Los comerciantes cipoleños se rebelan y no piensan pagar el gas

La mayoría de los comerciantes y empresarios de Cipolletti no están pagando las boletas de gas, que en los casos más extremos llegó al 2.100% de aumento. Así lo decidieron en asamblea.

Según publicó el diario La Mañana, consideran que no es caprichoso ni deliberado el no pago, pues Nación todavía no define los nuevos valores, y esperan salir de la confusión y la incertidumbre para saber qué hacer en adelante. “Yo no pagué, la última factura vino en abril con un aumento del 1.115%, no llegó todavía ninguna rectificación y es impagable”, sostuvo el reconocido industrial Néstor Quitín García, dueño de Embotelladora Comahue.

Quintín Garcíaa comentó que son mayoría los que no pagaron el tarifazo y así quedó demostrado en la última asamblea, cuando sólo el 2% de los comerciantes manifestó haber afrontado el aumento.“Sabemos que el gobernador Alberto Weretilneck sigue la negociación con Nación para definir nuevos valores, y esperamos que pueda encontrarle la punta al ovillo”, añadió el empresario cipoleño.

El presidente de la Cámara de Industria y Comercio local, José Luis Bunter, dijo que el grueso de los comerciantes no ha pagado el tarifazo porque no lo puede hacer, ya que los montos son muy elevados o lo consideran injusto. Sólo algunos pagaron, ya sea por desconocimiento o porque están acostumbrados.“Queda a criterio de cada uno”, aclaró Natalia Chemor, de la CIC, ya que desde la Cámara no pueden alentar una decisión como esa. “El descontento es general, porque los aumentos no fueron analizados en profundidad, ni se consultó a las federaciones cuál es la realidad y cómo aplicarlos”, sostuvo Bunter.“Es algo descabellado, y todavía no viene la boleta que tome como referencia el consumo de los meses de invierno”, advirtió.

El comerciante tildó, además, de “improvisada” la negociación posterior para bajar el aumento al 400 y 500% y se preguntó: “¿Cuál es el parámetro?”.Para García, “es un corte salomónico” que todavía no se aplica. Además consideró que los porcentajes igualmente son un “disparate” porque el mercado está congelado (400% para los consumidores domiciliarios, y 500% para las empresas). “Esto es una burrada, muy poco serio y perjudica a todas las empresas que están trabajando”, concluyó Bunter.