Qué propone Nuevo Encuentro

(Matías Chironi).- Pensamos en un gobierno que haga énfasis en la defensa de los intereses de las mayorías, porque sin ese equilibrio no hay posibilidades de que Viedma ni Río Negro se desarrollen con equidad.

No es posible pensar y proyectar ese desarrollo si no se hace el esfuerzo de romper con el círculo de dependencia que tienen los gobiernos respecto a las corporaciones económicas, y también políticas, que han impedido la liberación de las energías necesarias para favorecer la inclusión y el desarrollo.

Esas corporaciones económicas han cooptado, a lo largo de nuestra corta historia, los mecanismos de definición acerca de qué políticas públicas se implementan y ello ha generado un creciente proceso que retroalimenta la desigualdad social, económica y productiva. Y en esa situación tienen gran responsabilidad, y cierta complicidad, algunos sectores políticos que no han querido o no se han animado a rechazar esa injerencia.

Esa despreocupación de los gobiernos por la equidad y la autodeterminación también tiene un efecto arrasador sobre la institucionalidad, la democracia y los derechos sociales y humanos de los rionegrinos. Casos impunes, violencia institucional, insubordinación y autogobierno de las fuerzas de seguridad, Jueces con graves inconductas o directamente imputados penalmente, ausencia de políticas sociales para los sectores más vulnerables, narcotráfico, corrupción, son todos productos de un gobierno del Estado subordinado a intereses que nada tienen que ver con su esencia.

Por eso no debe extrañarnos que la fruticultura sea manejada por un pequeño puñado de empresas exportadoras, destruyendo a los pequeños y medianos productores; el sistema público de salud es pauperizado adrede para favorecer a las federaciones de clínicas mercantilizando el sistema; el turismo es planificado por 4 o 5 empresas concentradas a miles de kilómetros de distancia; la explotación hidrocarburifera se permite y promociona a la par que se relajan los mecanismos de control económico y ambiental, la política ganadera es manejada por sus propios dueños, y así podemos continuar con todas y cada una de las actividades económicas y sociales.

En síntesis, creemos necesario correr los límites de lo posible y también de lo imposible, y eso requiere fortaleza en la convicción de que para construir un gobierno para todas y todos se debe romper con los lazos que limitan el desarrollo. Esos lazos son, sin dudas, los intereses de las corporaciones que moldean un Estado ausente y sesgado en su acción al fortalecimiento de los más poderosos.

*Integrante de la Mesa Provincial de Nuevo Encuentro Río Negro