Trump, y los limites que le impondrán antes de asumir

(ADN).- Parece que no será fácil para Donald Trump convertirse en el diablillo que todos temen, primero porque no está en Argentina. En su país, el ciudadano que va a votar solo necesita pronunciar su nombre. La mentira, al menos en esa escala, es un asunto serio aunque sean luego reyes de la hipocresía. Allá, en la escuela donde la periodista de Neuquén María Demetrio estuvo haciendo su cobertura, se votó y no se suspendieron las clases. Los ciudadanos entraban y salían de un gimnasio, y los chicos tomaban sus clases en las aulas como todos los días. Las personas que quieren votar, no faltan a su trabajo y los empleadores más complacientes les dan “hasta dos horas”, para manifestar su preferencia política.

María hizo sus despachos para el noticiero de canal 7 de Neuquén, y luego de trabajar en el estado de Virginia, acudió a la recepción que la embajada Argentina brindó para unas 450 personas.

“Si es un empresario exitoso, no puede ser un hombre estúpido”, le comentó efusivo un taxista “de color” que esta mañana la llevó hasta la sede de la OEA.

“Las instituciones son muy fuertes, por lo tanto no se espera que haga locuras”, comentó la periodista neuquina, quien como otros observadores resaltó las pocas simpatías que despertó Trump incluso en las filas del partido republicano. “Creo que los republicanos le van a poner límites, entre otras cosas porque no lo quieren, porque es un outsider (un jugador externo ), un empresario”. Si bien la fuerza más conservadoras del espectro político estadounidense controla ambas cámaras del Congreso, ahora van a poner bajo observación “cuanto era discurso de campaña y cuanto de eso se traducirá a la acción de gobierno”.

A pesar de las amenazas proselitistas “a los mexicanos los necesitan sí o sí, porque son los que levantan cada edificio”.

Volviendo a las expectativas sobre los primeros días de Trump en el gobierno a partir de enero, “los republicanos esperan que arme un gabinete con políticos de carrera, que no se rodee de amigos o de empresarios como él”.
En cuanto a las razones de la derrota de los Demócratas, María bajo un cielo amenazante y con las pocas horas de sueño que trajo como consecuencia el trajín de tantos días intensos, consideró que “la clase media se amesetó, no creció, y hubo un voto contra la continuidad de (Barak) Obama más que contra Hillary Clinton”.

“Obama tiene buena imagen, buen manejo de la política exterior, pero no tiene buena imagen en el manejo de la economía”, comentó la cronista que muchos creen que, como dijo Trump en la campaña “ha hecho malos negocios”.
Demetrio tiene 15 años de experiencia en cobertura de elecciones tanto en Neuquén capital como en Cipolletti, donde hay que tener el ojo adiestrado para mensurar el aparato, los taxis, los punteros, las filas de autos cargando naftas en las estaciones de servicio. Lo que vió en su jornada de cobertura “es exactamente lo opuesto, no se ve nada de eso”.

Le llamó la atención que afuera de los lugares de votación, “pueden hacer campaña hasta 5 metros antes de la puerta, y hasta entregan las boletas marcadas”, como puede ocurrir en Virginia, donde el voto es un sistema de cruces tipo multiple choice.

Parten de la base que el voto no es obligatorio, que no hay asueto y la gente acude antes o después de trabajar. No hay DNI, o documento de identidad, y se puede acudir con el carnet de conducir. O invocar el nombre, que luego se verifica en el sistema informático. “Acá se confía mucho en la palabra”, asegura esta periodista a quien no le resultó novedoso el sistema de voto electrónico, porque ya rige en Neuquén capital.

“Está el sistema de boleta electrónica, que se imprime y se deposita en una urna, en otros lados hay voto electrónico puro y hasta se puede votar por correo”, comentó.

Tampoco hay veda. Ya tiene poco sentido, con la penetración de las redes sociales, imponer prohibiciones a los medios de comunicación, y “el mismo día de las elecciones estuvo uno de los hijos de Trump haciendo campaña para su padre en la televisión”

La otra enseñanza, puesta de manifiesto por varios analistas, fue que las encuestadoras son de equivocarse. Que la mayoría lo han hecho, al igual que el periodismo, que con matices, apoyó la candidatura de Hillary Clinton.
“No escuchan a la gente”, comento esta egresada de la escuela de periodismo de La Plata, que comentó: “se inclinan más para el lado de lo que desean, tanto encuestadores como periodistas”.

“Había una necesidad de cambio profundo, y Trump es el único que da esa imagen de poder patear en contra del establishment político, que puede encarar un cambio”, comentó Demetrio en una entrevista efectuada por ADN, y contrapuso esa imagen con el discurso del Presidente electo al momento de festejar el triunfo: “fue un mensaje conciliador y medido, caso lo opuesto a lo que que escuchó en campaña”.

A tal punto el resultado fue sorpresivo que los republicanos “no tenían donde festejar, mientras la gente de Clinton tenían un escenario montado desde temprano, porque aquí todo se planifica”.