Legisladores radicales y del CCARI reclamaron por los productores frutícolas

Viedma.- Solidaridad y respaldo para a los pequeños productores frutícolas en su reclamo y urgentes medidas estructurales que devuelvan la competitividad al sector, propusieron los legisladores radicales Bautista Mendioroz, Leonardo Ballester, Daniela Agostino y del CC-ARI Jorge Ocampos que consiguieron hoy el respaldo de la cámara de legisladores en la sesión parlamentaria y solicitaron además al gobierno provincial y nacional el máximo esfuerzo.

Mendioroz detalló que «son unos 2700 productores entre Río Negro y Neuquén, un 56% tiene menos de 10 hectáreas netas plantadas con frutales de pepita y carozo y representan el 16 % de la superficie total, mientras que el 2% de los productores primarios de mas de 100 hectáreas, concentra el 36 % de la superficie cultivada”.

Referenció que la caída de la demanda internacional provocó que muchos productores decidieran no avanzar en la cosecha y aseguró “el problema de fondo es que la actividad dejó de ser rentable y muchos productores están abandonando las chacras porque no pudieron cosechar la producción, en un contexto en el que los costos en dólares están creciendo al 35/40 % anual y los precios en dólares cayeron entre 5 y 7 %”.

El legislador y candidato en el primer lugar de la sábana por el Frente Progresista, Jorge Ocampos aseguró que “lo que esta en crisis es la forma de organización de la actividad. El modelo liderado por el capital transnacional que somete mediante reglas de negociación desiguales y abusivas a quienes están en el extremo de la cadena productiva, es decir a los pequeños productores independientes y a los trabajadores”.

Ocampos expresó que la nueva movilización de los pequeños productores “agobiados por el laberinto sin salida, habla a las claras de la difícil situación que vive el sector” y aseguró que “en la medida que no tengan respuestas de fondo se irán cerrando las chacras de a poco, porque no se puede producir a pérdida”.

Finalmente expresaron los legisladores “la necesidad de un cambio de visión sobre la actividad, la modificación de la política económica, que devuelva competitividad al sector, dado que la inflación asociada a un tipo de cambio fijo, la gran presión impositiva y la pérdida de mercados ha llevado a la situación de crisis terminal actual”. Y aseguraron “es necesario aplicar con rigurosidad los instrumentos legales que permitan una fruticultura por contrato y con precio cierto y rentable para el pequeño productor, para que deje de ser la variable de ajuste de la cadena de valor frutícola. Sin cambios profundos se dilapidan recursos y prolongamos la agonía”.