A 42 años del fallecimiento de Perón

El 1 de julio se cumplen 42 años del fallecimiento de Juan Domingo Perón. Fue en el año 1974. Tenía 78 años de edad. Fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1952 y 1973, llegando en todos los casos por medio de elecciones democráticas.

La vida política de Perón tiene por ello dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.
Fue fundador y jefe político del Movimiento Nacional y Popular que aún hoy, continúa siendo la fuerza política mayoritaria de la República Argentina: el Partido Justicialista.

Con la muerte de Perón, se cerraron 30 años de protagonismo en la vida nacional de un hombre que supo vertebrar las necesidades y aspiraciones del pueblo y plasmarlas en realidades a lo largo de sus tres prestigiosas gestiones presidenciales.

Las tumultuosas jornadas del 17 octubre de 1945, fueron el inicio y la confirmación de su pensamiento político, cuando afirmaba que “la emancipación de los trabajadores y la justicia social llegarían por la lucha y el esfuerzo de ellos mismos”.

Previamente y desde la Secretaría de Trabajo, que condujo en el proceso revolucionario de 1943, comenzó a desarrollar gran parte del programa sindical histórico: se crearon los tribunales de trabajo; se extendió la indemnización por despido a todos los trabajadores del país; se consagró el derecho a las vacaciones anuales pagas y a la percepción del aguinaldo como participación de las ganancias del empresariado; se controló la jornada laboral de ocho horas; se pusieron en marcha las obras sociales y las mutuales; más de dos millones de personas accedieron al beneficio de la jubilación; se sancionó los el Estatuto del Peón del Campo, del Periodista y de otras actividades del trabajo; se crearon Policlínicos, Colonias de Vacaciones y Escuelas Técnicas para capacitación de los obreros. Se implementó la legislación laboral más avanzada de América Latina.

Acompañado por María Eva Duarte, su esposa, defensora de los humildes y marginados e impulsora del voto femenino en la Argentina, estructuraron una gesta nacional transformadora en lo político, en lo social y en lo económico.
El 16 de junio de 1955 cayeron bombas sobre la Casa Rosada y sus alrededores. La Marina con sus aviones intentó asesinar al Presidente de la Nación. Quedaron en Plaza de Mayo casi 400 muertos y miles de heridos. Los conspiradores no eran sólo militares. También había numerosos civiles. El alzamiento fue frenado. Pero los autores de ese crimen de lesa humanidad nunca fueron juzgados por el servil Poder Judicial Argentino.

Cuando la mayoría del pueblo acompañaba un proceso institucional de profundos cambios diseñado en dos planes quinquenales, un golpe de Estado cívico-militar dejó inconclusa en 16 septiembre de 1955 esa década inolvidable, desalojando del poder a Juan Domingo Perón. El mandatario depuesto inició un largo y penoso destierro, transitando en condición de exiliado primero por varios países de América y finalmente en España.

Dieciocho años después de su obligado destierro, Perón retornó al país para cumplir con la aspiración y voluntad de su pueblo que, en elecciones libres y democráticas, sin proscripciones, lo eligió el 23 de septiembre de 1973 presidente de los argentinos por última vez.

Su figura se había transformado en leyenda. Solamente pudo gobernar 260 días. En esa breve gestión, confirmó su intención de olvidar agravios mentiras y sufrimientos, apostando decididamente a la reconciliación nacional. Vino sin odios ni rencores a pacificar las conciencias para los nuevos tiempos.

Su pensamiento y trayectoria superaron las antinomias y dejaron como balance un país con grandes cambios en sus estructuras junto a la íntima e irrevocable decisión de construir una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

Héctor Jorge Colás, secretario de Prensa- Raúl Martínez, Secretario General

Unidad Básica de Viedma-Partido Justicialista de R{io Negro