García Larraburu: “Es muy grave el hecho simbólico de mandar a quemar 60 mil moisés”

“Es muy grave el hecho simbólico de mandar a quemar moisés y dar fin a este plan, cuyo objetivo era disminuir la mortalidad de los lactantes, con inclusión social y generación de oportunidades”, consideró la senadora rionegrina del FpV, Silvina García Larraburu, quien presentó un proyecto en el Senado expresando su profunda preocupación sobre la resolución dictada por el Juez Federal Claudio Bonadio, para destruir 60 mil moisés y sacos de dormir del strock del Plan Qunita, perteneciente al Ministerio de Salud.

Señaló que “la decisión del Juez Bonadio expresa su lejanía con las necesidades de los humildes, porque estos elementos contienen un conjunto de materiales que son sumamente necesarios en el interior profundo; no podemos permitir que se desconozcan los derechos de los más vulnerables, hablamos de bebés y familias que no tienen acceso a bienes fundamentales para proteger la primer etapa de la vida”.

Record{o la legisladora rionegrina que el programa fue lanzado en julio de 2015 con el objetivo de disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante, al proveerle de un espacio propio para dormir y así bajar la tasa de mortalidad en un 50%. Además se incorporó el diseño de un saco de dormir, para evitar la sofocación de los bebés.

“Durante los seis meses que funcionó el programa, el gobierno distribuyó 74 mil kits a 289 maternidades en todo el país y logró incrementar el número de maternidades seguras que pasó de, 89% de partos realizados en esas condiciones de máxima seguridad, a más del 94%”, señaló Silvina García Larraburu.

Los motivos que refirió el Juez de la causa para autorizar la quema, fueron desmentidos por el ex Ministro de Salud, Daniel Gollan, quien advirtió que para dictar la resolución se había manejado tendenciosamente la información.

La decisión también fue objetada por el doctor Alejandro Jenik, autor del informe utilizado para tomar la determinación. El reconocido neonatólogo sugirió que antes de destruir las cunas, debería formarse un equipo interdisciplinario y adoptar una disposición conjunta sobre la factibilidad de salvar las cunas con recomendaciones muy estrictas para el uso de los padres, fundamentalmente que no las usen después de los seis meses.

“Resulta profundamente desolador que se disponga destruir una política pública con semejante impacto y resultados tan concretos. Si la intención legítima fuera proteger la salud de los lactantes, el ministerio de Salud debería disponer mejorar el programa con las advertencias desprendidas, en vez de incinerarlo como si se tratara de drogas o de armas”, finalizó la Senadora.