No están todos los que son. ADN

Alberto Weretilneck gobierna con la adhesión de sectores rionegrinos de las más variadas procedencias, pero es innegable el aporte en votos que recibió del radicalismo y sus votantes históricos. Desplumó a la UCR.

La génesis del proceso que coloca al gobernador en el despacho de Laprida y Belgrano, sin embargo, debe buscarse en el acuerdo que armó con el peronismo y Carlos Soria. Venía del municipio de Cipolletti, y fue candidato a vicegobernador como dirigente del Frente Grande.

De aquello, nada quedó. Un verdadero trashumante que caminó todas las rutas del poder despojado de condicionamientos ideológicos, a sabiendas que el dogmatismo encorseta a los proyectos de permanencia en el poder.
Sumó del peronismo a dirigentes e intendentes que ante la disyuntiva que les planteó Martín Soria de dejar el gobierno, decidieron acompañar al hombre que junto al “Gringo” le devolvió la sonrisa en el 2011.

Weretilneck construyó una estructura oficial sólida y en esa condición de trashumante, recorrió y recorre cada rincón de esta dilatada provincia para fortalecer su contacto personal con el ciudadano. Esto lo hace muy bien, genera un capital propio y no le debe a nada a nadie.

Hoy no existe en la provincia otra referencia de voluntad política de concentración de poder, que no sea la del gobierno.

Enfrente sólo hay proyectos de fuerzas con intención de arrebatarle el poderío al partido del gobierno, que por supuesto no deben subestimarse porque el camino al 2019 es largo y con sorpresas, incluso las elecciones de medio tiempo como las del año que viene, pueden traer novedades dada la particularidad de un voto sin compromiso territorial.

Este tema concentra el análisis político futuro del gobierno. A medida que se acomodan y realinean las distintas corrientes políticas no todos los que están con el gobierno pareciera que seguirán.

La pregunta tiene un valor estratégico ¿Podrá contener Weretilneck a los aliados políticos que le ayudaron a superar el 50 por ciento de los votos el año pasado?.

Quizás no. Porque desde el gobierno siempre se contó a dirigentes como “propia tropa” que hoy no están o navegan con niebla en la proa.

También es cierto que una cosa son los dirigentes y otra son los ciudadanos que cada vez responden menos a las ordenes partidarias.

Hacia donde estaría marchando el desgranamiento. Algunos estiman que podría haber retornos de justicialistas al viejo redil, incluso sumando fuerzas aliadas, un tema que tendrá directa vinculación con la realidad nacional del PJ.

Otros señalan que la fuga será de radicales, en la voluntad de sectores de ese partido de formar parte de Cambiemos, aun inorgánicamente. El tema –como señalábamos ayer- es la UCR orgánica, a quien el diputado Wisky le dedicó una línea de su discurso del sábado en Beltrán, como dijo que “no vamos a salir a regalar cargos para que se sume más gente…” A quien le caiga el sayo que se lo ponga.

El gobierno tiene por un lado el proyecto de crear el partido de Juntos Somos Río Negro, pero por otro ve como se escurren de las manos aliados fundamentales, como Aníbal Tortoriello y el propio Gustavo Gennuso (nada más ni nada menos que intendentes de Cipolletti y Bariloche) y otros jefes comunales sumados siempre de esta lado del campo de juego, como Miguel Martínez, Yamil Direne, Mariano Lavín y muchos dirigentes que no solo votaron, sino que trabajaron para el triunfo de Weretilneck el año pasado.

Hora de sacar cuentas y pensar la estrategia adecuada para no perder adhesiones. Por el momento nadie será esquivo a las relaciones con el gobernador, posar para una foto, responder a una invitación gastronómica o acompañar medidas oficiales de provecho general para Río Negro, incluso el acercamiento de Alberto Weretilneck en sus relaciones con el gobierno nacional, también ayudan para esta convivencia, pero sólo habrá “amor de ocasión”.

El tema es a futuro, cuando Juntos Somos Río Negro salga a afiliar a ciudadanos para el partido, cuando haya que elegir y votar a senadores y diputados nacionales y en un punto más lejano, cuando se vote al próximo gobernador de Río Negro.