Déficit. ADN

El Gobierno presentó el Presupuesto 2017. Las caras en el Salón Gris de la Casa de Gobierno denotaban lo complejo del panorama sombrío que proyectaron los funcionarios de Economía. El déficit será enorme. No hay estimación de aumento salarial. Hay varias partidas destinadas al pago de deuda. No hay nueva obra pública. Y lo peor, es que los más de 38 mi millones previstos, podrían ser menos si existen cambios en ganancias.

La Provincia recibió este año 123 millones menos que lo proyecto en conceptos de coparticipación. Se frenó la obra pública, la eliminación de la retenciones afectó el fondo sojero, y la restitución del 3% de la devolución de la quita de ANSES llegó tarde. Eso explica la crisis de este año que llevó a colocar Letras en el mercado: «Tuvimos que cambiar los instrumentos de financiamiento», dijo el ministro Kremer. Entendible, ya que más del 60% de los ingresos provienen de Nación.

El problema es que esas Letras generan deuda y a una tasa muy alta, cercana al 30%. Por eso, el año que viene hay que salir a «rescatarlas». Una opción es seguir el caso Santa Fé, y emitir un bono de la provincia a largo plazo con una tasa del 6%. Así, se sanearía la deuda -piensan en Economía- y se puede salir a buscar crédito más barato. Esa operatoria deberá hacerse con el nuevo agente financiero. Todo, en un esquema de endeudamiento, ya que es la única solución que propone la Casa Rosada a los gobernadores, además del ajuste, que nadie está dispuesto a realizar.

En ese sentido, el gobernador Alberto Weretilneck dijo que prefiere el déficit antes que provocar una crisis social. En rigor, según el propio presupuesto, la administración quedará limitada a pagar salarios y gastos corrientes. Ese ítem se lleva al 78% del total. El resto está destinado a continuar obras y el pago de la deuda.

Pero el presupuesto tiene tres datos llamativos: uno, que figura el pago de la deuda histórica que la provincia tiene con la nación, algo que se venía «pateando» a partir del programa de desendeudamiento que se lanzó en 2010. Otro que está realizado sobre una base incierta, ya que si el gobierno de Mauricio Macri avanza con las correcciones al impuesto a la ganancia, será menos dinero el que ingrese a Río Negro. Y el otro, que detectaron legisladores de la oposición, es que hay mil millones de diferencia entre lo anunciado y el proyecto que llegó a los bloques. En la planilla del «detalle de gastos por nivel institucional y naturaleza económica» figura: 20.082.391.082 pesos en el ítem «Administración Central y Poderes del Estado»; y 17.061.018.048 pesos en «Organismos descentralizados y Entes de Desarrollo». El total es 37.143.409.130 pesos. El monto anunciado fue de 38.143.409.130 pesos.

Ahora el proyecto de la ley de leyes irá al Parlamento. Será tratado el 30 de noviembre. Para los legisladores del oficialismo y la oposición, no hay dudas sobre su aprobación. Pero promete polémica el debate, y es posible que haya rechazos a ciertos aspectos en particular.

Pero… ¿qué harán los gremios?.

El proyecto no tiene definido el tema salarial. Se ciñe replicar la estimación que el gobierno nacional hizo sobre la pauta inflacionaria: 17%. Eso condiciona las paritarias. Sin embargo, la mesa que se armó entre Educación y la UnTER tendrá la responsabilidad de estudiar la pérdida del poder adquisitivo en 2016 y proyectar la de 2017. Si la guía son los índices oficiales, la proyección de este año ronda los 44 puntos acumulados. Los docentes acordaron un aumento del 37%, por lo que en 2016 perdieron alrededor del 7%. Si a ello se suma el 17 previsto, los acuerdos deberían estar en el orden del 24%.

En Economía dudan que la inflación del año próximo sea del 17%. Entre el efecto arrastre, más la evidente devaluación producto del alza del dólar, podría ser del 22%. Eso ya eleva el piso de la paritaria.

UPCN pidió adelantar el debate por los sueldos. El gremio quiere que ni bien comience el año ya se esté cobrando el aumento, para paliar la pérdida de 2016.

Pero 2017 viene con un panorama diferente. La novedad es la comunión entre los movimientos sociales y la CGT, bendecida por el Papa Francisco. La unidad de las dos CTA, y el endurecimiento de gremios pequeños nucleados en la producción rural y la pequeña y mediana empresa.

Eso tendrá repercusión en Río Negro.

Por ahora, el gobierno de Weretilneck ha neutralizado el impacto de la protesta sindical. Llevó todo el año el quiebre de la mesa sindical y la reunificación de la CGT. Los docentes endurecieron el conflicto solo en medio de una coyuntura electoral interna. UPCN pone toda su energía en combatir a ATE. Y los obreros rurales y portuarios no son mayoritarios.

Desde lo político el gobierno tendrá que generar cambios. Su eslogan de la defensa de los intereses de los rionegrinos no logra plasmarse en la realidad. La Casa Rosada avanza en la apertura de la barrera sanitaria norte, la quita de los reembolsos a los puertos patagónicos, la merma en los fondos coparticipables y el achique de los presupuestos en Universidades, investigación científica y tecnológica, programas sociales y obra pública.

Hubieron quejas públicas por alguna de éstas medidas, pero ninguna acción concreta. Incluso, los temas centrales del gobierno fueron respaldados, como el pago a los Fondos Buitre, y ahora la reforma política.

Ya hubieron otros tiempos donde la provincia debió lidear con gobiernos neoliberales y de profundo sesgo unitario. Y el fracaso fue estrepitoso.