Un grito que se oirá desde lejos ● Arabela Carreras

Una marcha en silencio constituye en este momento de nuestra Argentina un hecho indispensable para expresar el deseo y la necesidad del esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman y el respaldo de la sociedad toda al trabajo de los fiscales que tienen la tarea de esclarecer los hechos que enlutaron a la Nación en su conjunto.

El silencio, como la poesía, es plurisemántico, cada uno expresa en el silencio todo lo que quiere decir, y cada uno que lee el silencio, lo hace desde sus convicciones y su modo de ser y de actuar. Por eso es tan contundente una marcha del silencio, porque pone en evidencia simultáneamente todas las posiciones, los miedos y los deseos de miles que necesitan callar porque las palabras resultan del todo ineficientes para transmitir un mensaje tan complejo.

Es fundamental que, en una sociedad democrática, se esclarezcan todas las muertes y que la justicia llegue al fondo de cada hecho luctuoso que ocurre en nuestro territorio, dado que la investigación legal es una de las herramientas que tenemos para defender la vida. En este marco, el esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman es doblemente necesario, en una dimensión humana individual y en un plano político y colectivo.

Los fiscales asumen un rol diferenciado en la sociedad organizada y por ello tienen una responsabilidad delegada por todos nosotros, que es la de investigar, esclarecer, desentrañar todo aquello que conspira contra el normal funcionamiento de las instituciones, que atenta contra la vida pacífica de los ciudadanos, que impide un regular y saludable funcionamiento social. Por ello, la desaparición dudosa de un fiscal no puede ser pasada por alto, porque los argentinos no podemos aceptar el fracaso de las instituciones en las que confiamos para que la ley se cumpla, más allá de la ideologías, religiones o militancias políticas.

La historia de la Argentina del siglo XX tiene un largo capítulo de muertes no esclarecidas. Cada vez con más convicción y más unánimemente se ha luchado para que las instituciones den respuestas satisfactorias ante estas heridas individuales y sociales que no cicatrizan nunca. La recuperación de la democracia no se realiza de una vez y para simpre, la democracia requiere de un trabajo cotidiano comprometido con la búsqueda de calidad institucional y de libertad en el marco de la ley.

La historia nacional del siglo XXI tendrá los capítulos que seamos capaces de escribir los que formamos parte y damos vida a este amado país. La participación de todos en la construcción democrática tiene momentos diferentes y roles diferenciados, sin embargo, hay circunstancias que nos obligan a marcar colectivamente un rumbo, señalar límites y defender con absoluta convicción las instituciones de la democracia que supimos conseguir.

Ahora vamos a callar y vamos a marchar para que el mundo sepa que los argentinos no queremos que las páginas de nuestra historia contengan párrafos sangrientos como los que se escribieron en el pasado. El 18F será un grito que se oirá desde lejos.

Fiscal Alberto Nisman, presente.

Arabela Carreras
Legisladora FpV