Curarse en salud. ADN

El afán de interpretar los resultados electorales principalmente en la nacionalización del voto, puso en segundo plano una lectura necesaria sobre la conducta del ciudadano respecto a la repercusión negativa de la instalación de una planta nuclear en la costa atlántica rionegrina, con un aditamento no menor: el miedo.

También se pretendió interpretar que el tema era “una cuestión sólo en Viedma”, sin advertir que tener una usina nuclear en la provincia movilizó a distintos sectores y en toda la geografía.

Fue un aprendizaje. Aníbal Tortoriello, intendente de Cipolletti y enrolado en Cambiemos, le pidió al gobierno nacional que modifique el recorrido del proyecto del tren de carga de Vaca Muerte, para que no pase por esa ciudad, ya que entiende que “traería muchos inconvenientes”.

A la luz de lo ocurrido en las PASO, la solicitud de Tortoriello al gobierno de Macri tiene como propósito “curarse en salud”, ante la posibilidad de que se instale en el corazón de los cipoleños el reclamo por las consecuencias y “el temor” que el tren de carga transportando desde Vaca Muerte productos de la explotación petrolera y gasífera, transite por el medio de la ciudad.

También sabe el jefe comunal que este tren de carga es un proyecto del gobierno nacional, que lo considera un desafío para alentar las inversiones en la cuenca neuquina, a la vez que el ministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, confirmó la decisión de avanzar en este tema. Cualquier similitud con la planta nuclear…es producto de la realidad.

Una segunda lectura subyace. El tema pone a Tortoriello en una hipótesis de conflicto con el gobierno de Cambiemos del que forma parte, y además luego de salir tercero en las PASO, a centésimas de JSRN.

El factor tiempo es vital, pero el tema lo instaló él mismo. Seguramente piensa resolverlo con un compromiso del ministro de Transporte de “planchar” esta cuestión hasta después de octubre. Invisibilizarlo y distraer la atención hacia otro rumbo.

De todos modos el tema ambientalista y la usina nuclear tiene como único defensores a la alianza macrista y sobre todo en la persona del diputado nacional Sergio Wisky, que no cree en los efectos negativos de la propuesta del gobierno nacional de instalar la planta en Río Negro y defiende en soledad la cruzada nuclear. Para las elecciones de octubre –salvo Cambiemos- ningún competidor en las urnas lo tendrá en la campaña.

Seguramente Aníbal Tortoriello será más prudente en poner en riesgo el gobierno municipal de Cipolletti, donde un sector de la sociedad no ve con simpatía a su gestión.

El tema ambiental llegó para quedarse y quizás sea responsabilidad de la dirigencia políticas, organizaciones no gubernamentales, entidades sociales y asociaciones que defienden el medio ambiente procurar un debate más profundo sobre este tema.