Receso. ADN

Las vacaciones de invierno sirven de tregua política. Pero el regreso a la actividad supone una serie de definiciones. Salarios, obra pública y reorganización partidaria en el centro del debate.

La paritaria docente debió adelantarse a los últimos días de julio, luego que el gremio ofreciera un signo de diálogo al evitar una medida de fuerza ni bien se reestablezca el dictado de clases después de las vacaciones. De todos modos, UnTER avisó que no se mueve del 20% de aumento. En Educación –en línea con el Gobernador- dicen que no habrá incremento, pero no descartan retoques en el nomenclador que supongan una mejora en el poder adquisitivo.

Misma situación atraviesan judiciales, legislativos y estatales. La medida la tendrá la paritaria docente. Por ahora hay conversaciones, pero nada definitivo. Todo está supeditado al regreso de Alberto Weretilneck a la Argentina.

El Gobernador viajó a Italia junto a productores del Alto Valle a estudiar el proceso de los consorcios de la región de Emilia Romagna. Allí, se armó un esquema de asociativismo que podría importarse a Río Negro y encaminar la situación de pequeños y medianos chacareros, el eslabón más débil de la cadena de la fruticultura, una economía regional en crisis sistémica.

En Ezeiza, a Weretilneck lo espera además la definición sobre su Gabinete. No todos comprendieron el insistente mensaje de “levantar la vara”, “planificar” y generar “políticas públicas a largo plazo”. Viene realizando retoques en su equipo (Turismo, Jefatura de Policía, Secretaría de Trabajo) pero no se descartan más movimientos.

Algunos sectores de la producción no le ven mucha continuidad a Marcelo Martín. El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca viene cuestionado. Hace unos meses se reveló que es dueño de un emprendimiento ganadero y sus decisiones en la esfera pública impactan de lleno en su actividad privada, lo que constituye un caso de conflicto de intereses (similiar al del ministro de Energía, Juan José Aranguren) motivo por el que fue denunciado por legisladores del Frente para la Victoria. Y que no sea parte de la comitiva italiana aumentó los rumores. El Gobernador prefirió embarcar al secretario de Fruticultura, Alberto Diomedi, quien recuperó el diálogo con Viedma y es un candidato a suceder a Martín. Otro que está anotado en la línea de sucesión en Carlos Banacloy, secretario de Vitivinicultura.

La obra pública es un tema crucial. Frenado el envío de fondos desde Nación, Weretilneck –al igual que el resto de los gobernadores- esperan la reactivación de la construcción de viviendas y rutas. Por ahora los trabajos se mantienen con las licitaciones de años anteriores, fundamentalmente, las del fondo petrolero. Por caso, muchas obras escolares que hoy se inauguran fueron anunciadas en época de Marcelo Mango. Esa inercia le alcanza (por ahora) al Gobierno para no frenar la actividad y mantener un ritmo de corte de cintas. Y hacia adelante, tiene el compromiso nacional de 13 nuevos jardines de infantes y las viviendas inconclusas que fueron transferidas a la Provincia. Río Negro concentró su finalización y muchos municipios cedieron esa potestad. Menos Roca, Cipolletti y Bariloche, los intendentes prefirieron un trato directo con el IPPV. El único caso que aún no definió es Sierra Grande. Su intendente, Nelson Iribarren, denunció a la gestión anterior y a la empresa por irregularidades. Las obras están paralizadas y los obreros salieron a protestar. La definición llegará en las próximas horas. Pero por ahora las promesas no tienen fecha cierta de concreción. Encima hay un cambio de criterio en el manejo de fondos. El Ministerio del Interior enviará el total del dinero, dejando atrás la lógica del desembolso contra certificación. En consecuencia, si ese dinero no alcanza, el resto deberá aportarlo Río Negro.

Cuando termine el receso volverá la actividad partidaria. Por ahora los movimientos son subterráneos pero no son tiempos fáciles. Mientras Juntos Somos Río Negro prepara la presentación de avales a la justicia federal para formalizar el partido, en Cambiemos hay mar de fondo, el Frente para la Victoria mantiene con alfileres la unidad, el Frente Progresista se partió, y la irrupción del Frente Renovador impone otra fuerza que quiere ser protagonista en 2017.

La propuesta del diputado nacional Martín Doñate (FpV) de impulsar un acuerdo político generó ruido. El dirigente propone un pacto general para defender los intereses de los rionegrinos e incluyó el debate sobre una reforma constitucional. En rigor, esa es una propuesta, junto a la creación de un Banco provincial y la estatización del Puerto, que viene esgrimiendo desde la campaña en 2015. Doñate siempre fue impulsor aggionar la carta magna rionegrina.

El Gobierno aceptó rápidamente la idea. El ministro de Gobierno, Luis Di Giácomo, infló el pecho y aseguró que la gestión Weretilneck se destaca por ser dialoguista. El legislador del Frente Progresista, Jorge Ocampos, también se mostró favorable a un acuerdo. Pero en el PJ no hubo posicionamientos. Desde el pichetismo prefieren que sobre el tema hable el presidente, Martín Soria.

Pero el silencio habla y dice varias cosas: preanuncia la disputa interna y blanquea posicionamientos.

Doñate se erige como el líder de un sector que busca un recambio generacional. La idea de reformar la Constitución está basada en que hubo infinidades de cambios legales y sociales en el país que no están contemplados. “Nuestra Constitución es anterior a la caída del muro de Berlín”, recuerdan cerca del diputado. Y el concepto de aportar a políticas públicas de largo plazo tiene dos vectores: uno coyuntural, y otro estratégico. El primero tiene que ver con la pérdida de recursos y el impacto negativo de las políticas nacionales. El Centro de Estudios Patagónicos que preside Doñate ha generado varios informes: el pago a los Fondos Buitre, la crisis de las economías regionales y el tarifazo, entre otras. Esos análisis advierten sobre las consecuencias en Río Negro. Pero no solo en cuestiones económicas está cimentada la idea del pacto. También busca unificar criterios sobre la legislación electoral, cambios en el Poder Judicial y, entre otras, el abordaje de problemáticas sociales.

El sorismo no dio señales. Pero el enfrentamiento que mantiene el intendente de Roca con Alberto Weretilneck dificulta un postra favorable al diálogo. Entre los seguidores de Miguel Pichetto la energía está puesta en la construcción del “nuevo peronismo”. En ese espacio prefieren que sobre la propuesta de Doñate hable Soria. Y aunque hubieron expresiones en favor de brindar gobernabilidad y acompañar al gobernador en temas importantes, evalúan que este no es su escenario de acción. “Es atrevido” dicen en referencia al diputado. Pero prefieren reivindicar la tarea del jefe del bloque de senadores en la reconstrucción del PJ nacional y el acercamiento a Sergio Massa.

Esas tres corrientes deben mantener la unidad. Hasta 2017 cuando se definan las candidaturas a diputado nacional, se mantendrá.

En las filas de Cambiemos hay inquietud sobre la conformación del espacio. Generó mucha inercia favorable el triunfo de Mauricio Macri, pero es de difícil concreción en Río Negro. Es cierto que la imagen del Presidente es mala en la provincia, pero las dificultades también son propias. Mientras más tarde ese espacio en consolidarse, más vuelo propio irá tomando el radicalismo que asta hace unos meses parecía condenado a ser cola de ratón. Pero los desacuerdos con las políticas de la Casa Rosada más la posibilidad de acercarse a Massa, pone a los boina blanca en carrera nuevamente, y harán pesar su opinión. Además, ven al PRO más ocupado de seducir “compañeros” que otra cosa.