Viedma al Cóndor: La ley del más fuerte

Como vecino de Viedma vengo notando, hace años, falencias en el transporte público de pasajeros que une a nuestra ciudad con el balneario El Cóndor.

La calidad del mismo deja mucho que desear en varios aspectos, desde pasajes sin número de asiento, fecha u horario, hasta la falta de compartimientos para ubicar los elementos que llevamos cada uno, lo que condiciona la característica del servicio que se presta.

Al descuidar o no invertir en lo mínimo que requiere un vecino al abonar su boleto, se desencadenan una serie de sucesos, desgraciadamente cotidianos, que hasta se hace imposible abordar un colectivo sin faltarle el respeto a alguien, dado que no se tiene en cuenta ni a los niños, madres y ancianos, o sea, el más fuerte sube primero.

Viedma ha crecido y lo sigue haciendo y los que están encargados del control del transporte público, deberían saberlo y brindar, no solo a los vecinos de Viedma sino que también al turismo, un servicio de transporte que permita poder viajar cómodo, como realmente lo merecemos y no seguir soñando que algún día eso ocurra.

Indudablemente, existe una falta de legislación al respecto o, en su defecto, una falta de control, que nos lleva, a los ciudadanos de Viedma, a vivir en la ley de la selva, en la cual el más fuerte devora al más débil.

Por eso es fundamental que nuestros representantes legislen o hagan cumplir las leyes vigentes, por que pensemos, quiñes utilizamos el servicio público, somos del pueblo trabajador y que, a veces, este es el único recurso que tenemos para disfrutar de un día en familia.

MARTIN GARRIDO