Paradojas argentinas y energía nuclear

De conformidad a lo informado por distintas agencias noticiosas internacionales, el 15 de Septiembre del corriente año, Japón celebró su primer año sin energía nucleoeléctrica.
Todo un logro, ya que en dicha fecha, paró el reactor nuclear N° 48, siguiendo la suerte de los otros 47, que previamente y a partir del desastre de Fukushima en Marzo de 2011, habían sido cerrados sucesivamente.

Consideremos que Japón no es un país cualquiera en el contexto mundial, es nada menos que la tercera economía global, con más de 130 millones de habitantes, que contaba para la provisión energética con la mayor cantidad de usinas atómicas, después de EE.UU. y Francia, lo que realza la significación e importancia.

Lo apuntado es un claro mensaje al mundo, que demuestra palmariamente, la irracionalidad de seguir jugando con fuego con cosas que no tienen repuesto, como son la vida de las personas y de los ecosistemas y que en definitiva es un precio demasiado alto de pagar.

Esta decisión no es un hecho aislado, sino que Japón a fuerza de padecer en carne propia estos desatinos, se encolumna en la senda ya emprendida por otros países, como es el caso de Alemania con su proyecto de desnuclearización energética.

Desde nuestra pobre realidad energética, cualquier argentino se vería tentado a pensar que esta resolución les debe haber generado padecimientos y frustraciones como consecuencia de cortes y apagones.

Nada de ello ha ocurrido y como contrapartida Japón, fue durante el año 2013, el país que más desarrolló e instaló sistemas solares fotovoltaicos detrás de China, que fue el que más creció en esta tecnología.

Esta medida libera a ese país y a sus habitantes de la pesada carga que significaba el mantenimiento en términos económicos, ambientales y de cara al futuro con los peligros que ello encierra, de dichos reactores.

Sin ninguna duda que Japón después de su experiencia catastrófica, ha hecho una apuesta por la vida y la seguridad, elevando un mensaje para el mundo en favor de la adopción de sistemas energéticos en base a fuentes renovables y sobre todo confiables.

Sin dudas que estos buenos ejemplos que se expanden por el mundo, deberían ser un espejo donde mirarnos, para adoptar decisiones racionales que nos encaminen por la buena senda del desarrollo en base a fuentes de energías no agresivas y sustentables.

Nadie plantea renegar de soberanía, ni renunciar a la investigación en este campo, simplemente y por una razón de sentido común, creemos que no se pueden seguir tomando decisiones en un tema sensible, en forma autoritaria y unilateral, de espaldas al conjunto de la ciudadanía y sin consulta de la misma.

No cabría la posibilidad de realizar un plebiscito o consulta pública en torno a la energía nuclear?
Repudiamos y con razón la avidez de los buitres financieros internacionales y por otra parte adoptamos sus paradigmas de desarrollo, que son extremadamente costosos, insustentables y riesgosos.

Vayan estas reflexiones en torno a la decisión poco conocida y difundida, sobre una posible construcción de un Reactor Nuclear (CAREM 150) en la Provincia de Formosa, cercano al límite fronterizo con la República del Paraguay, que ya estaría generando disputas con dicho país.

Las pocas y nada claras informaciones existentes, dicen que actualmente se estaría construyendo un prototipo de reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) en la localidad de LIMA (Bs. As.), con un con un presupuesto de 1.300 millones de pesos y se estima que entrará en servicio hacia fines de 2016.

Además del referido reactor, se construirá otro, en la Provincia de Formosa, de tipo comercial al término de la construcción del CAREM prototipo, con un costo aproximado de 325 millones de dólares.

El proyecto fue relanzado por la CNEA dentro del Plan Nuclear Argentino 2006-2011 y en Noviembre de 2009 la CNEA hizo un convenio con Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) para la construcción y puesta en marcha del desarrollo del Prototipo de Reactor CAREM 25.

La Ley Nacional N° 26566 de Actividad Nuclear, reafirmó en su art. 60 el interés nacional por el CAREM. En Mayo de 2010 el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido y la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica, firmaron con el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, un convenio para instalar en esa provincia un reactor CAREM cuya potencia fue de entre 50 MW y 200 MW.

A la fecha no se cuenta con información oficial respecto de lo localización exacta del reactor, ya que se estarían realizando estudios para ello.

Además de este proyecto, se intenta trasladar la planta de la empresa Dioxitek (productora dióxido de uranio para la fabricación de combustible para centrales nucleares Embalse, Atucha I y II) desde Córdoba, donde le han cancelado la autorización para funcionar por los graves riesgos e incidentes producidos en la misma, a Formosa.

Esto potencia los peligros, ya que esos materiales deben trasladarse por vía terrestre, por lo que atravesarían las rutas de nuestra provincia y de otras vecinas, por lo que ante un eventual siniestro, quedaríamos expuestos a situaciones de altísimo riesgo.

Por ello, quiero recordar especialmente que también en un mes de Septiembre, el día 14 del año 1988, el Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe, sancionó la Ordenanza Nº 9047, proyecto de los Concejales Carlos Iparraguirre y Mario Pilo, que declaró a Santa Fe “CIUDAD NO NUCLEAR”, que prohibió el transporte de materiales radiactivos en el ejido urbano de la misma.
Esta iniciativa pionera hizo de Santa Fe, la primera capital de provincia en ostentar dicho carácter y abrió el camino para que gran cantidad de ciudades y provincias a lo largo y ancho del país, la imitaran saludablemente.

Santa Fe, también es provincia NO NUCLEAR, donde rigen las mismas prohibiciones que en la ciudad.
Lo dejo para que lo piense y me despido hasta la próxima AGUAFUERTES.

Ricardo Luis Mascheroni
Docente