La democracia intervenida ● Militantes del FG

Estimadas compañeras y compañeros del Frente Grande nacional: desde el momento que recibimos la decisión de intervenir nuestro distrito hemos estado debatiendo sobre la conveniencia o no de participar en la Asamblea Nacional. Primero, porque un fulminante decreto del Sr. Interventor había barrido con nuestros mandatos. Después, por carta documento se nos «invitaba» (¿conminaba?) a participar pero sin reconocernos explícitamente como asambleístas.

Interpretaciones jurídicas y políticas al margen, el informe – dictamen del Sr. Interventor terminó por decidirnos. En ese mensaje se nos atribuye falazmente una determinada definición política. Y sobre el final, se nos advierte que a los alcanzados por esa definición no merecen ser escuchados, no son dignos de la democracia interna. Al que piensa distinto, ni justicia. Tal el mensaje del afiliado que bregó por la intervención, que se autopostuló para ser designado interventor y que ahora se autopropone como ejecutor de una gran cirugía política para extirpar las abominaciones del cuerpo partidario.

Con semejante desprecio, ante tanta descalificación, nos sentimos rechazados de antemano. Por eso nuestro sector prefirió dar un paso al costado en este momento de crispación y ofuscación para retornar al diálogo cuando estén dadas las condiciones.

Si nos interesa dejar aclarados algunos conceptos:

– para ver con perspectiva histórica quién es cada quién, hay que revisar los archivos. Allí podrán encontrar quiénes desde el FG rionegrino salieron a respaldar las políticas del proyecto nacional que conduce Cristina Fernández de Kirchner. Es un desafío a la memoria. Y no va a ser casualidad las pocas menciones que encuentren de los integrantes de la Comisión de Acción Política designada por el autoproclamado «interventor». No va a ser casual que quienes más defendimos al proyecto nacional somos quienes nos encontramos de «este lado del Río Negro».

– y en cuanto al presente, más que con discursos hemos ratificado nuestra pertenencia al proyecto nacional con hechos concretos: acompañando las iniciativas del Ejecutivo que conduce Cristina Fernández de Kirchner, manteniendo el encolumnamiento en el bloque de Diputados, aportando al debate con propuestas, traduciendo con iniciativas propias en el territorio los principios partidarios.

– en el informe elevado por el afiliado Mango en su auto reclamada función de interventor, se hace mención a una supuesta dinámica partidaria que solo existe en su imaginación. Y de la participación en supuestos ámbitos frentistas que en realidad son encuentros de sectores internos del Partido Justicialista.

– al afiliado Mango le preguntamos: ¿quién le allanó el camino para ser designado ministro de Educación a partir del 10 de diciembre de 2011? ¿Qué pensaba del compañero Carlos Soria hasta el Congreso de Educación que se hizo en Cipolletti en agosto de 2011? ¿Quién le dio la autonomía financiera y política para ejecutar las políticas nacionales y populares en el Ministerio de Educación de Rio Negro a partir de enero de 2012?

– aguardamos que el afiliado Mango pueda responder a esas preguntas ante la Asamblea diciendo la verdad, sin interpretaciones estrafalarias y sin ponerse colorado.

Compañeras, compañeros: nos debemos un debate de fondo. Sentimos que hoy no es el momento. Que no están dadas las condiciones para un diálogo superador. Pero debemos concentrarnos en el verdadero eje de discusión: cuál es el margen de acción política que tenemos los militantes del Frente Grande. Si podemos aspirar a conducir un proyecto de construcción de mayorías o nos debemos conformar con la política de seguimiento que hoy nos señala la intervención. Si podemos hacer política, con mayúsculas, o limitarnos a mirarnos el ombligo. Y como sabemos, en el ombligo lo único que se acumula es pelusa.

Como militantes del Frente Grande de Río Negro, respetuosamente solicitamos, exigimos, pedimos, elecciones internas en marzo para definir todos los cargos partidarios en el distrito. Como para que no se diga después que los intervencionistas le tienen miedo a la opinión de los afiliados.

Beatriz Contreras
Viviana Pereira
Silvia Paz
Silvana Larralde
Alfredo Martin
Carlos Valeri
Jorge Barragan
Herman Avoscan

Título original: La democracia intervenida o el arte
de acallar a los que piensan distinto