#Maldonado. Testigo en peligro

(Por Catalina Arca*).- La vida de Ariel Garzi cambió en un instante cuando la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, dijo su nombre durante la exposición en el Senado por la desaparición de Santiago Maldonado. Es que el joven valletano, que vive en El Bolsón, era uno de los testigos reservados de la investigación que intenta determinar qué pasó con el tatuador de 28 años que fue visto por última vez el 1° de agosto durante una represión en el Pu Lof en Resistencia, en Chubut.

Sin embargo, quienes debían garantizar su protección no lo hicieron, situación que lo empujó a mostrarse y a contar su historia como mecanismo de defensa.

Los 22 segundos que duró la llamada al teléfono de Santiago convirtieron a Garzi en testigo de la causa. La declaración, que mantiene intacta, fue hecha en las oficinas del juez Guido Otranto, en Esquel, previo asesoramiento jurídico. Allí, Garzi contó que llamó al celular del Brujo a las 15:23 del 2 de agosto, tras enterarse de que Santiago era el joven desaparecido luego de la represión en Leleque.

“Me atendieron por 22 segundos, escuché una pieza vacía con eco y pasos de botas. Yo lo viví, ese sonido me quedó patentado”, relató Ariel, quien hace referencia a su detención en enero durante una manifestación en Cushamen.

Luego de la primera comunicación llamó otras veces, pero el número ya estaba fuera de servicio. Ante esa situación, decidió presentar su teléfono como prueba, con la promesa de garantizar su seguridad.

El día del informe que presentó Bullrich en el Senado, Ariel se encontraba de visita por la región. Estaba tomando mates con su madre, cuando decidieron prender el televisor y escuchar la presentación, sin imaginar lo que pasaría.

Cuando escuchó su nombre, no reaccionó. Después “le cayó la ficha” y entendió la situación como un mensaje silenciador, así que tomó sus cosas y volvió a la comarca andina.

“¿Con qué necesidad me manda al frente así? Lo tomé como un mensaje”, reflexionó. Por recomendación de sus abogadas, entre ellas Sonia Ivanoff, decidieron hacer público el relato por seguridad.

Pese a todo, Ariel –confecciona arcos y flechas de madera para niñas y niños- no tiene miedo, aunque está alerta. Sabe que no está solo, que tiene el sustento de toda una comunidad, y no se cansa de preguntar dónde está Santiago Maldonado, su amigo de la feria.

*Periodista, La Mañana de Neuquén.