UB Viedma recordó el golpe cívico-militar

«La Unidad Básica de Viedma del Partido Justicialista de Río Negro, recuerda que el 24 de marzo se cumplen 41 años del derrocamiento del gobierno constitucional Justicalista presidido por María Estela Martínez de Perón. Se repetía, esta vez con mayor virulencia y crueldad, lo acontecido en septiembre de 1955, cuando otra conjura cívico-militar desalojó del gobierno nacional al general Juan Domingo Perón, con la complicidad de la mayoría de los partidos políticos hace 62 años, dirigentes políticos, gremiales y militantes del Justicialismo padecieron encarcelamiento, tortura, muerte y fusilamiento solamente por abrazar la causa nacional y popular nacida el 17 de octubre de 1945», señala un comunicado de la Unidad Básica Viedma, que firman Raúl Martínez, secretario general y Héctor Jorge Colás, secretario de Prensa.

El justicialismo viedmense recordó el derrocamiento del gobierno constitucional, cuando -dice- «la presidenta María Estela Martínez de Perón fue desalojada del Gobierno y encarcelada por cinco años, con la anuencia de todos los partidos políticos de la oposición, el colonizado y corrupto Poder Judicial y
el sistemático trabajo de demolición y desprestigio que perpetraron los grandes medios de prensa que -como en la actualidad- siguen siendo los dueños del mensaje comunicacional argentino».

«La Unidad Básica de Viedma, no puede olvidar la convocatoria a elecciones anticipadas que había ejecutado el Gobierno Nacional. Faltaban apenas siete meses para que el pueblo pudiera, el 17 de octubre de 1976, expresarse con su voto y elegir en elecciones libres y democráticas a sus candidatos preferidos.
Los grandes demócratas de la política argentina repetían el falso relato pergeñado por los centros del Poder nacionales e internacionales que desde siempre manejaron los resortes claves de la economía y las finanzas del país y señalaban que el Gobierno Justicialista exhibía “vacío de Poder” y que entrábamos irremediablemente en “cesación de pagos”, por la abultada “deuda externa” que en ese momento ascendía a “6.000 millones de dólares”.

También recuerda que «lamentablemente muchos dirigentes y compañeros peronistas, también se plegaron a la monserga liberal y apoyaron la llegada al Poder de Jorge Rafael Videla y su séquito de torturadores y asesinos. El 24 de marzo de 1976 una gran parte de la población recibió con indiferencia, benevolencia y hasta con complacencia el nuevo golpe militar, sin reflexionar ni medir las graves y sangrientas consecuencias que provocaba el violento quiebre del sistema constitucional del país».

«Fue el terror totalitario y enfermizo entronizado en el Estado Nacional. Tenían como objetivo supremo eliminar al peronismo de la política nacional y fundamentalmente terminar con esa abigarrada masa de jóvenes de distintas tendencias políticas que con fuerza arrolladora se proponía cambiar el orden social y las estructuras caducas de un sistema institucional totalmente agotado», expresa la Unidad Básica.

Agrega que «en cada aniversario de ese golpe de Estado, políticos, periodistas y distintos sectores de la comunidad hacen referencia en sus discursos y análisis a la asunción del dictador Videla, describen el genocidio perpetrado y recuerdan a los desaparecidos del proceso cívico-militar, pero es indudable que soslayan y olvidan posiciones y actitudes indiferentes que alentaron el derrocamiento de un gobierno constitucional y posibilitaron la llegada de los militares al poder.

«Videla no cayó del cielo. Lo impulsaron grandes sectores políticos, los centros del poder económico y el irrestricto apoyo de la gran prensa argentina. Faltaban 225 días para las elecciones generales. Por eso sería bueno que cada argentino reflexionara interiormente para determinar desde el fondo de su conciencia “de que lado estaba el 24 de marzo de 1976”. Era fácil elegir la disyuntiva del momento: Elecciones libres y transparentes o golpe de Estado cívico-militar», reflexionó el justicialismo de Viedma.