Un día como hoy nacieron corazones militantes

Un día como hoy pero de 1974 se detuvo el corazón del líder del Movimiento Nacional Justicialista, el corazón de la patria, el corazón militante. Se paró ese músculo vital en el que latían los derechos de los trabajadores, que bombeaba la sangre gremial y sindical de la patria, que impulsaba la industria nacional, el voto femenino y la integración de la población argentina a la vida política.

Pero con su muerte, paradójicamente, nacía un movimiento político y social que continúa articulando intereses de amplios y mayoritarios sectores sociales, allí radica su legado de vida. Inimitable, por más que muchos lo hayan intentado y algunos sigan intentándolo. El General era dueño de un carisma único, una oratoria cautivante, una prosa privilegiada y una visión del contexto político y social única, integral, fáctica, que todavía despierta amores y odios, pero jamás indiferencia.

A menos de veinte días de su último discurso, el General pasaba a la posteridad habiendo arengado a su pueblo a tomar la firme decisión de luchar para defender las conquistas sociales. En ese “último discurso” agradeció a su pueblo, fomentó la reconstrucción del país para la liberación y enarboló esta consigna como estandarte de lucha, como proclama, como doctrina.

Y se fue. Finalmente partió. Entre gestos de amor y agradecimiento dejó a su pueblo bajo una sensación de orfandad absoluta. Pero partió feliz, “se llevó en sus oídos la más maravillosa música, la palabra del pueblo argentino”

Y vaya si se sintió su pérdida, que los bandidos de siempre (como los solía llamar el General) no perdieron tiempo, y sin su figura hicieron reales las peores pesadillas de muchos argentinos. Era fuerte su imagen, su liderazgo, tanto es así que los personajes oscuros de la historia nacional aprovecharon su ausencia y trataron de borrar todo rastro de su figura y su legado. No pudieron.

Un día como hoy pero de 1974 el corazón del General dejó de latir para que latan cientos de miles de corazones militantes y revivan diariamente los valores doctrinarios de justicia social, libertad económica y soberanía política.

Martín Díaz