la producción (naranjas, limones, pomelos y mandarinas) para la elaboración de sus productos (en 2015 la producción total fue de 3,2 millones de toneladas). “Una medida de este tipo no sólo quita incentivos, sino que atenta contra el desarrollo que el sector ha logrado a través del tiempo”.

(*) Fuente: Infogei