Mutis por el Foro ● ADN

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La Legislatura de Río Negro pareciera que adelantó el receso. No sesiona y enmudeció, pero hablan sus pasillos. La oposición denuncia que el gobierno, en aparente minoría de votos en el recinto, no quiere discutir el acuerdo de redeterminación de precios de la obra pública con las empresas constructoras y que detrás de esta actitud se esconde la necesidad de “hacer caja” ante la llegada de un año eminentemente electoral.

Lo paradójico es que el propio gobernador Alberto Weretilneck anunció meses pasados que se paraba la obra pública en la provincia y ahora acusa que los trabajos de construcción están detenidos hasta tanto se defina la actualización de pagos retroactivos a las constructoras. Por otra parte y como una muestra más de la falta de comunicación oficial, el gobierno no informó bien a cuánto asciende la deuda de la obra pública, cuáles son las obras contempladas en la retroactividad y quienes son las empresas beneficiadas con la redeterminación de precios.

Mutis por el foro. No se convoca a sesión y se privilegia silenciar el debate, función esencial del Parlamento, donde se mezcla por un lado la incapacidad de los legisladores albertistas para defender el Decreto de Necesidad y Urgencia del Poder Ejecutivo y segundo porque todo sigue teñido por la interna en el Frente para la Victoria. De todos modos no hay reconocer que hasta la fecha, como si fuera una norma no escrita, los DNU no se debaten.

En esta gestión la Legislatura conoció comportamientos inéditos como las jornadas de la designación de los reemplazantes primero de Weretilneck y luego de Carlos Peralta, con la incorporación de un legislador más del que indica la Constitución, el tratamiento de los contratos petroleros con Petrobras, la autoconvocatoria a sesionar, el reconocimiento de bloques que luego se desestiman, prolongados períodos sin sesionar y la situación irregular del legislador Luis Bartorelli, sorista que buscó amparo en el albertismo y de comprobada incompatibilidad en el ejercicio de la medicina con su función de diputado.

Precisamente en la gestión y en la fijación de políticas claras desde el Estado es donde falla Weretilneck, que gobierna poco pero que se convirtió en un viajante de lujo con una valija llena de aportes económicos y subsidios. Kilómetros tras kilómetros por los valles, la estepa, la cordillera y la meseta patagónica, casi en soledad, sin equipo -y al estilo de los viejos buhoneros sirios libaneses- recorre el territorio rionegrino tomado contacto con los vecinos.

La parálisis legislativa y el estilo político del Ejecutivo sólo suman a la baja de la calidad institucional en la provincia de Río Negro. Se distorsionan los procedimientos administrativos, se violan normas y legislaciones, no se reglamentan las leyes sancionadas por el parlamento, como es el caso de las PASO y se podría anunciar como un hecho su postergación, y donde ya nadie reclama, incluido el PJ, la UCR y la CC-ARI, entre otros.

El gobierno quiere darle un cauce previsible a los reclamos salariales, pero hasta ahora sus propuestas son una frazada corta. Hay prioridades como aquietar protestas en la Policía y luego sigue la Unter porque no hay temores con UPCN y menos con Legislativos y se mantiene en interrogantes a ATE y SITRAJUR como huesos duros de roer. Con la fuerza de seguridad no quiere repetir experiencias amargas y con los docentes pretende terminar el ciclo lectivo actual e iniciar el venidero, con los alumnos en las aulas.

El 30 por ciento para todo el 2015, en un país que no frena la inflación y con algunas dudas propias del próximo proceso electoral, no entusiasma a la dirigente gremial. No será fácil para el gobierno anunciar un acuerdo general con el sector público con una previsión de incremento salarial del 30 por ciento a pesar que una noticia de este tenor sería la frutilla del postre que el gobernador espera anunciar para fin de año, entusiasmado por algunos contactos informales con ciertos dirigentes sindicales estatales.

Concluye el año sin mayores sobresaltos y persisten las dudas sobre si habrá elecciones primarias abiertas y obligatorias en Río Negro y si finalmente se produce la tan postergada foto de Alberto Weretilneck con Sergio Massa, donde hasta el momento sólo persisten promesas y dudas, principalmente de parte del gobernador ya que el ex intendente de Tigre no desprecia ningún apoyo provincial ante su orfandad de sumar gobernadores y dirigentes de peso en el interior del país.

Seguro que Alberto Weretilneck no irá a las elecciones con el partido Frente Renovador de Massa y será el candidato de una alianza de media docena de partidos ya inscriptos como el MPP, el Partido de la Victoria Popular, Unidos por Río Negro, Renovación y Desarrollo Social (REDES) y también los partidos vecinales 3G de Cipolletti y Foro por Cipolletti. En la provincia existen 15 partidos provinciales reconocidos y siete se encuentran en trámite y hay 17 partidos vecinales reconocidos y 11 en trámite.

De esta manera su candidatura tendrá una impronta netamente provincial y se analiza nominar a este nucleamiento como Unión de Partidos Rionegrinos, Alianza Rionegrina de Partidos o Unión Rionegrina.

Por el lado del justicialismo se dilatan las definiciones y sobre todo no define el intendente de General Roca, Martín Soria, más aun cuando observa que las PASO están cada vez más lejos de realización, situación que lo obliga a una negociación interna, cerrada entre cuatro paredes y de futuro incierto. Lo más seguro que tiene Soria es la reelección municipal y en tal sentido lo aconsejan sus íntimos. Duda si esperar un período de cuatro años lo dejará luego fuera de carrera en su proyecto de llegar a la gobernación rionegrina.

Mientras tanto Miguel Pichetto trabaja como si ya estuviera totalmente segura su candidatura y busca el apoyo del intendente de Roca a quien dejaría la facultad de designar al candidato a vicegobernador. El justicialismo siente que nuevamente está de punto y en el llano, la llegada al poder aquel diciembre del 2011 fue una ilusión óptica que se desvaneció totalmente con las pretensiones de Weretilneck de capitalizar un nuevo espacio generado al amparo de la administración del Estado.

En el peronismo hay sensaciones que hay que comenzar de nuevo a recorrer el camino del acceso a la gobernación, hay quejas sobre la falta de movilización y carencia de líneas políticas convocantes. Falta tiempo, pero la temporada estival pasará muy rápido dando paso a los tiempos electorales.

En el radicalismo ya pasó la euforia de los triunfadores. En el viejo partido de Alem todo se convirtió en efímero y desde el gobierno analizan con cuidado esta alianza táctica con la UCR porque pareciera ser que aquellos intendentes que se vendieron como invencibles perdieron consenso en sus localidades y nadie asegura un triunfo. También quedó al descubierto la realidad sobre potencialidades esgrimidas por legisladores radicales W, como el caso de Adrián Casadei, con escasos votos en San Antonio.

No hay señales de la amplia convocatoria prometida por Horacio Massaccesi, el domingo del triunfo electoral, mientras que persiste la idea que transmitió Darío Berardi, de convocar “a casi todos”. Para el radical, pro radical o el simpatizante que vota al radicalismo, las elecciones interna no le significaron nada y aún espera una actitud del partido que enfrente al peronismo en todas sus versiones, incluido el gobierno de Weretilneck.