Inflación, tasas altas, dolar bajo y las críticas internas

(ADN).- La combinación de tasas altas y con un dolar en caída, eje principal de la estrategia del Banco Central, que se combina además con sueldos bajos, puso a Federico Sturzeneger en el centro de las críticas de los economistas del PRO, sobre todos aquellos alineados con Arturo Prat Gay. Peor aún cuando la inflación sigue siendo un problema a solucionar. La Argentina vivió experiencia similares en cuanto a las miradas que se posan desde el BCRA y el ministerio de Economía, sobre las políticas económicas.

Este tema, que pareciera que se ha vuelto central en la discusión interna, es analizado por Guillermo Laborda, en una nota que publicó ámbito.com

Si antes ya tenía críticos dentro del Gobierno Federico Sturzenegger, el martes, tras la suba de la tasa de referencia al 26,25%, los aumentó en igual proporción. La línea Prat Gay dentro del equipo económico -Javier González Fraga en el Banco Nación y Vladimir Werning, subsecretario de Coordinación Económica en Jefatura de Gabinete- nunca avalaron la política que estaba llevando adelante Federico Sturzenegger en el BCRA. No hace falta conocer la reacción de ambos a la medida del martes. Tampoco es necesario consultar al ministro Caputo, que proviene de una larga y exitosa carrera en entidades financieras del exterior. Las Lebac hace un año que vienen ofreciendo una tasa muy por arriba de lo requerido por el mercado. Ayer por la mañana hubo una reunión tradicional de seguimiento de la economía encabezada por Mauricio Macri y que contó con la asistencia de Marcos Peña, Mario Quintana, Gustavo Lopetegui, Nicolás Dujovne y en reemplazo de Caputo, Santiago Bausili. La suba de las tasas por el BCRA fue tema obligado.

Las críticas que le llueven al BCRA pasan por el bajo impacto que tiene su medida en definitiva para bajar la inflación. De hecho ya con las tasas en niveles elevados, la inflación núcleo fue de 1,8%. Pero más se objetan las subas de las tasas por el impacto que tienen en el tipo de cambio, alimentando el «carry trade», es decir que grandes fondos locales y del exterior se vuelquen a colocarse en pesos vendiendo sus dólares. Si antes la apreciación real del peso era un inconveniente, por la deuda que emite el Gobierno y las provincias y por la liquidación de la cosecha de soja, ahora lo será más por el «carry trade» al que cada mes se vuelvan más inversores. El martes próximo de hecho es la próxima licitación de Lebac, el papel más amado del mercado. Pero también es el más deseado del sistema financiero: la rentabilidad de bancos está casi en línea en los últimos trimestres con los rendimientos de las Lebac.

Lo paradójico es que aún con ese esfuerzo y críticas que recibe el BCRA, el cumplimiento de su meta del 17% anual es prácticamente imposible. El trimestre cerró con un alza de precios de 6,3% a lo que habrá que sumar cerca de 2% por la inflación de abril. Ante ese virtual incumplimiento de la meta, la duda es cuándo sería adecuado que el BCRA reconozca que no llega a cumplirla. La teoría indica que cuanto antes lo haga y fije meta creíble, mejor para su reputación. Estirar hasta último momento, esperando deflación en diciembre por ejemplo, no sería lo más razonable.

Como contracara podría decirse que el alza de tasas del BCRA tendrá poca vida. Desde mayo la inflación tenderá a ir bajando y así en sucesivas reuniones Federico Sturzenegger podrá ir desandando el tortuoso camino de tasas en ascenso. Mientras más rápido lo haga, más se lo agradecerán los candidatos de Cambiemos, más se lo agradecerá también la economía en general, y menos los inversores en Lebac.

Pero como en toda la historia económica argentina reciente, el titular del BCRA se enfrenta con el equipo económico. Ya pasó con Domingo Cavallo y Pedro Pou, Roberto Lavagna y Alfonso Prat Gay, Roberto Lavagna y Martín Redrado y más recientemente Prat Gay con Federico Sturzenegger. Cuando no hubo diferencias, era porque la relación entre el BCRA y el área económica era carnal. O de subordinación. El final de este capítulo está abierto, aunque la suerte del directorio del BCRA está atada a la baja de la inflación. Que sigue alta.