LA Casa late

ADN-Por Valeria Berman.- “Faltan 6 días para que comience el juego más esperado de la televisión, la Casa ya palpita, los hermanitos están preparados, cada vez más afilados, se sacan chispas…” anuncia el avance de Gran Hermano, el programa de tv en el que un grupo de 14 personas permanece aislado y encerrado en una casa, vigilados por innumerables cámaras, durante un período de tres meses, mientras una serie de prendas los va poniendo a prueba a fin de encontrar un único ganador.

Liliana Parodi, la gerenta de programación de América TV, señal que emitirá el ciclo, contó que Gran Hermano 2015 será muy diferente a las anteriores versiones, a cuatro años de haber finalizado el último ciclo, la tecnología ha avanzado y a la “sociedad conectada” ya no le alcanza con la pantalla del televisor.

El producto televisivo conocido por un Ojo gigante que todo lo mira se suma a la multiplicación de las nuevas pantallas nómades (netboks, tablets, smartphones) y ofrece la posibilidad de que los televidentes, ahora usuarios de redes, puedan elegir la cámara a seguir, el competidor a observar desde cualquiera de sus pantallas, incluso desde un celular, a través de una App (aplicación para Smarphones), en vivo, en tiempo real, las 24 horas del día.

Persecución que ha ido más lejos que nunca antes, no apta para paranoicos. Una verdadera cacería de la intimidad ajena, desbordante de morbosidad y perversión. Big Brother, el nombre original del show, es una versión punzante de la novela del escritor y periodista, George Orwell, llamada 1984, en la que el Gran Hermano es el líder que todo lo ve en una sociedad totalitaria. El reality show fue creado por John De Mol y su equipo, en el año 1997, después de estudiar el experimento Biosfera 2, que tuvo lugar en el desierto de Arizona, allí descubrió lo difícil que puede resultar la convivencia entre personas aisladas y al concepto de encierro y aislamiento, De Mol añadió los de competencia y exposición, lo que en conjunto hace un combo explosivo, similar a experimentos con ratas encerradas en laboratorio.

El juego expone lo peor de la sociedad posmoderna, la valoración de un individualismo exacerbado, requerido para
salvarse, sin margen para ninguna relación de amistad, de solidaridad o de cooperación con el resto de los participantes/ enemigos.

“Ya están preparados los Halcones y Palomas”, indicaba este sábado el periodista de chimentos, Luis ventura, que tal como Jorge Rial, prometieron al público que en Gran Hermano 2015 habrá peleas, lujuria, alianzas, traiciones, complot, obsesiones, sexo, mentiras, secretos, expulsiones, y hasta sangre, por si algo le estaba faltando al público ávido de consumir revueltas, en un año electoral.

Emitido en más de 70 países, en la producción del ciclo trabajan profesionales de distintas especialidades en focus groups, filósofos, sociólogos, psicólogos y analistas de marketing para realizar un producto acorde a lo que las audiencias consumen, según sondeos, en cada sociedad. En este sentido, el Gran Hermano omnipresente en la
pantalla de América Tv en un año electoral, atenderá varios juegos a la vez.

Y así es como la grieta llegará a la Casa. En los anuncios que presentaba a los interesados en ingresar al juego fue posible advertir que todos manifestaban una posición en el duelo maniqueísta de Gobierno versus oposición, dialéctica que fue creada también desde el entramado de la Video política.

Vivimos en una sociedad teledirigida (concepto acuñado por Giovanni Sartori en su tesis Homo Videns) la política que es practicada desde los medios de comunicación se basa en la preeminencia de imágenes antes que palabras, debates y razonamientos. La televisión es un instrumento que favorece una política reducida a episodios que exaltan las emociones, conmueven, encienden sentimientos, en este sentido lo que se viene fomentando desde los medios de comunicación los últimos años, es la ira, la violencia, la justicia por mano propia, los famosos relatos salvajes. De tal modo estamos inmersos en esos discursos y prácticas mediáticas que elegimos contarle esto al resto del mundo
en una película seleccionada para representarnos como país en los premios Oscar.

Volviendo sobre lo que las audiencias consumen y lo que los Multimedios ofrecen, una debate aparte merece el análisis de porque hay tantos productos televisivos de discusión política o de pelea entre candidatos, así como de chimentos, que alguna vez se llamaron “programas de espectáculos”, en donde las riñas familiares disparan el tan ansiado raiting buscado por los canales.

Lo de siempre en cuestión de televisión, lo que importa para el mundo del entretenimiento de la caja boba es la pelea, la competencia, la contienda, la eliminación, la sangre y la violencia. Nada es inocente, desde la maquinaria televisiva surgen nuevas formas de manipulación y lo que parece entretenimiento, no lo es tanto. Por eso, en estos días, mientras que la Casa late, la política se dirimirá en agites en los sets y los hermanitos indagarán en la grieta para esa audiencia embriagada de operaciones
mediáticas.