Producción y Plan Castello: gusto a poco

(Darío Castro*).- La crisis productiva en Rio Negro se intensifica cada vez más. Toda la producción de Rio Negro está pasando por un momento determinante mientras exponen al Plan Castello como la única garantía de desarrollo territorial.

La situación de la producción es el asunto más importante que deberá revisar el gobierno provincial para redireccionar el rumbo del Plan Castello planteado como una herramienta de desarrollo.

Trabajadores directos (entre permanentes y temporarios), dedicadas a actividades representativas de las regiones como apicultura, horticultura, fruticultura, aromáticas, forrajeras, ganaderos, vitivinícola y de pesca artesanal entre otras, están en riesgo por la falta de rentabilidad.

El reclamo es generalizado por parte de las distintas organizaciones del sector en la necesidad de una reconversión estructural. Por eso la necesidad de que el Gobierno Provincial deba incluir al sector productivo dentro del Plan Castello y darle un verdadero sentido de Desarrollo.

Se debería pensar en poner en marcha lo existente, según los datos obtenidos por el Censo Provincial de Agricultura Bajo Riego, en Rio Negro hay 80.000 hectáreas cultivadas y 30.000 que están Aptas Sin Cultivar. Esto no se ha modificado y sigue habiendo tierras ociosas que tienen agua, tendido eléctrico, en algunas ocasiones con red de gas.

Crisis en la fruticultura y horticultura, cooperativas de apicultores a la espera de un Programa Apicola sustentable, organizaciones de Pescadores Artesanales que caen en el olvido, cierran las bodegas, el sector ganadero y forrajero que espera tener previsibilidad a la hora de invertir. Es decir, hay que pensar en un plan que impulse verdaderamente lo que tenemos hoy, aquí y ahora. Y a su vez, proyectar a futuro las nuevas áreas, los nuevos cultivos y el desarrollo integral de la provincia.

Solicitar un endeudamiento por casi $10.000 millones de pesos tiene que ser motivo suficiente para reactivar la producción actual de la provincia y de manera planificada y sostenida en el tiempo. Sin dudas será un elemento clave a la hora saber cuáles son las herramientas con las que cuenta dicho Plan a la hora de la devolución de semejante endeudamiento.

De ahí la importancia de sugerir que existan cambios en el Anexo 1 de la Ley presentada y se elabore una serie de puntos que direccionen los fondos necesarios para el Desarrollo Productivo como por ejemplo: créditos blandos y accesibles con periodos de gracia para la Reconversión Frutícola, mecanización e incorporación de tecnología, reequipamiento de maquinaria agrícola y pesquera, crear un fondo de Emergencia Económica Productiva por $1200 millones hacia todos los sectores, aportes no reintegrables para el fortalecimiento institucional dirigido a instituciones ligadas a la producción, 20% subsidios en combustibles e insumos, acompañamiento financiero para la creación del Instituto de la Pera y la Manzana, entre otros.

Lamentablemente la experiencia del Gobernador Alberto Weretillneck con los fondos de la renegociación petrolera no es buena: prometió obras públicas que no se hicieron y hoy esa plata no se sabe dónde está. A esto le tenemos que sumar el despilfarro constante como por ejemplo los 20 millones en aportes no reintegrables a Ruben Lopez, los 44 millones que se giraron a la Minera de Sierra Grande MCC para que no despidiera trabajadores y que encima después fueron despedidos. Queremos decir basicamente que todo esto, atenta contra las reales chances de que éste nuevo mega endeudamiento realmente sirva para hacer obras y la provincia se desarrolle para el futuro de los rionegrinos

*Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Choele Choel
Ex- Director de Produccion (2011/2015).