Un cuerpo, un mensaje. ADN

Apareció el cuerpo sin vida de Lucas Muñoz. El joven oficial de la Policía de Río Negro había desparecido hace 27 días cuando se dirigía a prestar servicio en la comisaría 52 de Bariloche. Fue encontrado con un disparo en su cabeza en un lugar cercano a la circunvalación de la ciudad andina, de arbustos y monte ralo, que ayer había sido rastrillado por patrullas de búsqueda, un hecho que genera sospechas y dudas.

El abogado de la querella, Jorge Pschunder, dio la primera impresión del hallazgo y no dudó frente a la prensa en afirmar que “el cuerpo fue plantado”. Qué significa: no fue ahí donde lo habrían matado, sino que fue llevado al lugar, sin que se descarte que haya habido un aviso. Un método conocido en hechos policiales de estas características. La bala que lo asesinó tiene características de calibre 38, 45 0 9 milímetros. En la frente. Un mensaje.

Entre las conjeturas que se esbozan sobre el caso no está ausente el hecho de que el cuerpo de Lucas Muñoz apareció cuando el gobernador Alberto Weretilneck está en Bariloche, donde hizo declaraciones sobre el accionar policial y había adelantado ante las dudas que se generaban sobre el cuerpo de seguridad rionegrina que “si la Justicia lo pide la policía será apartada de la investigación”.

Muñoz apareció muy cerca donde hallaron el cuerpo de Micaela Bravo. El joven fue uno de los agentes que investigó su desparición.

La querella se adelantó por un pedido expreso de los abogados de la familia de Lucas Muñoz, el resguardo de la escena lo está realizando personal de Gendarmería Nacional. Y pidieron un gabinete de Criminalística de Buenos Aires.

Nada salva hoy de la responsabilidad a la Policía de Río Negro, ni a la conducción política, al menos en la conducción directa del Jefe Altuna y el ministro Pérez Estevan.

Si te tiran un cuerpo de un policía en las narices, hay un claro mensaje que tiene que ser leído correctamente por quien corresponda.

El cadáver habla dicen los investigadores en criminalística. La investigación judicial dirá el resto, con el desafío por delante de esclarecer quien o quienes secuestraron y asesinaron a Lucas Muñoz.