“Conurbanizando” Río Negro ● Claudia Beltramino

Ya poco importa si la gestión empezó el 10 de diciembre del 2011, si fue el 4 de enero de 2012; si es el proyecto de Carlos Soria o si dejó de ser el proyecto de Carlos Soria.

Solo recordar quienes fueron los miembros informantes de los proyectos de ley con los que se sustanciaba El Modelo a aplicarse, por caso la ley que declaró el estado de emergencia institucional, económico, financiero, administrativo y social del sector público provincial y que puso en disponibilidad, por el plazo de 180 días hábiles, a la totalidad del personal de la planta permanente del sector público provincial (unos 20 mil empleados) excluido el Poder Judicial, el Legislativo, personal con cargos docentes, policiales y del servicio penitenciario provincial, fue defendida por Carlos Peralta

Si este dato no alcanzara como argumento, podríamos revisar los términos en los que se expresaron conspicuos dirigentes del oficialismo, a propósito de esta Ley con la que proyectaron el cuerpo orgánico de un nuevo modelo de Río Negro.

El actual vicegobernador Pedro Pesatti se defendió de críticas viedmenses por su apoyo a esta iniciativa. Dijo que «la capital no es para vivir de los rionegrinos sino para servir» a Río Negro, rememorando así la figura de Edgardo Castello. Reiteró que se hizo «uso y abuso» del Estado. Dijo que confía en Soria porque en Roca «no echó a ningún empleado, pero tampoco incorporó a ninguno». (Fuente: diario Río Negro)

La legisladora Silvia Horne argumentó en relación a la Ley de Emergencia Institucional de la cual la Disponibilidad de los empleados públicos era la acción más destacada, que estas acciones forman parte de «la transformación del Estado rionegrino». (Fuente: diario Río Negro). La separación de Horne del Modelo diseñado ese 29 de diciembre en sesión legislativa, es de último momento, siendo su expresión la más acabada definición del espíritu fundacional del FpV.

A casi 3 años es mejor analizar los logros del Modelo impuesto.

La cartera de Desarrollo Social recaló en principio en las manos de un profesional con formación y experiencia, el licenciado Jorge Vallaza. Pero el espíritu corporativo de la clase política pudo más y el ministerio fue una balanza cuyo fiel empezó a inclinarse hacia la salida laboral de abogados de buena voluntad pero sin formación específica, talento o al menos sentido común o punteros que no encontrarían mejor opción que un puesto de operador en cualquier sito en el cual tratarían con temas irrelevantes como abusos, droga, pobreza.

Desarrollo Social elevó el número de trabajadores en el modo becas. Llevaron los poco más de 100 becados de Vallaza a más de 900.

Los programas implementados en la anterior gestión fueron dados de baja como ocurrió con el Comer en Familia. No hubo un plan de reemplazo y en el invierno de 2012 pese al temor de los ciudadanos, desde una Parroquia de Bariloche se escuchó el reclamo porque el hambre se hacía sentir.

El Plan Calor que había funcionado como un relojito durante más de 25 años, empezó a fracasar. La urgencia por favorecer a una empresa amiga del gobierno, Curacò del grupo Vía Bariloche, no solo significó una erogación dudosa para el erario público sino que además se tradujo en una leña de escaso valor calorífero al punto de acreditar reclamos en las Comisarías en las que se usa para calefaccionar.

Ernesto Paillalef antes, Ricardo Arroyo ahora, no hicieron sino legitimar los conceptos que sostienen el accionar de la cartera de Desarrollo Social convertida en el Gran Puntero.

Contratados y Becados son desplazados de un lugar a otro y pasan de trabajar en los CAINA al Consejo de la Mujer, como si absolutamente todo fuera lo mismo. (Igual da lo mismo porque se trata de pobres que pueden, si quieren, ir a quejarse a la Corte Suprema de la Haya)

Este vaciamiento de las políticas públicas, que aunque ahora intenten argüir como una casualidad, es consistente con la Ley de Emergencia Institucional que finalmente logró «la transformación del Estado rionegrino» que anticipó Silvia Horne en la jornada legislativa del 29 de diciembre de 2011. (La ley se votó minutos antes de que se aprobara la Megaminerìa con derogación de la prohibición del uso del Cianuro y acá la miembro informante fue Arabela Carreras)

Por caso, vale la pena recordar como de la mano de la abogada Eva Scatena, se cerró El Refugio en Viedma con el argumento de que se construiría algo superior. Las mujeres abusadas fueron depositadas como objetos, en hoteles o las devolvían a sus casas con quienes las habían golpeado.

El lugar fue convertido en una CAINA (Centro de Atención Integral de Niños y Adolescentes) y los vecinos del barrio Jardín fueron sometidos a toda suerte de incomodidades toda vez que estos sitios eran administrados por gente sin preparación de ningún tipo convirtiendo la contención en descontrol.

Nunca más volvió a haber en Viedma, un Refugio para mujeres víctimas de abuso y maltrato.

En Río Negro, desde la gestión de Rubén Bertea en DDHH, existían tres Centros de Atención a la Víctima del Delito. Viedma, Bariloche y Roca disponían de un equipo de casi 30 profesionales entre sicólogos, sicopedagogos, abogados y trabajadores sociales ocupados de la contención, acompañamiento, asesoramiento con un espacio terapéutico personalizado para las víctimas de cualquier delito que atentara contra su seguridad sicofìsica. El Nuevo Modelo cerró estos Centros.

Sin repuesta para la víctima, la prevención es una cáscara de nuez sin nuez. Un argumento electoralista.

Programas como el “Viedma te quiere bien” con que el municipio capitalino había dado una aproximación de respuesta a la problemática de jóvenes sin estudios, desocupados y casi siempre vinculados a las drogas, dejó de recibir los aportes provinciales. El peronismo en el poder provincial supuso que de este modo podría desplazar al radicalismo del gobierno municipal. (¿y con los jóvenes del Programa que ocurriría? Nada. Son jóvenes, pobres y sin ninguna formación. Que estos también se quejen en la Corte Suprema de La Haya)

De la mano del SEDRONAR, el municipio de Viedma en febrero de 2013 firmó un acuerdo para implementar el Plan Prevenir cuyo “principal objetivo la disminución del consumo de sustancias psicoactivas, legales e ilegales, a través del fortalecimiento de los niveles locales de gobierno, en el desarrollo de investigaciones y el diseño e implementación de programas de prevención integral” (Fuente: Telam).

El programa con financiamiento mixto en tanto que el recurso humano lo ponía el municipio y gran parte de los gastos corrían por cuenta del organismo autor del plan es decir el Sedronar, en ese momento en manos de Rafael Bielsa.

Una 1º etapa de diagnóstico para lo que el municipio relevó laboriosamente cada barrio viedmense. Una 2º etapa destinada a la formación de 30 operadores. Para la 3º etapa, en la que debería ejecutarse el plan, no llegó el financiamiento comprometido por el gobierno nacional para que los 30 operadores cumplieran con este proyecto.

Sin embargo, en abril de 2014, es decir un año y dos meses después de que se firmara el acuerdo para la implementación del Plan Prevenir que aún no fue puesto en macha, “se firmaron los convenios para la construcción del Centro de Prevención, se acordó la visita de un equipo técnico del SEDRONAR para recorrer las instalaciones con que cuenta la Fundación Creando Futuro en la zona urbana y rural de Viedma, como también el compromiso para una próxima presencia del Secretario Padre Juan Carlos Molina en la ciudad. Dicho encuentro contó con la participación del Padre Luis García Rodríguez y Esteban Giorgetti, representando a la Fundación” (fuente: Diario La Palabra)

No resulta complejo entender que se superponen planes y proyectos sin que finalmente se haga nada en concreto, desperdiciando horas, gastando personal, y si en la carrera el narcotráfico corre en Fórmula 1, la respuesta desde el Estado es en un Fiat Duna modelo 96 que si fue taxi.

Las inundaciones de Provincia de Buenos Aires dejaron al descubierto que no obstante compromisos públicamente asumidos, discursos pre inaugurales, mutimillonarios gastos en publicidad, las obras imprescindibles no se hicieron. Además de los vecinos con el agua el cuello, también la producción agropecuaria se vio afectada y esto afectará el ingreso de dólares que tanto preocupan al gobierno.

Si hubo dinero, ¿porque no se terminaron estas obras?

La respuesta a lo mejor se encuentre en la densidad poblacional traducida en votos. Es el 1º y el 2º cordón en donde se asegura un resultado electoral.

Volviendo a Rìo Negro en donde como en cualquiera de las restantes 23 provincias, el FpV nos somete a una lógica cortoplacista: ¿asistir o generar empleo?

Son alternativas que no se contraponen. Se complementan. Al acceso a la tierra hay que agregarle las facilidades para acceder a una casa y esa casa debe estar en un barrio que no se inunde, los hijos de esas familias deben asistir a escuelas donde reciban educación de excelencia para llegar a Universidades de calidad y en ambos casos, con título de grado simplemente con título de escuela secundaria, deberán obtener un puesto de trabajo en una provincia pujante que atrajo inversores para que radicaran industrias porque nos sobran recursos energéticos.

El Nuevo Modelo rionegrino parece diseñado para “conurbanizar” la Provincia.

Rìo Negro extensa, con cuatro climas, valles irrigados, ganadería, recursos energéticos para producir, paisajes para el turismo, una población saludable merece mirarse en el espejo de Canadá, que total, para achicar siempre hay tiempo.

Claudia beltramino