De peronistas poco y nada ● Jorge Castañeda
Cuando uno lee y abreva en el pensamiento del General Juan Perón se da cuenta que en la provincia de Río Negro los muchachos dirigentes de peronistas tienen poco y nada. Son solamente proyectos personalistas sin un programa de gobierno ni nada que se le parezca. Al revés de la doctrina justicialista se han desentendido del Frente para la Victoria que ellos mismos conformaron con bombos y platillos hace ya casi tres años y no se les pasa ni siquiera por la cabeza hacer una autocrítica y pedir perdón por sus errores que han sumido a la provincia en una de las mayores crisis de su historia.
Ahora bien, continúan con su política de enfrentamientos con el gobierno, pero seguramente después de la interna partidaria se enfrentarán entre ellos mismos nuevamente en una lucha desgastante por su continuidad en el poder. Son excluyentes y sectarios. Perpetúan hasta el hartazgo sus metodologías anticuadas y lo que es peor han devaluado a la política en una pelea de reñidero de gallos que espanta a la gran mayoría de la ciudadanía rionegrina.
En vez de un partido organizado el peronismo es un enjambre de abejas furiosas.
“El gregarismo –decía Perón- es el factor decisivo en la promoción de los movimientos revolucionarios, pero es necesario comprender que si eso es necesario en los primeros tiempos de la acción de un movimiento de masas como el nuestro, es menester pensar que su consolidación en el tiempo sólo puede realizarse a través de una organización”.
Pero los muchachos de la dirigencia pareciera que no entienden nada. Hacen todo al revés porque tienen la “edad de sus pasiones”.
Ahora porque han tenido la mala experiencia según ellos de “regalar los cargos” a otros socios de una coyuntura electoral cerrilmente se están cerrando sobre sí mismos donde hasta los mismos afiliados son sospechosos y aquellos que piensan distintos van derechito al Tribunal de Disciplina para que sean expulsados sin miramientos de ninguna naturaleza.
“Los movimientos populares y masivos como el nuestro no pueden ser sectarios. El sectarismo es un factor de eliminación y es poco productivo cuando un movimiento de masas comienza prematuramente a eliminar a aquellos que no piensan como el que lo forma”. ¿Se darán cuenta los muchachos dirigentes de esta verdad dicha por Perón? ¿Si se dan cuenta porque obran en contrario?
Porque se olvidan que “los conductores del movimiento que han de tomar desde ahora la dirección total del mismo deben pensar que es necesario volver a los cánones de nuestra doctrina y de nuestra ideología a fin de realizar una conducción sin sectarismos, pero también sin desviaciones. El sectarismo sería perjudicial cuantitativamente; la desviación lo sería cualitativamente”.
Esto que está pasando en la política rionegrina es porque nunca se han capacitado a los dirigentes para conducir al movimiento, antes bien ni siquiera han leído los libros de la doctrina justicialista ni de sus grandes pensadores como William Cooke, Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz, Marechal y otros.
Se olvidaron o tal vez nunca supieron que “en todo movimiento como el nuestro, hay una ideología que es permanente y una tradición que también debe ser permanente. Fuera de lo que esa doctrina y esa ideología impone como permanente, no puede haber más que herejes para el movimiento”. Herejes son los que se anclan en los desatinos del gobierno central imponiendo proyectos y programas contrarios a la tradición del peronismo y que abrazan y protegen la corrupción como una causa nacional. Herejes son los que tratan de imponer políticas liberales que nada tienen que ver con la historia y la tradición del Justicialismo. Ayer menemistas, después duhaldistas, hoy kirchneristas y mañana vaya a saber en qué “istas” se embonan sin que se les mueva un solo músculo de la cara.
Se quedaron en las minucias pequeñas de lo “político” y no se dan cuenta que la sociedad y el mundo ha cambiado y Perón señalaba que “lo político sólo cuenta hoy en un 50% y la etapa que viene será de otra preeminencia que cada día aumentará disminuyendo el factor “político”.
Los compañeros del interior que miran azorados estas rencillas sin grandeza saben en su interior que “en el movimiento tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener, pero con el concurso organizado del pueblo nadie puede detener a nadie”.
Y para cerrar estas breves reflexiones la cita esclarecedora del General Perón: “No sería mucho avanzar en la autocrítica, si dijéramos que en muchas partes los hombres de nuestro propio movimiento, en la función gubernamental, tienen la grave falla de sus enfrentamientos, ocasionados unas veces por bastardos intereses personales y otras por sectarismos incomprensibles”. Cualquier similitud con los que está pasando en Río Negro es pura coincidencia.
Jorge Castañeda
Escrito0r – Valcheta