Vacas flacas. ADN

Al conocerse las primeras pautas de la elaboración del presupuesto nacional para el año próximo, se vislumbra un tiempo de vacas flacas. Tiempo de ajustar el cinturón, que sin dudas no será para todos, ya que toda regla tiene excepciones y en este caso serán los sectores vinculados a la agro exportación, a la minería y el financiero. Como contrapartida habrá quienes más sufrirán la falta de recursos en el Estado: los trabajadores, los gobiernos provinciales y municipales y sus empleados.

Hoy los gobernadores buscan refugio en el Congreso de la Nación con el propósito de proteger sus erarios, evitar recortes y buscar vías de financiamiento. Reclaman a los senadores y diputados del peronismo y del massismo asumir ese rol.

Como se informó en este medio, fue de importancia la reunión de la semana que termina, entre el ministro del Interior Rogelio Frigerio con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el jefe del bloque, Nicolás Massot, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Luciano Laspina, y el radical Mario Negri, por el oficialismo, mientras que del otro lado estuvieron Sergio Massa, Miguel Pichetto, Diego Bossio y Marco Lavagna.

Precisamente la presencia de legisladores del PJ y del Frente Renovador representa la voz de los gobernadores, que pretender tender un puente de plata con las finanzas de Nación y evitar apuros financieros en un año electoral, donde además se sabe que el oficialismo “va a tirar todo a la parrilla” para hacer una buena elección y para eso tendrán recursos.

Nación pide un ajuste a cada provincia similar a la reducción del déficit a nivel nacional, en relación con el producto bruto, del 4,8% en 2016 al 4,2% en 2017.

El gobierno nacional les ofrece a las provincias que tomen créditos internacionales e incluso se estudia que podría eliminarse el requisito actual de tener que pedir permiso a la administración central para endeudarse en el exterior.

En la discusión con las provincias la queja es que el gobierno de Macri “no manda plata y la obra pública está parada». Este reclamo se fundamente en los datos fríos de la ejecución presupuestaria, donde se demuestra que durante el primer trimestre de este año la Nación giró a las provincias un tercio menos de fondos no automáticos (por fuera de la coparticipación) que en el mismo lapso de 2015.

Tampoco habrá canales alternativos para conseguir recursos como aportes no reintegrables, o algunas otras “atenciones” que el gobierno nacional tiene para con determinados mandatarios provinciales.

La economía manda y en Río Negro nada indica que estará libre de los pronósticos de los próximos tiempos, porque toda medida que se tome desde Nación tendrá sus consecuencia en la provincia.

No es menor el anuncio que hizo Weretilneck el jueves en cuanto a que la administración rionegrina no pagará ningún bono para fin de año, como viene anunciando el gobierno de Mauricio Macri. El gobernador sabe que esta ayuda económica significa muchos millones de pesos que no hay, situación similar viven los municipios de la provincia.

El presupuesto del 2016 alcanzó los 26 mil millones de pesos, con el 80 por ciento de estos recursos destinados a salarios, donde además hubo subejecución en áreas claves como Desarrollo Social y Salud Pública.

El costo salarial es alto y además se suman requerimientos de personal en seguridad, hospitales y en educación se analizan cambios en los sistemas secundarios, mientras que el gobierno nacional tiene en proyecto pedir a las provincias poner en funcionamiento salas de Jardín de Infantes para niños de tres años. Nada se hace sin plata, como la sanción de leyes que legisladores elevan al parlamento que demandan mayores inversiones y gastos como la reciente aprobación de la nueva Agencia de Prevención y Asistencia de Adicciones.

Sin temor a equivocarse todas las provincias transitan por el mismo camino. La Rioja tiene 60.000 empleados que insumen el 90 por ciento de la coparticipación.

Hay imposibilidad de dar respuesta a los pedidos de recomposición salarial en el Estado, tal como dijo el gobernador y a la actividad privada pareciera que mucho mejor no le va, con un dato a tener en cuenta los sindicatos se están reorganizando a través de las tres CGT regionales, con claras directivas nacionales de no ceder a las conquistas laborales y no resignar en los reclamos salariales.

Para ello el gobernador Alberto Weretilneck no descuida su relación con los gremios, principalmente dos grandes, UPCN en el ámbito estatal, y el de la fruta, en el sector privado, cuya actividad -vale decirlo- no pasa por un buen momento y que requerirá de la atención, una vez más, del Estado rionegrino.

La actividad económica tiene síntomas de retracción. La recaudación disminuye y cierran comercios en las principales ciudades -tal como sucede en Bariloche- y se da paso a una economía informal de venta callejera o domiciliaria que está fuera de los controles impositivos.

No pasó inadvertida la información del cierre de dos plantas de Exprofrut en el Alto Valle, con el despido de 260 trabajadores, que se suma a otros recortes en plantas de empaque que llevan la cifra de desocupación a más de 1000 empleados en la fruta. Difícil parar la bronca.

La fruticultura se marchita todos los años un poco y nadie atina a tomar alguna medida eficaz para revertir el hasta ahora, inefable camino de la ruina. Ni tirando plata con aviones parece que hay solución, porque la chacra dejó de ser negocio en una buena cantidad de casos. Hay un grupo, afincado sobre unas 10.000 hectáreas, que pueden conseguir por sus manzanas y peras un precio, que según los años permite la subsistencia o cierta rentabilidad.

Pero hay chacras que se pueden comparar a un nostálgico hincha de Ford pone un servicio de taxi con una F-100 V8: el vehículo es bárbaro, pero no podrá cubrir los costos.

Pero no vale mirar sólo al sufrido chacarero que en los 90 lo dejaron librado a un darwinismo atroz y permitió el auge de esas empresas que ahora muestran sus eventuales quebrantos.

Pensemos la rentabilidad a la actividad, a través de las cargas impositivas, salarios y fletes. Los estudios últimos dan cuenta que sobre el salario, en Argentina, el empleador paga (al menos en la fruta) un 32% en aportes y contribuciones; en Uruguay el 1% y en Australia el 5%. En los fletes, lejos de ayudar son un monstruo que muerde importantes porciones de la torta regional, tanto que por una tonelada de fruta a Buenos Aires cobran más que el barco que lleva esa tonelada a China.

Y la provincia, sin comandos para torcer el rumbo de la macroeconomía, actúa de bombero loco apagando los cada vez más frecuentes incendios, a razón de 200 millones de pesos años, que se retacean a edificios escolares y a otras actividades económicas. Un saco roto.

En memoria de los pioneros y de los que se pelan el alma con las heladas, el granizo y las plagas, es una desafío repensar la actividad porque repitiendo siempre los mismos esquemas el resultado está cantado: siempre al borde del abismo. En el Alto Valle hay algo que se marchita, y se llama fruticultura.

Se trata nada más y nada menos que de la principal actividad económica de la provincia. Todo tiene consecuencias en la administración Weretilneck.

Hay otros ejemplos que indirectamente también tendrán su repercusión, al menos en el ánimo social y el reclamo que puede ganar las calles. Importantes recortes presupuestarios en el INTA, INTI, Instituto del Agua, en Ciencia y Tecnología, ARSAT y Comisión Nacional de Energía Atómica, por citar algunas de las actividades y áreas del Estado que tendrán menos recursos y estancamiento salarial.

Muchos de estos organismos tienen en ATE su principal representación gremial y si bien el gobierno logró reencausar el diálogo con este sindicato a nivel provincial, el tema nacional escapa a su control.

No hay información oficial, pero no se descarta que Weretilneck trate el tema de los recursos provinciales con el senador Pichetto, sobre todo en relación al tratamiento del presupuesto nacional 2017 en el Congreso de la Nación.

El diálogo entre ellos es frecuente y es una interlocución que el gobierno no descarta, además de los contactos que el Ejecutivo trata de aceitar tiene con el gobierno nacional.

Época de vacas flacas y un año electoral, con un proyecto de reforma electoral en ciernes. Todo augura un escenario agitado donde el gobernador se mantendrá plantado en el centro de la escena todo lo que la economía se lo permita: su verdadero adversario a futuro.