Cárcel clausurada: El Gobierno niega algunas falencias

(ADN).- El juez de Ejecución Penal, Pablo Chirinos, luego de ordenar el cierre de la cárcel provincial de Roca, no se mostró muy esperanzado en el resultado que se pueda obtener en la audiencia pública fijada para este mediodía, en la cual el gobierno deberá demostrar que el penal es apto para la vida humana.

Tal lo expresado en una resolución del viernes pasado y que vence hoy, “el penal no es un lugar apto para el alojamiento de personas» y además «el riesgo se extiende al personal penitenciario y policial, como así también a docentes, personal administrativo y visitas en general, no pudiéndose garantizar la no electrificación de los mencionados».

El juez basó su decisión en un dictamen de un arquitecto enviado por el Servicio Penitenciario Provincial y por datos brindados por el director del Penal 2 comisario Cristian Villagra.

Según relató Chirinos esta mañana en declaraciones radiales, “hace unos 15 días, el defensor oficial de ejecución, presentó un habeas corpus sobre 3 pabellones, porque había filtraciones por las lluvias. Enviaron un arquitecto que propuso poner más membrana, pero sobre el cableado dijo que era peligroso para reclusos como para guardias”.

El magistrado recordó que a lo largo de la investigación de la situación edilicia, “el servicio penitenciario provincial y el Ministerio de Seguridad, negaron el informe de su propio arquitecto. Y pidieron nueva pericia, la cual arrojó que toda la cárcel está en riesgo, y ante eso, es que tomamos la medida de no permitir más ingresos”.

De este modo, por estas horas los jueces de la Segunda Circunscripción, no tienen donde mandar reclusos y es factible, como ya ocurrió ante situaciones similares, que se terminen saturando las comisarias.

Chirinos reconoció que “tampoco podíamos tomar la medida que habría que haber tomado, que era desalojar todo el penal”, por eso en la audiencia de hoy “pediremos que nos garanticen que nadie va a morir electrocutado, porque hay 300 personas en riesgo”.

Uno de los aspectos más graves es que “de la documental que hay en el expediente se da cuenta que desde el año pasado el tablero general está roto, que la luz pasa a un tablero secundario, original de la cárcel del año 1976, que está en medio de una charco”.

Y como a pesar de los eventuales cortocircuitos “en vez de saltar la luz, se la ha mantenido, por eso hay paredes electrificadas”.

El amparo que presento el defensor Defensor de Ejecución Eduardo Luis Carrera ataca 3 aspectos: humedad por filtraciones, fallas en la electricidad y deficiencias en la calefacción.

Sobre el último punto, se aclaró que “no funciona la calefacción y los internos hacen resistencias caseras para calefaccionarse, y estas resistencias afectan la instalación eléctrica”.

Ahora, según los parámetros del Servicio Penitenciario, la temperatura en los pabellones “dice que debe ser de 16 grados”.