“No hay no rotundo, ni si a libro cerrado”

(ADN).- De esta manera podría decirse que el peronismo definió su posición frente al proyecto del gobierno de tomar deuda internacional para llevar adelante el Plan Castelló, y que debatirá la legislatura en las última semana de mayo o en junio, según estimaciones parlamentarias.

Los legisladores del FpV debaten sobre el camino que ofrezca una mejor respuesta política a la propuesta del Ejecutivo, y para esto en una reciente reunión del presidente del PJ con legisladores, para avanzar en una definición sobre el tema, el punto de síntesis fue: “no hay un no rotundo, pero tampoco un si a libro cerrado”.

Las posiciones más duras argumentan en que «es suicida» darle a Weretilneck esta fuente de recursos en tiempos electorales. No quieren repetir la experiencia de los contratos petroleros y otros, con una mirada más institucional, le temen al endeudamiento a largo plazo, a las consecuencias sobre los municipios, pero también perciben que hay presiones desde abajo en las regiones para que no se traben obras de importancia de acuerdo a las necesidades de cada localidad.

Desde el gobierno, ante el propio apuro, existe lo que la oposición define como “desprolijidades” en la enumeración de obras, ya que hay algunas que tienen múltiples financiamientos. O sea figuran en el Plan Castello, están en el Plan Patagonia del gobierno nacional y otras previstas e incluso iniciadas por la provincia. “la situación genera sospechas y hay muchas ventanillas” confió una fuente a esta Agencia.

También, y como ya se ha dicho, no hay información sobre plazos y tasas de interés de la toma del crédito.

Esto no quita que la principal oposición hoy tenga su propio debate sobre como comportarse en el recinto legislativo, porque basta que un par de diputados apoye el proyecto del gobierno, para que el resto quede “pintado” en sus bancas. Este temor está latente.

Se estima entonces que hoy es responsabilidad del oficialismo en precisar datos y presentar argumentos convincentes para tener la mayoría especial y votar el endeudamiento, y por otra lado darle una salida “elegante” a la oposición para resolver su debate interno y evitar “un no rotundo o un si a libro cerrado”.