«Por el pasado, el presente y el futuro»

Buenos Aires (Página 12).- Representantes de las 17 regionales que integran la red nacional de la agrupación HIJOS, se reúnen en Córdoba en un congreso en el que se debate el estado de los juicios contra los represores y las violaciones a los derechos humanos del presente.

Con la presencia de doscientos militantes de todo el país y de invitados de sus regionales de Barcelona y México comenzó ayer en Embalse Río Tercero el 14º Congreso Nacional de H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio).

Representantes de las 17 regionales que integran la red nacional de la agrupación, que en 2015 celebra sus veinte años, trabajarán en comisiones sobre temas vinculados con el proceso de justicia y las resistencias a avanzar sobre los partícipes civiles del terrorismo de Estado, pero también sobre violencia institucional y violaciones a los derechos humanos del presente. El Congreso concluirá el domingo con la elaboración de un documento.

“Llegamos al Congreso con varios objetivos. Por un lado, reflexionar sobre estos veinte años de ocupar plazas, calles y estrados de tribunales exigiendo juicio y castigo, y cumplimiento de derechos humanos, pero también para pensar y proyectarnos en un año que parece ser bisagra en cuanto a la continuidad de conquistas logradas por los organismos de derechos humanos y el pueblo en términos de inclusión a integración”, explicó Emiliano Salguero, de H.I.J.O.S. Córdoba, que oficia de organizador y anfitrión del congreso.

“Hay que ir también por lo que falta, porque la democracia argentina tiene grandes deudas, como la violencia institucional y la continuidad de algunas políticas neoliberales, sobre todo en los estados provinciales. Necesitamos más democracias y más justicia. Tenemos un Poder Judicial operado por corporaciones que no está respondiendo a la necesidad de justicia que la sociedad plantea y que se está negando a sentar en el banquillo a los cómplices civiles del terrorismo de Estado, como los empresarios o los propios jueces”, contó Salguero a Página/12.

H.I.J.O.S. nació el 14 de abril de 1995 en el Complejo San Miguel, en la ciudad de Río Ceballos, Córdoba, en un contexto de absoluta impunidad y tras las confesiones de los vuelos de la muerte del ex capitán Adolfo Scilingo. “Eramos casi niños cuando nos convocó el taller Julio Cortázar, de Córdoba. Ahí decidimos salir a contestar, escribir una carta abierta a la sociedad por las declaraciones de Scilingo. Así nació la organización nacional. A partir de ese encuentro se hizo el primer congreso con 14 regionales. Quedó claro que había una necesidad enorme de encontrarnos, de pensar lo que estábamos viviendo como jóvenes, donde la impunidad era implacable, donde hablar y ser escuchado era muy difícil”, recuerda Salguero. El congreso de estos días será por lo tanto también “para celebrar tantos años de encuentros”, confesó. “Hemos logrado transformar esos dolores, esa bronca y esa rabia en energía de transformación, en alegría, entonces también tenemos que festejarlo.”

Las violaciones a los derechos humanos del presente fueron tema de debate desde el comienzo de la agrupación. “Además de los llamamientos por juicio y castigo, por la restitución de la identidad de nuestros hermanos y del acompañamiento a las Abuelas desde la comisión Hermanos de H.I.J.O.S., también trabajamos en la reconstrucción del tejido social solidario destruido por la dictadura, en cientos de luchas del movimiento social argentino y en discusiones sobre políticas sociales y de derechos humanos. No sólo nos propusimos luchar contra la impunidad, sino también sobre las consecuencias que dejó, entre otras las de fuerzas de seguridad que se niegan a vivir en democracia”, explicó. “Falta mucho, pero creo también que la democracia argentina, con la lucha del pueblo, ha podido avanzar en aspectos que parecían imposibles. Por eso venimos también acá a pensar cómo seguimos”, reflexionó.

H.I.J.O.S. Capital difundió ayer un afiche exigiendo “juicio y castigo a los culpables de delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de la guerra por las Malvinas”. “No fueron crímenes de guerra, fueron genocidas en las islas”, dice el afiche, desde donde reclaman “identificación de los cuerpos de las víctimas y restitución a las familias”. “Entendemos que los pibes de Malvinas también fueron parte de las víctimas del terrorismo de Estado, que instaló la impronta del ‘no te metás’ y la cultura individualista. Eso se instaló a través del miedo y se fortaleció en los ’90 con el supuesto fin de la historia y de las utopías”, explicó Salguero, quien recordó que también supieron escrachar al ex dictador Leopoldo Galtieri junto a agrupaciones de ex combatientes de Malvinas.

Los asistentes trabajarán en comisiones y luego se realizará un plenario del que saldrán las conclusiones del Congreso. “Venimos con realidades muy distintas. Si bien hay juicios en todo el país, las dinámicas han sido diferentes. En algunos lugares el Poder Judicial es muy reticente, en otros la lucha dio resultados más contundentes. La idea entonces es poder conocer la realidad de cada provincia, de cada ciudad, para poder complementar experiencias, herramientas, miradas, y tener una mirada nacional.”