Fin de la moratoria. Trabajadores sin aportes de sus empleadores ya no podrán jubilarse

El Gobierno confirmó que la moratoria previsional que vence en septiembre no será renovada. Eso implica que los trabajadores que cumplan la edad de jubilarse a partir de ese momento pero que no cuenten con los aportes correspondientes por no haber sido registrados por sus empleadores no podrán acceder a los haberes previsionales.

El titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, aclaró que se está trabajando en una nueva ley jubilatoria “que deje plasmada la situación actual”, de modo que los trabajadores sin aportes no tengan que depender del lanzamiento de nuevas moratorias. Sin embargo, admitió que esa iniciativa va a tardar varios años en llegar al Congreso.

Además, Basavilbaso consideró que el trabajador que cuenta con los 30 años reglamentarios de aportes previsionales no debería cobrar lo mismo que el que no los tiene, como sucede en muchos casos actualmente. Eso hace prever que el futuro ingreso universal que se le otorgaría a quien no tiene los años de aportes requeridos estaría por debajo del nivel de la jubilación mínima.

“Queremos plasmar en una ley lo que hoy ya existe. En septiembre vamos a llegar al 97 por ciento de cobertura previsional. Pero una vez finalizada esa moratoria, empieza a caer la cobertura de vuelta, porque se hace por año de nacimiento. Entonces empieza a producir una injusticia, porque la gente que va cumpliendo los 60 en el caso de las mujeres y 65 años para los hombres, no pueden acceder a la moratoria. Una opción es trabajar en otra moratoria, o sea, continuar agregando parches al sistema. Otra es dar la discusión y presentar una reforma jubilatoria”, dijo ayer Basavilbaso.

La última moratoria previsional fue lanzada a mediados de 2014 y desde ese momento pudieron incorporarse al sistema más de 500 mil trabajadores en edad de jubilarse que no contaban con los aportes suficientes. De esa forma la cobertura del sistema llegó al 97 por ciento, lo que implica prácticamente una universalización previsional. Antes de la primera moratoria lanzada en 2005, la cobertura era de apenas el 65 por ciento.

“Hacemos un balance muy positivo en cuanto a las moratorias, porque no se puede dejar a un adulto mayor sin un ingreso. La parte negativa es que se hizo de forma abrupta generando muchos juicios que el kirchnerismo no reconoció”, consideró Basavilbaso. Entonces, adelantó que la moratoria vigente que vence en septiembre no se va a renovar. “Deberíamos empezar a dar ese debate ahora y no se si vamos a llegar”, reconoció. Como explicó el funcionario, la no renovación de la moratoria va a implicar que de a poco caiga el grado de cobertura. Es que a medida que nuevos trabajadores cumplan la edad de jubilarse y no tengan los aportes para hacerlo pasarán a estar sin cobertura del sistema previsional. La moratoria vigente establece un plan de pagos de 60 cuotas con una quita inicial cercana al 50 por ciento. El monto de las cuotas no puede exceder el 30 por ciento del haber jubilatorio que pasa a cobrar la persona que se anota.

El Gobierno justifica que no renovará la moratoria porque trabaja en una nueva ley de jubilatoria. “Es un hito histórico. Buscaremos dejar plasmada la situación actual. Tenemos una ley contributiva, que responde sólo a las personas que tengan los aportes, luego con las moratorias se ha incluido a mucha gente. Para que no tengamos que sacar moratoria tras moratoria, queremos que eso esté contemplado en una ley”, explicó Basavilbaso.

Sin embargo, esa norma que incorporaría el esquema de moratorias dentro del sistema va a tardar en aparecer, según Basavilbaso. Ayer dijo que el año que viene o el próximo recién podría debatirse, aunque en otra entrevista días atrás planteó que ese proyecto “nos va a tomar los cuatro años de este Gobierno”. En consecuencia, no se renueva el beneficio de la moratoria este año y se plantea un nuevo esquema para el mediano plazo.

Pero además, esa reforma del sistema jubilatorio promete otros cambios de fondo en la lógica previsional. “Queremos que haya una jubilación universal y que tenga una parte contributiva que premie a la gente que puso dinero en el sistema”, dijo el funcionario. “Tenemos que poner incentivos para que la gente tenga trabajo en blanco, incentivos tanto para trabajadores como empleadores”, agregó, dando por supuesto que algunos trabajadores supuestamente prefieren estar “en negro” y jubilarse sin aportes que contar con todos los beneficios de estar “en blanco”.

Como es altamente improbable que las jubilaciones de los que aportaron suban lo suficiente como para que ese grupo de trabajadores se sienta “premiado” frente a los que no aportaron, del esquema que esboza Basavilbaso se puede inferir que el “haber universal” será más bajo que la actual jubilación mínima. De forma que el trabajador que no tiene sus aportes quedaría en una condición inferior a la actual.

Las investigadoras de la Universidad Nacional de General Sarmiento Claudia Danani y Susana Hintze explicaron en una nota publicada el 6 de marzo en el suplemento Cash de este diario que bajo el esquema de moratorias “se accede el beneficio por la puerta, y no por la ventana. Eso lo diferencia del subsidio a las prestaciones en el que el Estado paga un mínimo o básico –como propone Basavilbaso– que suele pertenecer más a la familia de un ‘plan para gente mayor’ o una ‘ayuda para el anciano carenciado’. Es decir, un ingreso en condiciones de inferioridad”. Advierten además que las mujeres, que han sido las principales destinatarias de las moratorias, son las que mayor riesgo corren de que su derecho a un haber jubilatorio baje de categoría.