La Provincia sin proyecto, pero con candidato

El humor suele tener la virtud, de sintetizar situaciones, que de otro modo podría tornarse más compleja en su descripción.

Hay un chiste popular, que relata que, un hombre entrado en copas, se acerca a un bar y pide una damajuana de vino. El dueño, luego de mirarlo, lo interroga: y el envase?, con él, está hablando- le respondió.- En Río Negro, parece una tierra llena de sucesiones que cada vez es como más difícil de describir.

El radicalismo, luego de 28 años en el poder por sucesivas elecciones, se ve que con padrones de otro distrito porque cuesta hallar personas que hayan votado esa continuidad.

Asume un gobierno de una coalición entre el justicialismo y el Frente Grande, sintetizados en las figuras de Carlos Soria y Alberto Weretilneck.

Apenas asumidos, mientras el gobierno entrante envía una Ley de disponibilidad del 50% de la planta de empleados públicos de la Provincia y el Vice-gobernador entrante, les advierte a los diputados radicales, amigos hasta minutos antes del cierre de listas, que seguramente deberían ir a pedir perdón a Dios, por los pecados cometidos durante sus administraciones. 20 días; sólo 20 días después la tragedia, y lo que llamaban un proyecto político, y luego de algunas deliberaciones, se define darle continuidad institucional, dejando al Vice- gobernador a cargo del Ejecutivo.

Aún resuenan, sujeto casi a la grosería aquella frase, nombrando a los hijos del Gobernador asesinado: “yo sé a quienes amaba y a quienes odiaba, mi compromiso es honrar esa memoria”, dijo Weretilneck, casi al borde de las lágrimas. Si nos dejáramos llevar literalmente por los hechos sucedidos, uno podría suponer objetivamente que el gobernador extinto, poco aprecio tenia por sus primogénitos. A los días, se envía un proyecto de Ley, derogando la Ley de prescindibilidad. Debe entrar en la antología del “realismo mágico”, legisladores decir de modo enfático, lo contrario a lo que habían dicho, también de modo enfático, un par de meses antes. En ocasión de la elección del Cardenal Bergoglio, como Papa, sólo el señor Weretilneck, tratando ser más papista que el Papa, cuestionó la idoneidad personal y moral del Cardenal, para ocupar tal cargo trascendente. Propios y ajenos, no pudieron resistir a la tentación de la risa. Tal vez, por eso, comenzó a juntarse con aquellos radicales a quienes había mandado a pedir perdón ante Dios. Seguramente, cuando finalice el pontificado de Francisco, Weretilneck, dejará que tomen el secreto de confesión.

Abandonó su pertenencia al sector político que lo catapultó, alejándose del gobierno nacional. El escaso afecto que ese gobierno siente por el justicialismo provincial, le “ayudó” a que la provincia no haya recibido sanciones y aislamientos más duros.

Los enemigos de ayer, son los amigos de hoy. Los amigos de ayer son los enemigos de hoy. Fue expulsado de su propio partido (Frente Grande), y hoy desde el Estado, violando todas las normas éticas elementales, trata de armar un espacio, desde donde pretende continuar ostentando un cargo, para el que ha evidenciado, imprevisibilidad y falta de capacidad suficiente, para sostenerlo. Sólo resta que alguien le pregunte, en que se basa su “proyecto político”, y como la respuesta del ebrio del cuento inicial, solo pueda responder: Con él, está hablando.

Pedro Amadeo Rivero
Ex Convencional Municipal Constituyente.