Comunicación política. ADN

Finalizó la etapa legal y en Río Negro se abrió la temporada de la comunicación política. Alianzas y partidos desplegarán diversas estrategias para posicionarse en las elecciones del 13 de agosto. No habrá internas, por lo que las PASO serán una primera aproximación real a la votación de octubre, que definirá a quiénes corresponden las dos bancas del Congreso de la Nación en juego.

Esta semana que pasó, se intensificó la campaña contra las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Se sumaron voces a la máxima presidencial: no sirve y cuestan millones. Insólito. La política bastardea una herramienta que creó. Sin pensamiento crítico, una legión de dirigentes repitieron como un mantra que será una «gran encuesta». Y hasta se llegó al colmo economicista -típicos de época- de hacer comparativos como «con el dinero de las PASO se hubiesen construido», «se hubiesen comparado», «se hubiese…» (llene usted el casillero: hospitales, escuelas, rutas) como si el problema de obra pública, la alimentación infantil o las economías regionales dependiera de ello, en un acto más de sincericidio de una clase política que no puede salir del zócalo de la TV.

Lo concreto es que existe una ley. Y habrá elecciones.

Ahora, se presenta otro desafío: lograr votos en agosto y mantenerlos o ampliarlos en octubre. Por ahora, las encuestas en Río Negro no muestran modificaciones. Los expertos indican que aún está fría la campaña, que la gente no sabe qué se vota, que recién se consolidaron las candidaturas y que una mayoría todavía confunde (producto de la invasión mediática nacional) los candidatos, otra consecuencia del fusilamiento de la ley de medios y la libertaria fusión que consolida monopolios.

Por las dudas, desde esta columna se avisa que Cristina no es candidata en Río Negro, que Massa ni lista tiene y que lo más cerca de Bullrich que se puede estar en un cuarto oscuro, es en medio de un corte de luz en el coqueto paseo de comparas porteño.

Acá las boletas serán las de Juntos Somos Río Negro, el Frente para la Victoria, Cambiemos, CC-ARI, Socialismo, Frente de Izquierda de los Trabajadores y el Frente de la Nueva Izquierda.

El oficialismo rionegrino festeja la consolidación de la elección de tercios que se impone, desde ya, por su réplica nacional. Está visto que este país federal transfiere desde el centro, una rareza. En provincia de Buenos Aires, todas las encuestas indican que no habrá polarización entre kirchneristas y macristas, que hay espacio para la estrecha avenida del medio del massismo.

Un escenario parecido puede configurarse aquí. La diferencia es que JSRN monopoliza la pelea con el FPV y hay que ver cómo se conforma el tercer sector.

En principio, según los estudios de opinión, el tercero en discordia sería el ARI de la senadora Magdalena Odarda. En cambio, el macrismo asegura que la tracción nacional los ubicará allí. Pero… qué dice la comunicación política y qué pretende sumar?

El gobierno apela a la típica campaña de obras, aportes e inauguraciones. Juntos es el Estado. Y pretende representarlo en todas sus formas y por mucho tiempo. «Somos los únicos que defendemos los intereses de los rionegrinos», dicen. Por ahora, es poco. Y buscan otros eslogan que conmuevan un poco más. «No estamos en la grieta», se animan. Seguramente habrá más.

Alberto Weretilneck quiere que estas elecciones pasen. Y en lo posible de la mejor manera, porque el verdadero objetivo es 2019. Para eso necesita provincializarlas. Ya arrancó a caminar -como es su costumbre- la provincia. Lo hace junto a Fabián Gatti, su primer candidato a diputado. Aprovecha que lleva varias vueltas por las rutas. La gente lo reconoce. Y muchos intendentes le hacen un guiño, incluso aquellos que no son de su partido.

Su apuesta es el cara a cara y la familiaridad, la vieja fórmula del radicalismo veranista. Los demás candidatos todavía tienen que llegar. Y aún cuando lleguen, hablarán de temas que son importantes en el Obelisco.

La gente conoce sus problemas y quiere soluciones. Tanto, que Mauricio Macri tiene el 70% de imagen negativa en esta provincia. Ergo, a los rionegrinos les va mal con Macri. Sus políticas económicas no son lo que se esperaban, incluso para sectores que lo votaron, como el valle fruticultor.

Pero… ¿sólo el FPV garantiza canalizar ese descontento? Por ahora no. Según las mediciones ronda el 30% de intención de votos. Y el resto? Se dispersa entre Odarda y los candidatos de la izquierda. Y un poco se lleva Juntos. De eso se encarga el vicegobernador Pedro Pesatti, cada más duro contra el gobierno central.

Los mentideros políticos le asignan a Weretilneck un aceitado vínculo con el jefe de Gabinete Marcos Peña. A él llevó su queja por las críticas del diputado nacional Sergio Wisky, cuando éste lo tildó de kirchnerista. Desde el PRO asimilaron el golpe y bajaron el tono. Y aseguraron que su campaña se basará en «decir lo que somos». Muy poco para el partido del Presidente.

Un funcionario nacional le susurró a un intendentes radical: «si no podemos meter un diputado nuestro, alentemos la llegada del tipo de Alberto al Congreso». Knock out. Cambiemos tiró la toalla.

Odarda se ilusiona y quiere meterse en la discusión. Pega por boca y nariz. Críticas al gobierno de Macri por la pérdida de fondos provinciales y al de Weretilneck por la instalación de la planta nuclear. Sin embargo está a mitad de camino. Sus ex aliados de la UCR Jorge Ocampos, Daniela Agostino y Bautista Mendioroz ahora están en Cambiemos. Y el Socialismo hizo rancho aparte. Tampoco puede apelar a su líder nacional, Lilita Carrió. Y no incluyó una pata peronista en su lista para cosechar en el campo nacional y popular que la aplaude cuando fustiga al macrismo.

El FPV tampoco se esfuerza. Se ve cómodo en el segundo lugar y espera que un golpe de suerte lo convierta en campeón. Su dirigencia está más preocupada por el debate interno que por los problemas reales. Un ejemplo: hace 20 días que el Ministerio de Salud tiene cortado el gas. Ni una palabra. Ni un gesto. Ni una visita a los trabajadores. Tampoco hubo expresiones sobre los cortes de servicios al IPROSS. El peronismo rionegrino está aburguesado, no tiene ambición de poder y perdió el rumbo. Se saca mil fotos en los tribunales pero ninguna en la calle. Para colmo, quitó de su boleta a Néstor y Cristina Kirchner. La lista es de Soria. Lleva el apellido de la candidata María Emilia y la flecha histórica del municipio de «Roca en Acción» que impuso Carlos. Demasiado encorsetado.

Por eso, será importante la comunicación de ahora en más, porque los primeros días de campaña servirán para calentar motores y las PASO serán una elección interesante ¿Qué sucede si, como marcan las encuestas recientes, Cambiemos sale cuarto? Sus electores volverán a insistir con su voto en la general? O se transferirán a un candidato con chances, por caso el de Juntos, si es que el resultado es apretado con el FPV? No tracciona el antikirchnerismo ahí? Por el contrario, cómo evolucionará el comportamiento de un sector antimacrista si ve una caída? En 2015 el Frente sacó el 65% de los votos ¿Qué hará el cristinismo de paladar negro que ya le dio la espalda a Miguel Pichetto?.

Las Primarias serán más que una «gran encuesta». Y los discursos en campaña cobrarán sentido de acuerdo a los sitios donde sean pronunciados. Quizás, en las ciudades más pobladas e informadas, el debate sobre la deuda a 100 años o la designación de una Directora de Movilidad en Bicicleta (?) sea importante, pero no lo será en otros puntos de la provincia donde los intendentes hacen malabares frente al angustiado reclamo de sus vecinos. Sí lo será la economía diaria. A todos afecta la suba de alimentos, tarifas, servicios y combustibles.

Se abre la última semana antes del receso invernal. Al retornar de las vacaciones, quedarán 10 días a pura política.

En el mientras tanto, el gobierno deberá lidear con todos los problemas de gestión que aún tiene.