Juez y parte. ADN

Algunos mecanismos de la paritaria judicial deberán ser revisados. La puja salarial de los trabajadores beneficia directamente a la patronal. Los sueldos de funcionarios y jueces están atados a la suerte del incremento que logra el gremio en la negociación.

La Argentina recuperó las paritarias como mecanismo para alcanzar acuerdos salariales después de varios años de decisiones unilaterales. La idea es que en todos los ámbitos (público y privado) los trabajadores se sienten en una mesa de diálogo con sus jefes y discutan las necesidades puntuales de cada sector por las características propias. Pero de ningún modo, la suerte de los salarios de los empleados es correlativa con la de sus empleadores.

Quitando el ámbito privado que tiene sus complejidades, en el Estado, cuando los trabajadores concurren a las paritarias, plantean los aumentos en base a sus realidades, ello se pone en debate, y los gobiernos otorgan en la medida de sus posibilidades. Pero de esa negociación, no surgen los salarios de ministros ni legisladores. Mucho menos del gobernador y el vice.

Esta semana SITRAJUR aceptó la oferta del Superior Tribunal de Justicia. Todos, sin excepción, en el ámbito del Poder Judicial tendrán un incremento salarial del 30%. La puja salarial puso en igualdad de condiciones de aumento al trabajador que recién se inicia con un miembro del STJ.

El porcentaje surgió después de varias reuniones donde los representantes del Superior llevaban cifras irrisorias en el marco de la pérdida del poder adquisitivo. Un minué conocido. Oferta inviable, oferta rechazada. Recién cuando la propuesta se acercaba al 30% comenzó el debate serio. Pero ambos actores conocían el final. El gobierno había marcado un norte y se cumplió.

¿Qué hubiese sucedido si el SITRAJUR aceptaba el primero ofrecimiento?. Aquel totalizaba el 21% en tres tramos. Un incremento que hasta para los jueces era insuficiente. La puja sirve para mostrar un esfuerzo presupuestario pero en realidad es el impulso real que la cúpula del Poder Judicial diseña para sus propios sueldos.

Según cálculos estimativos, con el aumento los jueces de primera instancia rondarán los 80 mil pesos, cerca de los 100 cobrarán los camaristas y aproximadamente 140 mil pesos los integrantes del STJ.

La paritaria no solo es inequitativa, sino que ante la inviabilidad de un acuerdo, la prolongación de las negociaciones o los conflictos ocasionales que provoque, son zanjadas por la conducción del Poder Judicial. Juez y parte.

Hoy, después del último proceso paritario, se impone la revisión de algunos aspectos. La igualdad no es equidad, los trabajadores deben pelear por sus salarios exclusivamente, y el árbitro de los posibles conflictos debe ser neutral.